Como si fuera el mismísimo Berlín divido en el bando capitalista y el comunista, las líneas que la alcaldesa de Güímar mandó pintar en medio de rotondas, paseos peatonales, stops y hasta pasos de zebra, para delimitar la frontera entre su municipio y el de Arafo, ha sido acogido con mucho humor y un pique sano por los vecinos de ambas localidades. Mientras las redes sociales se inundan de Darth Vaders, presuntas tropas movilizadas por ambos alcaldes y hasta Mel Gibson en Braveheart que sale a la ayuda de las milicias araferas o güimareras, ayer, en el polígono del conflicto, los conductores aún miraban extrañados las pintadas y los más noveleros no dudaban en marcarse un selfie con un pie en cada lado.

"Esas líneas solo sirven para vacilar con que estás a la vez en los dos pueblos", asegura el güimarero Javier Hernández señalando a los jóvenes que se fotografían con el móvil.

Un poco más allá, dentro de unas de las tiendas del polígono, el arafero Julio Padilla comparte la opinión de Hernández y reconoce que "esas rayas son una bobería". "Algunos dicen que las han pintado de azul porque es el color del Partido Popular", bromea Padilla con un amigo en referencia al partido de Carmen Luisa Castro, regidora güimarera, que no sale de una polémica para meterse en otra. "Eso sí, seguro que va a ser el tema de moda en las fiestas de El Socorro que ya han comenzado", añade de inmediato.

Y es que la mayoría de residentes y trabajadores de la zona coinciden en que las pintadas azules son "un absurdo". En la tropa de los que están con el alcalde de Arafo, José Juan Lemes, quien exige que se quiten las dichosas rayas, está su vecino José Jaime Moreno. "Lo veo un poco separatista. Además, las líneas puede confundir a los conductores", critica. En cuanto a la polémica que ha desatado este paso fronterizo y las lanzas entre uno y otro mandatario, el arafero apunta que "los políticos quieren desviar la atención de lo que realmente es importante a través de tonterías como éstas".

Aunque no comparten municipio, el güimarero David Martín también sostiene que por más que se pregunta el por qué de las pintadas sigue sin entenderlo. "La verdad es que no se por qué las han hecho. No creo que sean necesarias", detalla Martín. Los residentes también destacan su "dudosa legalidad". "Muchos conductores se quedan mirando. No sé hasta qué punto afectarán a la seguridad vial", resalta el de Güímar.

Entre los objetivos de este checkpoint charlie, los vecinos creen que está "diferenciar el municipio que está limpio del que no". Así lo apunta Daniel Pérez en su negocio. "Parece como si quisieran decir yo estoy cumpliendo pero tú no", detalla el joven. En este sentido, los güimareros aseguran que su municipio "está limpio y adecentado", mientras que en Arafo "no ocurre lo mismo". "No hay nada más que ver todas las palmeras caídas que hay en las aceras. Por ahí apenas se puede conducir y ya no te digo pasear...", asegura Julian Ramos sumándose a la conversación.

Según aclara Lisa Allard, quien lleva la Fundación en Pie, localizada en el mismo polígono industrial, "sabemos que hay un conflicto entre los dos municipios y de ahí vendrá este tema de las pintadas". Allard opina que este desacuerdo es también el que tiene "en un estado de dejadez el polígono". "Unos están esperando a que lo hagan los otros y ellos que lo hagan los primeros. Es un cacao porque no se ponen de acuerdo", explica la empresaria.

Municipio descuidado

Allard insiste en que los alrededores de su local, que están situado en el término municipal de Arafo, están "totalmente descuidados". Sin embargo, su fundación tienen una propuesta. "Estamos trabajando en un proyecto para que unos cuantos chicos con los que trabajamos, que tienen problemas psiquiátricos, se encarguen de arreglar los jardines de la zona", detalla Allard. La joven destaca que la situación es incluso "peligrosa". "Los camiones que salen de la gasolinera no ven bien para maniobrar debido a la altura de los árboles", añade Allard.

Por su parte, en las tropas de la alcaldesa güimarera, quien se mantiene en su postura de que las pintadas "ayudan a delimitar los municipios", están algunos de los empresarios del polígono industrial como Juan Luis, quien tiene un nave. "Las rayas azules me parecen geniales. Este polígono es un lío porque pertenece a tres municipios, incluido Candelaria, y a veces cuando se tiene que hacer una gestión es bastante confuso", explica el también güimarero.

Así, Luis relata que al principio desconocía a qué localidad pertenecía su nave "y tuve que ir varias veces a los dos ayuntamientos para solucionarlo". Añade que no considera que las líneas puedan confundir a los conductores "ya que están pintadas de azul". "Las rayas de la carretera son amarillas, blancas y rojas, pero nunca azules. No tiene por qué haber problemas. Estas son informativas", puntualiza Luis.

Este empresario también opina que el polígono "es un desastre". "Las calles no tienen nombres, sino que están marcadas por parcelas y manzanas. Esto es un problema para la telefonía, el correo e incluso el servicio de basura", detalla. "Pelean si esto es mío o es tuyo y al final lo que ocurre es que no tenemos servicios", asegura Luis. Los trabajadores de la zona señalan que incluso con los días festivos hay confusiones.