El rudimentario método de una vivienda de alquiler vacacional en Canarias que ha creado cabreo e inseguridad

Este sistema es muy común para que el turista coja la llave sin que el dueño del establecimiento turístico se tenga que personar en el lugar físicamente

Guardan las llaves de un apartamento vacacional atado a un árbol

M. A. R.

El alquiler vacacional se ha convertido en un tema polémico y controvertido en muchos destinos turísticos en los últimos años. Esta práctica, impulsada por plataformas como Airbnb, ha generado un intenso debate en torno a sus impactos económicos, sociales y urbanísticos. Según un estudio del Gobierno de Canarias publicado en diciembre de 2020, se estima que alrededor de 38.900 viviendas están siendo anunciadas como alquiler vacacional.  Ruidos, fiestas en horario nocturno, entradas y salidas de madrugada, o sensación de inseguridad, son algunas de las principales molestias que los residentes denuncian.

La última queja vecinal ha tenido que ver con el rudimentario método que ha usado el propietario de una vivienda de alquiler vacacional en Canarias: ató una caja-llavero en un pequeño árbol sostenido con dos palos de madera. Este sistema es muy común para que el turista coja la llave sin que el dueño del establecimiento turístico se tenga que personar en el lugar físicamente.

Esto pertenece a un apartamento turístico ubicado en edificio de la calle Prolongación de Ramón y Cajal de Santa Cruz de Tenerife, según ha desvelado el programa Herrera en COPE.

Javier, portavoz de los vecinos de la zona, manifestó a los micrófonos de COPE Canarias que esto genera “gran inseguridad e intranquilidad” en el resto de propietarios, ya que “cualquiera puede romper o abrir fácilmente esa caja, y llevarse no solo las llaves del piso de alquiler vacacional”, sino también, “las llaves del portal del edificio, por lo que da acceso a todo el inmueble”. “Todo esto es un despropósito. Sería hasta para reírse si no fuera un tema para llorar”, añadió.

Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife han manifestado que han recibido las denuncias vecinales y que han procedido a dar orden a los propietarios de estas viviendas de alquiler vacacional a retirar esa caja-llavero, ya que su ubicación va en contra de la normativa municipal.

Futura ley de vivienda vacacional

La consulta pública sobre la futura Ley de Ordenación Sostenible del uso turístico de viviendas, cuyo plazo finalizó el pasado 26 de noviembre, ha tenido más de 5.000 aportaciones de los ciudadanos que se usarán para la elaboración del proyecto legislativo que regulará las viviendas vacacionales (VV). En este momento la Consejería de Turismo y Empleo, que dirige Jéssica de León, se encuentra clasificando las opiniones recogidas sobre cuál debe ser el futuro de la ordenación del uso turístico de viviendas. En una primera impresión, «hay personas que han hecho propuestas a la norma, que son las menos; otras, más que responder a las preguntas que se hacían, expresan la inquietud de lo que va a suceder, y existe una parte significativa que entiende que no es necesaria la regulación», explica el director general de Ordenación, Formación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Rodríguez.

Ahora van a valorar las aportaciones y «tomar aquello que sea oportuno para comenzar a redactar un borrador» que deberá estar finalizado en febrero, calcula. Luego, ya con la propuesta elaborada, se iniciarán procesos de consultas con todos los agentes implicados, desde asociaciones de vecinos, ecologistas, universidades, colegios profesionales, empresarios o asociaciones de propietarios, para testar sus aportaciones al texto. Esperan que la norma esté aprobada y en vigor el 30 de junio de 2024 .

Rodríguez expone que la consulta pública no es vinculante ni determinante. La Consejería ya se ha marcado una hoja de ruta para realizar una regulación de las viviendas vacacionales y cualquier aportación puede ser significativa, pero estas valoraciones sólo son una parte del proceso. Salga lo que salga mayoritariamente de la consulta, la regulación se hará «desde una óptica de 360 grados», es decir, desde «el punto de vista del propietario de la vivienda pero también del vecino, del urbanismo, del modelo y diseño de ciudad, del medio ambiente y la calidad de vida de la gente, desde la movilidad sostenible y la gentrificación presente y futura, o desde la protección del patrimonio cultural», remarca.

Esto quiere decir que aunque un determinado segmento esté en contra en las aportaciones, el Gobierno se ha propuesto regular la vivienda vacacional atendiendo a todos los parámetros «porque hay intereses encontrados y hay que buscar el equilibrio», precisa. Desde su punto de vista, «no hay discusión ninguna de que debe haber una regulación», pues es un movimiento que se está dando a nivel nacional y europeo. «Puede ser que en Canarias aun no se haya producido ese fenómeno de gentrificación pero si en Florencia, Venecia, Madrid o Sevillla hace 20 años hubiesen atisbado el problema ¿no hubieran actuado a tiempo?», cuestiona. A su juicio, lo que hoy no es un problema es posible que en «dos, tres o cuatro años pueda ser un problemón», y por eso hay que actuar, porque el marco jurídico es «insuficiente».