¿Hacia dónde va Europa?

Después de seis años de crisis económica que ha afectado al modelo social y especialmente en los países mediterráneos, la Unión Europea, tras las elecciones de mayo, ha vuelto a recobrar más legitimidad que nunca dado que por primera vez el presidente de la Comisión y la Comisión han sido elegidos como consecuencia de los resultados de dichas elecciones. Eso le da a la Comisión que ha tomado posesión este sábado un apoyo político y una capacidad mucho más grande que las que han tenido las anteriores para iniciar un proceso de recuperación y de protagonismo, que es lo que Europa necesita.

¿Toca acelerar la inversión tras tanta época de recortes?

No cabe la menor duda y precisamente en ese programa aprobado por el Parlamento Europeo el 15 de julio con el apoyo de las tres grandes fuerzas políticas populares, socialistas y liberales, hay un compromiso de 300.000 millones de euros para las inversiones, que se espera que se empiece a poner en práctica en poco tiempo.

Bruselas rebaja el pronóstico de crecimiento en Europa, ¿cómo afecta esto a España?

Es posible que tarde en producirse la recuperación, pero en todo caso parece que va en serio. Lo que ocurre a Europa afecta a España, de la misma forma que afectó la crisis.

¿En esta nueva Comisión Europea habrá países de primera y de segunda?

No. Lo que ha habido hasta ahora han sido países que les ha afectado más la crisis que a otros, especialmente los mediterráneos.

¿Alemania seguirá siendo predominante?

Va a tener un peso importante, pero no tanto como el que se dice, ni tampoco creo que tiene el peso decisivo que se da por hecho en los medios que existe. Su peso económico no llega a un cuarto del total.

Angela Merkel ha marcado las directrices en los últimos años.

Ha podido condicionar a la Comisión en gran medida, pero porque había un consenso entre los países nórdicos en esa dirección. El comisario finlandés ha marcado la pauta con el apoyo de algunos países centrales.

¿Qué opina de la composición del Europarlamento y las nuevas voces tras los comicios?

Esa composición demuestra que en Europa es más fácil la gobernabilidad que en los países miembros. En Francia ha ganado la extrema derecha y en Gran Bretaña los antieuropeos, pero en el Europarlamento esas fuerzas políticas no tienen ni representación.

¿Le preocupa el empuje de Podemos en España?

Podemos ha tenido el acierto de conseguir movilizar el voto de los indignados y ha conseguido encauzar unas protestas en contra del sistema en la vía parlamentaria, lo cual es un enorme éxito, que en vez de que hubiera demostraciones antisistemas en la calle, estas fuerzas se puedan manifestar por un cauce parlamentario.

¿Cuál será el impacto de la formación liderada por Pablo Iglesias en las elecciones?

Podemos va a tener peso en la medida en que no se resuelvan los problema estructurales en España y no se modifique el modelo político, pero en la medida en que se vaya resolviendo la crisis, desaparezca la corrupción y se den mejores cauces de participación, su peso irá disminuyendo. Podemos surgió del movimiento de los indignados y de las manifestaciones que había en las grandes ciudades contra las políticas de austeridad.

Las encuestas colocan a Podemos como tercera formación política.

Esto es una situación coyuntural. Las encuestas son muy distintas un año antes que cuando se acercan las elecciones.

¿Habría que adelgazar las instituciones europeas?

No. Todo lo contrario, hay que fortalecerlas. El presupuesto comunitario es sólo un 1% del total, mientras que en Estados Unidos es el 30%. Aquí habrá que aumentar su presupuesto poco a poco.

¿Cómo debe vertebrarse la política exterior y de seguridad y defensa de la UE?

La política exterior en estos cuatro últimos años ha conseguido un gran desarrollo tras las reformas del Tratado de Lisboa, que pone en marcha la diplomacia común y la creación del servicio europeo de acción exterior. Ha funcionado muy bien la gestión, quizás falta la política, pero en una etapa como la anterior de crisis económica era muy difícil conseguir aumentar su protagonismo. En todo caso no ha habido un retroceso en los grandes temas de política exterior: gobernanza, defensa de derechos humanos, cooperación al desarrollo, sino que se ha mantenido e incluso en algunos casos ha mejorado.

¿La UE ha perdido fuerza como potencia internacional?

La UE viene existiendo desde 1993, que entra en vigor el Tratado de Maastricht y desde entonces ha tenido un protagonismo creciente en la sociedad internacional, probablemente no el suficiente en relación a sus indicadores, ya que es la primera potencia económica mundial, la primera potencia comercial, la primera en cooperación al desarrollo, la primera en ayuda humanitaria...

La unión bancaria está a punto de ser una realidad.

Sí. Se han dado pasos importantes en la gobernanza económica, entre ellos éste, que está casi en la fase final y es muy importante para hacer frente a las hipotéticas nuevas crisis financieras. Nos ha cogido la crisis financiera que viene de Estados Unidos en la mitad de la construcción de este edificio, que es la unión económica y monetaria. Estaba sin poner el tejado y casi se lo lleva por delante. Ahora tenemos casi el tejado hecho, se trata de rematarlo lo antes posible, antes de que venga otro vendaval.

¿Tendría encaje en Europa una Cataluña independiente?

No. Es una Europa de Estados.

¿Cómo valora el trato de la UE a Canarias?

Hay que resaltar el carácter europeo de Canarias y, por tanto, el que disfrute de todas las políticas como los demás ciudadanos de la Unión Europea. Hay que sacarle partido a esa posición estratégica privilegiada entre tres continentes.

¿Europa está respondiendo bien a las demandas de África?

No, tiene que hacer mucho más. Es el gran tema pendiente. Tiene que desarrollar una política estructural en relación a África.

Otras potencias han reforzado su apuesta por África.

No estoy tan convencido, más que apostando están sacando beneficios. No creo que nadie esté apostando por un desarrollo serio de África, salvo Europa, pero lo debe hacer todavía más. Lo poco que hace Europa en África es mucho mejor que lo que hacen los chinos. Europa tiene un programa a largo plazo, cosa que no tienen otros.