Los colegios se han convertido en el refugio para las familias que sufren el drama de la crisis. Representan prácticamente el único reducto donde los niños en riesgo pueden disfrutar al menos de una comida al día. Esta dura realidad ha empujado al Gobierno de Canarias a adoptar medidas urgentes y abrir los centros educativos en verano. Educación ha reservado ya plaza para que 5.697 pequeños asistan a los comedores escolares y a las clases de inglés y deportivas programadas para julio y agosto.

El Ejecutivo maneja esta cifra de forma provisional, pues prevé que al final pueda elevarse hasta 7.000 u 8.000 el número de alumnos -de tres a doce años- que deberán ser atendidos en los comedores. "No se trata de estigmatizar ni poner etiquetas a los niños", insisten desde la Consejería de José Miguel Pérez.

Los datos iniciales de Educación desvelan que hay 2.779 estudiantes en las Islas cuyos progenitores no disponen de recursos para abonar la cuota mensual de los almuerzos, aunque ésta en algunos casos sea la mínima de diez euros. Lo más grave es que hay otros 2.918 alumnos que actualmente no son comensales pero los directores de los colegios alertan de que atraviesan una "situación crítica". La raíz del problema se halla en el 33% de paro que sacude al Archipiélago y que ha puesto en solfa los bolsillos domésticos. La pobreza infantil alcanza el 29%, cuatro puntos por encima de la media española.

En el presente curso, 70.426 niños almuerzan en los centros de las Islas. De ellos, la administración subvenciona la cuota a casi 37.000. Además, hay 462 comedores, seis más que en el anterior periodo escolar. Aunque el Ejecutivo anunció la apertura de 132 comedores en verano, este número se reducirá probablemente tras coordinar las actividades docentes con los ayuntamientos, que tendrán que determinar cuáles son sus centros de cabecera para acoger los talleres estivales y los comensales. El Gobierno destina 1,2 millones a este plan de actuación extraordinario.

La viceconsejera de Educación, Manuela de Armas, aclaró que la administración rescatará de las listas de desempleo a 242 maestros para impartir inglés, pero no contratará personal para los comedores. El Ejecutivo contacta con las nueve empresas de catering que hay en las Islas para planificar la acción. Por tanto, serán las compañías que desarrollan estos servicios las que a su vez ocupen a nuevos trabajadores si lo necesitan.

Desde mañana, los ayuntamientos recibirán una ficha donde tendrán que precisar las acciones lúdico-deportivas para el verano a fin de compaginar los horarios con Educación. La matrícula para participar en este programa y en los comedores se abrirá a fines de mayo.

El impacto de la crisis se siente por igual en ambas provincias. En nueve municipios no constan impagos en los comedores: Antigua, Tinajo, Artenara, Firgas, Tejeda, Agulo, Hermigua, Alajeró y El Pinar.

En la provincia occidental, Educación contabiliza un mínimo de 3.001 colegiales con dificultades. La mayoría, 2.732, se concentran en Tenerife, especialmente en la capital (745), La Laguna (479), Granadilla de Abona (221), La Orotava (152) y Arona (114). En La Palma, hay 205 familias inmersas en esta problemática, la mayoría en Breña Alta (38) y la capital (32). Por su parte, en El Hierro, hay 53 niños en una situación delicada, 27 en Frontera y 26 en Valverde. En La Gomera suman once los afectados.

En Las Palmas, el Gobierno registra de momento 2.696 usuarios con problemas: 1.194 que no pueden pagar y 1.502 que no almuerzan en el centro pero la situación de sus familias es severa. En Lanzarote hay en total 210 escolares con problemas, de los que 114 residen en Arrecife. En Fuerteventura hay como mínimo 390 alumnos, de los que 250 estudian en Puerto del Rosario. En Gran Canaria suman de momento 2.096, entre estudiantes que no costean el comedor (1.004) o que, aunque no están inscritos, se ven perjudicados por la falta de ingresos en casa (1.092).

Un total de 1.028 estudiantes en Las Palmas de Gran Canaria sufren los efectos de la recesión económica, una coyuntura que aqueja también fundamentalmente a alumnos de Telde (231), Santa Lucía (117), San Bartolomé de Tirajana (113), Arucas (103) y Gáldar (91).

En esta última localidad del Norte de Gran Canaria el paro afecta a 3.896 de sus 24.319 habitantes. En el Colegio Público Alcalde Diego Trujillo Rodríguez, ubicado en La Montaña, se da de comer a 179 niños. La delicada tesitura que padecen las familias de diez de ellos les impide abonar las cuotas, pero el centro les permite seguir comiendo en él, explicó su director desde hace 15 años, Emiliano Rodríguez.

El colegio de La Montaña entrega, además, once desayunos gratuitos y es una de las 64 escuelas de Canarias que los ofrecen. En este populoso barrio galdense la lacra del paro se presenta con especial virulencia. "Hay gente, incluso alumnos nuestros, que cuando llegó el boom de la construcción abandonaron los estudios para ganar dinero y ahora no encuentran trabajo y tienen hijos en el centro", agregó Rodríguez, sabedor de que el contexto es tan adverso que "a veces las familias priman el pago de la hipoteca de sus viviendas antes que la alimentación. El almuerzo probablemente sea la comida que mejor reciba una parte del alumnado", afirmó el director, que tras detectar la ausencia de niños en el comedor animó a los padres a "perder la vergüenza. Normalmente los que no pueden pagar quitan a sus hijos y no dicen nada", destacó Rodríguez, que ve "estupenda" la apertura de los comedores en verano para paliar la "precariedad" de familias en aprietos.

En estas instalaciones los padres pagan hasta cuatro cuotas diferentes de 10, 20, 25 y 51 euros, en función de sus ingresos. Las cuantías más bajas son subvencionadas por el Gobierno autonómico. Estos importes varían entre los colegios.

En el de La Montaña, su cocinero, José Ramón Mujica, prepara los menús, supervisados por una dietista, junto con otros dos ayudantes de cocina y siete auxiliares.

Otro sistema distinto es el de la gestión indirecta, que aplica la mayoría de los centros y que consiste en ceder el servicio a un catering. Un ejemplo de esta modalidad se da en el CEIP Santa Catalina, donde trabajan ocho monitoras de comedor y dos auxiliares de cocina, con Antonia González al frente.

De los 450 alumnos con que cuenta, 220 estaban inscritos en el comedor en septiembre, ahora son 180. Es decir, 40 se han dado de baja por razones básicamente de índole económica. Las cuotas ascienden a 40, 45 y 60 euros.

Igualmente "hay niños que están comiendo aunque sus padres no puedan pagar", reconoció Miranda, que criticó que el acceso a una plaza de comedor tenga en cuenta la declaración de la renta de los progenitores de hace dos años. Sin embargo, Educación ha avanzado que cambiará el criterio de valoración de cara a la convocatoria de los comedores del próximo curso y exigirá documentación actualizada de los ingresos familiares.

En numerosos centros educativos de las Islas las ONG, asociaciones de madres y padres, organizaciones vecinales, particulares y hasta los propios maestros apadrinan a niños en apuros y asumen el pago de sus almuerzos. El presidente de la Comisión de Educación de la Federación Canaria de Municipios y alcalde de Arucas, Ángel Víctor Torres, tilda de "acierto" la decisión de que los comedores escolares estén operativos en verano para socorrer a niños "en riesgo de lo básico: no estar bien alimentados".