Definir con claridad el catálogo de servicios que cubre el sistema público sanitario. Esta es una de las propuestas más reiteradas por expertos economistas a la hora de buscar alternativas al copago sanitario. "Es importante saber cuál es el límite de la prestación del servicio público de salud, porque, hasta el momento, no está nada claro", afirma Óscar Bergasa, economista.

Otra de las propuestas pasa por plantear la verdadera eficacia en la gestión económica de los servicios médicos que se llevan a cabo. "La asistencia primaria, formada por centros de salud y médicos de familia, debería actuar como filtro para evitar que todo el mundo entre en el sistema hospitalario, que es carísimo. Si tuviéramos una Sanidad territorial más potente, evitaríamos que un médico tuviera que atender a tantos pacientes en una hora", afirma Fernando Redondo, presidente del Consejo Económico y Social (CES).

Según la experiencia vivida en otros países como Alemania, el establecer un sistema de copago sanitario en España no ayudaría a agilizar las listas de espera. "En el sistema sanitario alemán el paciente paga una cuota adicional para financiar algunos tratamientos, como la ortodoncia o la graduación de la vista, y eso no evita que la gente acuda al médico por cualquier cosa", afirma Peter Christian Hancke, cónsul de Alemania en Las Palmas, para quien la sanidad pública de ambas regiones no presenta tantas diferencias.

Sin descartar la posibilidad de un posible copago en algunas áreas muy definidas, la economista Beatriz González López-Valcárcel, apuesta por una reflexión profunda antes de tomar cualquier decisión. "Es un disparate poner un copago de golpe para la atención primaria, hay que estudiar los matices", señala.