Carta a quien la necesite. Si la necesitas sólo deberás abrirla, porque está escrita con la tinta de mi corazón, y con los dedos de una mano amiga.

Si sientes que estás sola inmersa en las tinieblas de las dudas y el desconcierto.

En esos momentos en que piensas que ya es mucho el todo en el que te encuentras.

Esos días que ya te parecen demasiado grandes y que deseas que llegue la oscura noche, y ocultarte en ella.

Cuando navegas en mares de lágrimas de sufrimiento, y te parezca estar a la deriva.

No estás sola, tienes aquí una mano amiga.

Al fin y al cabo, todos tenemos días amargos, que nos ahogan, y no por eso vamos a rendirnos.

¿Quién no ha sentido alguna vez las gotas de lluvia golpeando en su tejado? Como pedacitos del dolor que nos castiga.

Cuando te veas así, sólo has de cerrar los ojos, si es de día lo has de pensar, si es de noche lo tendrás que soñar.

Déjame sólo un trocito de tu mente, y déjame ser dueño de tu pensamiento.

Te ofrezco mi barco, cargado de incienso mágico. Escucha mi respiración, como murmullo de olas que te mecen y te llevan al más allá de lo que ves.

Piensa que es verdad, que no estás sola, y que puedes cerrar por un instante esa puerta. Ciérrala. Puedes.

Sube al desván, asómate a la ventanilla, mira al cielo estrellado. Lo grande que es. Desde allí te observan las estrellas.

¿Crees que estás tan lejos que no te ven?

¿Te crees tan pequeña que no te observan?

Una vez más, te equivocas.

Desde allá, en la distancia, notan tu presencia, y cuando estás triste, se sienten solitarias las estrellas, porque ya el firmamento no es el mismo, si carece de tu resplandor.

No hay nada comparado contigo. Es así. Y sólo tú has de darte cuenta, y cuando lo creas, el mundo será más feliz.

No lo dudes más, no, no hay nada comparado contigo.

Ahora sigue así un rato más, con los ojos cerrados, aunque sólo sea por un instante, y sintiendo mi mano alzada hacia a ti.

Sólo has de aceptarla, y con mi ayuda, alzar de nuevo el vuelo y pensar que las cosas van a cambiar, las vas a hacer cambiar, y será todo diferente.

Si estás despierta con los ojos cerrados, al abrirlos, el mundo te resultará diferente.

Y si en cambio duermes ahora, tu despertar, será como un bello amanecer, y el día nuevo, será un día lleno de ilusiones.

Mientras

yo

desde aquí

te contemplaré.