- ¿Qué se siente al decir adiós a su vida política tras tantos años de actividad?

- La sensación que tengo es de un cambio muy notable desde el punto de vista vital porque son muchos años en esta dedicación y de los que tengo magníficos recuerdos en todas y cada una de mis etapas como parlamentario y como político. El sabor que me llevo es muy agradable, de magníficos recuerdos, de haber vivido de forma muy directa los distintos cambios políticos y con la idea de que, por encima de discrepancias políticas, en el fondo los parlamentarios formamos un equipo que siempre trabaja por el bien de España y de los españoles.

- ¿Por qué lo ha dejado a un año del fin de su mandato como senador?

- La razón es muy simple. Yo puse de suplente en mi lista a mi amigo Borja Benítez de Lugo y en ese momento yo ya le dije que dimitiría para que él pudiera sustituirme y ser senador en esta legislatura durante un año, un mes y un día. El martes día 8 se cumplió ese plazo y yo cumplo mi promesa.

- ¿Y qué planes de futuro tiene?

- No los tengo aún, pero empezaré a hacerlos en breve. En todo caso, buscaré algo con que seguir ayudando a la gente y quizá me aliste en una ONG. Obviamente, seguiré como militante en el PP y participaré en todo lo que me pida el partido en la campaña electoral próxima.

- Ha sido senador, diputado y presidente del Cabildo de Gran Canaria, ¿con cual de sus ocupaciones se quedaría?

- Sin duda con mi estancia en el Cabildo, porque es donde he tenido la sensación más grande de utilidad para los ciudadanos, de estar desarrollando una función pública para algo y para alguien. La sensación de cercanía a la gente es mucho mayor que en el Congreso o en el Senado. Te identificas más con los problemas de los ciudadanos.

- Personas de una generación muy cercana a la suya como Saavedra u Olarte siguen en la brecha, ¿cree que también deberían pensar en la retirada?

- Yo creo que hay que movilizar a otras generaciones, pero no se puede desaprovechar la inteligencia y la experiencia de personas como las que ha citado. Mientras el cuerpo aguante, pueden seguir aportando cosas.

- ¿Usted no ha sentido nunca que los jóvenes de su partido le reclamaran la retirada?

- Puede ser que alguien lo pensara, pero nunca le he pedido al partido un puesto. Siempre me ha llamado el partido para ocupar una candidatura o un puesto en una lista electoral. Y tengo la satisfacción de que nunca he sido rechazado por los electores, al contrario, siempre he conseguido grandes apoyos. Por eso siempre me siento en deuda con mis paisanos y con los electores.

- Usted llegó al Senado por primera vez en 1983, ¿qué diferencia hay entre el parlamento y la política de entonces y la de ahora?

- Creo que entonces la política era más sosegada y ahora es más agresiva, más peleona. En aquellos años había un entusiasmo y un entendimiento entre los distintos partidos que se ha ido perdiendo.

- ¿Y qué político de todo este tiempo destacaría?

- Me es difícil elegir. He sentido admiración por muchos, de todos los partidos, pero si ahora tengo que citar a uno, mencionaría a nuestro actual portavoz en el Senado, Pío García Escudero, que es una persona con gran preparación y tiene un gran futuro político.

- ¿Y de políticos canarios?

- Sinceramente, a todos los que han pasado por el Parlamento les pondría un diez. De todos los partidos. Todos ellos batallan y defienden los intereses de Canarias como creen que pueden hacerlo.

- ¿En qué ha cambiado la imagen de Canarias en el resto del Estado desde 1983 hasta ahora?

En mucho. A Canarias se le da ahora la importancia que le corresponde tanto como territorio con unas singularidades, como en relación con el resto de comunidades autónomas. Antes era mucho más difícil hacer entender en el Parlamento las razones de nuestras demandas.

- Ha tenido usted más vocación de ONG que de político del PP, ¿no?

- Si, sí. He ayudado a mucha gente de nuestra tierra valiéndome de mi condición de senador, en lugares muy diferentes y en circunstancias muy distintas.