Aún trae cola el escándalo que originó el exdiputado autonómico del PP Sigfrid Soria, hace dos semanas tras amenazar con propinar una "hostia" (sic) al "perroflauta" que le acose por la calle o le intimide y "con arrancar la cabeza" a aquel que osara agredir a alguna de sus hijas. En plena controversia sobre los escraches a políticos el exparlamentario canario lanzó duros comentarios que incendiaron Twitter. El PP se apresuró a anunciar que sería apartado del partido y le abriría un expediente disciplinario, pero no sólo no ha sido así, sino que Soria sostiene que ha recibido "miles de muestras de apoyo" de miembros de su formación política desde todos los rincones de España.

"Nadie con competencia sobre mí ha recriminado ni denunciado mi conducta. Más bien al contrario, he obtenido desde el primer momento miles de muestras de apoyo de compañeros del PP de toda España", afirmó el miembro de la junta directiva nacional y presidente del PP de España en Costa Rica. En una carta remitida a Efe añadió que ha obtenido "el apoyo de quien debía obtenerlo".

Apenas dos días después de que revolucionara Internet por comparar con los nazis y el Ku Klux Klan a los colectivos antidesahucios que persiguen a los diputados de su partido, el 13 de abril la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, calificó de "nazismo puro" la actuación de estos grupos por "tratar de violentar el voto" de sus compañeros en la votación en el Congreso de medidas para frenar los desalojos. Ayer mismo, la número dos de los populares reiteró en Pekín que participar en escraches contra figuras públicas le parece "una actitud totalitaria y fascista" y así lo repetirá "siempre".

Sigfrid Soria indicó ayer que sigue en la junta directiva nacional del PP pese al escándalo que provocaron sus palabras y explicó que, si perdió "las formas", fue porque lleva meses soportando "graves acosos e insultos por parte de usuarios desconocidos" (de las redes sociales) que no sólo se han dirigido a su persona, sino, incluso, a miembros de su familia. "Con un lenguaje inapropiado respondí genéricamente a esas agresiones la noche del pasado día 11", apunta este empresario lanzaroteño.

Soria comparó el comportamiento de quienes protestan contra los desahucios con el que demostraron los nazis al señalar las casas donde vivían judíos o con el que seguían los racistas del Ku Klux Klan con los negros en Estados Unidos. Después justificó que le ampara el derecho a la legítima defensa y pidió disculpas por las formas, pero su partido se desmarcó y el secretario general de los populares canarios, Asier Antona, anunció que sería apartado de todos su cargos orgánicos.

Sin embargo, el exdiputado autonómico subrayó ayer que "en momento alguno" ha sido apartado de sus "responsabilidades orgánicas en el partido" y cuestionó la capacidad de Antona para adoptar tal medida. Según él, sólo ha dicho "lo que cualquiera haría en el indeseado caso límite de tener que proteger lo más deseado" y que él huye "de hipocresías y medias verdades" y condena de forma enérgica "las persecuciones por ser político".

Procuraba utilizar Twitter "como altavoces del argumentario del PP y de noticias políticas, económicas, culturales y científicas", aunque reconoce que el día 11 no supo "calibrar" las repercusiones de sus tuits y empleara un "lenguaje inapropiado". "Pedí disculpas por mi error en las formas, aunque me ratifiqué, y me sigo ratificando, en el fondo. Jamás he usado la violencia gratuitamente. Jamás recurro a la violencia para solucionar los conflictos. Pero, nunca dudaré en usar la violencia si, llegado el caso, ello fuera para proteger la integridad física de cualquier miembro de mi familia, de mí mismo o, incluso, de cualquier congénere", recalca.