Cuando Luis López Echeto abrió su primera pastelería en la calle San Antonio, en la ciudad de La Laguna, allá por el año 1941, no podía imaginar que 67 años después seguiría endulzando la vida de los canarios y que su negocio sería un punto de referencia en España en cuanto a pastelería e innovación, como lo demuestran los premios conseguidos durante su participación en sucesivos congresos nacionales de pastelería. Sus productos han estado y siguen estando presentes en muchos bautizos, cumpleaños, primeras comuniones y bodas del Archipiélago. López Echeto es sinónimo de tradición artesana y calidad.

Siguiendo la línea innovadora emprendida por Luis López Echeto, en el año 1995, su hijo Luis inventó las famosas piedras de chocolate, un producto dirigido fundamentalmente al turismo que se comercializa en muchas provincias españolas. Las primeras fueron las comercializadas con el nombre de Piedras del Teide y, posteriormente, nacieron las piedras del Nublo, las de Montaña de Fuego, las Piedras Doradas, las Piedras de España, distintas versiones de una receta muy sencilla, almendras, cubiertas de azúcar y chocolate, acabadas con una fina capa de cacao en polvo. Las Piedras han estado presentes en La Fancy Food Show de Nueva York, el certamen más importante de la gastronomía en Estados Unidos. En la misma línea innovadora y de apertura al sector turístico están los plátanos de chocolate, que ofrece la posibilidad de disfrutar de este manjar tan relacionado con las Islas.

En la actualidad, una nueva generación está al frente del negocio. Pablo y Eduardo, nietos del fundador, son los encargados de continuar con la expansión de un negocio cuyos productos se conocen prácticamente en todas las islas, aunque sólo tiene tiendas, además de en Tenerife, en Gran Canaria y La Palma. Pero el nombre de López Echeto ha traspasado nuestras fronteras: Estados Unidos, Japón y Centro Europa saben del buen hacer pastelero de esta firma. En los últimos años, la empresa se ha orientado también hacia el catering.

La pequeña casa en la que abrió la primera pastelería López Echeto ha ido creciendo con el tiempo, igual que lo ha hecho el negocio, que ahora tiene unos 50 empleados, muchos de los cuales llevan toda una vida trabajando en la empresa. Sin embargo, Pablo asegura que "todo se sigue haciendo de la misma manera que hace sesenta y pico años. Las materias primas han evolucionado, pero siguen siendo de primera calidad y la forma de trabajar sigue siendo muy tradicional".

Pablo ha sido el último en incorporarse al negocio familiar, hace apenas unos meses, pero lo tiene claro, el éxito de López Echeto radica en "el buen hacer. La gente que viene de toda la vida recuerda el sabor de nuestros productos". Este joven cree que "aún hay margen para seguir innovando" en el sector pastelero, "pero lo que falta es tiempo" y, añade, "mucha gente demanda el sabor tradicional de siempre, pero también cosas nuevas, nuevos formatos, y mezclas de nuevos sabores".

El último de la saga López Echeto en incorporarse al negocio no ve mayores dificultades a la hora de tomar decisiones relacionadas con la empresa por el hecho de que la otra parte implicada sea un familiar, su primo Eduardo: "las diferencias, reconoce, son más de tipo generacional, de padres a hijos. Es una cuestión de mentalidad", explica.

Pese a la crisis, los canarios todavía seguimos comiendo dulces, a juzgar por las manifestaciones de Pablo, que asegura que la empresa no ha notado aún la desaceleración económica. "Veremos lo que sucede en Navidades", señala. Además, esta firma se ha habierto un hueco en el sector turístico, ya que sirve sus productos a hoteles. Pablo nos habla también del Brazo de Nelson, un producto que López Echeto pretende convertir en algo similar a lo que representa la ensaimada en Baleares y "que todo el mundo cuando se vaya de Tenerife se lleve uno".

Pablo, que confiesa que los clientes dicen que "no hay un tocino de cielo o merengue igual" al de López Echeto, está convencido de que López Echeto continuará muchos años más.