Los ocupación de las islas Salvajes por dos independentistas canarios en protesta por las prospecciones petrolíferas cerca de Lanzarote y Fuerteventura se salda con una multa. Invadir esta Reserva Natural a 165 kilómetros de Canarias sin permiso de las autoridades portuguesas conlleva una sanción económica, a la que se tendrán que enfrentar los tinerfeños Carlos Hernández Vera y Santiago Hernández. La Armada lusa puso ayer fin a su aventura.

La Marina de Portugal desalojó de la isla Salvaje Pequeña el campamento de los dos militantes de Alternativa Nacionalista Canaria (ANC), que no tenían medios propios para viajar y no opusieron resistencia. Una patrullera con agentes de la Policía Marítima les trasladó desde por la mañana hasta el puerto de Funchal. Una travesía de diez a doce horas, por lo que llegaron en torno a las ocho de la noche a la capital madeirense, informaron fuentes diplomáticas, que precisaron que no fueron detenidos, pero sí se les impondrá una pena económica por pernoctar sin autorización en este espacio protegido y deshabitado, tal como fija la norma.

Todo comenzó el lunes por la tarde cuando ambos miembros de ANC y su compañera Carmen Limiñana arribaron en un velero a la isla y desplegaron una pancarta contra los sondeos y una bandera. Lo que era una protesta simbólica tuvo un giro inesperado. Y es que sólo había dos guardias del Cuerpo de Vigilantes de la Naturaleza y desde Funchal se interpretó que los invasores habían izado una bandera española. El litigio fronterizo desde hace cinco siglos entre ambos países por las islas Salvajes parecía resurgir. Saltaron las alarmas en la Embajada de España en Portugal. La publicación en Internet de imágenes del desembarco ayudó a esclarecer la confusión. Los manifestantes ondeaban la enseña de las siete estrellas verdes y portaban una pancarta antipetróleo.

Paraje protegido

Su reivindicación sin licencia en un paraje protegido activó al Ejército portugués. La Marina identificó ayer a dos de los activistas, mientras que Carmen Limiñana y la tripulación regresaron el martes a Tenerife. Tras 17 horas de viaje en un barco pequeño se sentía agotada.

El cónsul de España en Lisboa, Arturo Laclaustra, y el cónsul honorario de España en Funchal, João Manuel Figueira, están pendientes de la llegada de los dos miembros de ANC para ofrecerles "la ayuda que precisen", por ejemplo si quieren que se les facilite su regreso a Canarias. "Serán atendidos si así lo demandan, como todo ciudadano español que lo requiera", confirmaron fuentes consulares, que afirmaron que Portugal "no ha manifestado ninguna queja".

La acción "no debe ser malinterpretada", matizaron desde ANC, que dejó ayer claro que reivindica la soberanía de Canarias, no de las islas Salvajes. Esta organización remarcó que la única intención de la protesta era "velar por un medio ambiente terrestre y marino, que se pretende poner en riesgo" con los sondeos, así como "evidenciar la falta de soberanía de Canarias". Este partido, que defiende una consulta popular sobre las prospecciones, justifica las acciones antipetroleras fuera de España para que "se pueda juzgar, desde la imparcialidad, la política española y los abusos hacia las Islas".