Qué bonito es oirte. Qué lindo es sentirte ahí tan cerca en esos momentos.

Cuando lloro y el mundo se me parece acabar bajo mis pies. Si pienso en las tormentas de la vida, se resquiebra el firme del suelo por el que camino, o simplemente veo difuminado el sendero de la vida.

No hace falta decirte que vengas en mi búsqueda o auxilio porque llegas sin avisar. Es algo bien extraño encontrar una explicación del por qué apareces en esos precisos momentos en que mi corazón se encuentra como vacío. Cuando apareces, es cuando me doy verdaderamente cuenta de la necesidad que tengo de tu presencia en mi vida.

Que no cambie nada por favor, aunque haya momentos que creo desearlo.

Prefiero así, que me sorprendas y que aparezcas así, inesperadamente al abrir la puerta de mi vida.