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Entrevista | Ornella Chacón

"Salir del Gobierno fue una frustración, pero no afecta a mi relación con las Islas"

"Hay que mover las cosas, aunque sea sin horizonte temporal y con lo inestable que está la política" destacó la presidenta de Puertos del Estado

Ornella Chacón, presidenta de Puertos del Estado. LOF

Usted es la primera mujer en ocupar la presidencia de Puertos del Estado. ¿Este cargo ofrece dificultades adicionales para una mujer en un sector dominado por los hombres?

Yo quiero casi pensar que puede ser una ventaja, una visión nueva y distinta, quizá algo más sensible o más femenina, puede ser que se convierta más en una ventaja que en un inconveniente. Parto de esa premisa. Ya fui la primera consejera de Obras Públicas en el Gobierno de Canarias, que es un sector también muy masculinizado, y creo que tengo una experiencia previa que me pueda hacer sentir en territorio conocido. Para mí, como persona, no preveo que me cause ningún problema.

¿Cree que el PSOE canario está bien representado en el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Se han cubierto las expectativas que tenía el partido en las Islas en este sentido?

Respecto a las expectativas, son el secretario general y la dirección regional quienes tienen que valorar si se han obtenido lo que se consideraba justo y se pretendía. En general, yo creo que estar posicionados en determinados ministerios, en determinadas áreas como la mía, pueden ayudar a trasladar muchas cuestiones de lo que son las necesidades de Canarias. Además de los puestos en sí, hay que valorar la capacidad de que sirvamos de enlace y de transmisión, y en este sentido me he puesto a disposición del partido y es ahí donde tenemos que trabajar.

Hay quien pueda pensar que las relaciones de Puertos del Estado con Canarias siendo usted la máxima responsable del ente, van a estar condicionadas por el hecho de que usted fuera expulsada del Gobierno, junto a otros tres consejeros socialistas, del Gobierno nacionalista de Fernando Clavijo.

Quienes estuvieron conmigo compartiendo el Gobierno de Canarias me conocen bien. Los consejeros de CC saben que no caigo nunca en la tentación de que los sentimientos personales generen interferencia en la gestión de lo público. No creo que al Gobierno canario le ocasione ningún temor que yo esté al frente de Puertos del Estado. Aquella circunstancia no va a condicionar en absoluto mi gestión.

Pero aquella experiencia fue traumática para usted y es posible que haya vivido este nombramiento como una especie de reivindicación de su figura y de venganza involuntaria contra el Gobierno de CC

Negar que fue traumático en lo personal sería ser poco sincera, pero los traumas y los pasos difíciles te hacen más fuerte y en este sentido tengo que decir que, a efectos personales, aquello me ha dado más herramientas y más fortaleza. Yo prefiero ver este cargo ahora como un reconocimiento del trabajo bien hecho en la consejería, en la que dejamos una ejecución presupuestaria casi del 98 %, cuando se venía de resultados muy inferiores, y quizá por la forma que entiendo de hacer política a través del diálogo y la cooperación, y a veces de renuncia para poder llegar a puntos de encuentro. Todo ello avala en parte este nombramiento.

¿Ha hablado ya con el presidente de Canarias, o con otros miembros del Gobierno?

Recibí felicitaciones desde el principio del consejero de Obras Públicas y Transportes (Pablo Rodríguez) y de otros consejeros y consejeras. Ellos fueron los que me transmitieron las felicitaciones del presidente de Canarias.

Usted va a convivir con dos representantes del PP como presidentes de la Autoridad Portuaria de Las Palmas y de Santa Cruz de Tenerife, ¿es posible desarrollar una gestión normalizada y profesional y sin contaminación política por esa circunstancia?

Yo estoy convencida de que sí y lo he detectado con la mayor parte de los presidentes de las autoridades portuarias, que son personas que una vez que llegan a estos cargos en los que saben que manejan una parte muy importante de la economía local y autonómica, y con mucho peso en la economía estatal, entienden el marco en el que se mueven. He detectado en todos ellos mucha responsabilidad, y así lo he visto por ejemplo cuando he hablado con el presidente de la entidad de Las Palmas, Juan José Cardona, y por mi parte soy consciente de eso mismo. Creo que puede haber un total entendimiento porque somos conscientes de lo que se mueve en este sector y de su influencia en lo económico y lo social de cada uno de los territorios.

¿Qué lugar ocupan en su agenda la visita a los puertos canarios?

La primera agenda que tenemos son los planes de empresa de los puertos. Una parte de la comunicación entre las autoridades portuarias y Puertos del Estado consiste en la aprobación de los planes que su vez contiene los planes de inversión, son los documentos técnico-económicos que tienen que aprobarse entre las partes. Estos planes han sufrido un retraso con el cambio de Gobierno y ahora tenemos que impulsarlo a la mayor velocidad posible. Lo primero que hay en agenda en septiembre son estas reuniones para terminar y aprobar esos planes de empresa que son el marco en el que ellos se mueven. Mientras tanto, combinaremos en agenda visitas con algunos puertos, aún por determinar.

En la mente de todos está el conflicto vivido en los últimos años entre los anteriores presidentes de la Autoridad de Las Palmas, Luis Ibarra, y del ente estatal, José Llorca. ¿Va a ser posible normalizar esa relación en la nueva etapa entre Cardona y usted?

Mi intención es tener las mejores relaciones con todos los presidentes de las autoridades portuarias y con Cardona ya hemos mantenido una primera reunión muy positiva. Yo soy de mucho respeto institucional, siempre digo que los cargos públicos somos aves de paso, pero si se respeta a la institución, si se respeta el marco competencial y el marco legal, normalmente el paso debe ser exitoso y sin necesidad de generar conflictos innecesarios

Tras la sentencia del Tribunal de Cuentas desestimando la demanda de Llorca contra Ibarra, usted ha dicho que acatará la resolución y que pagará las costas, pero ¿cual es la posición de fondo de Puertos del Estado sobre ese contencioso en torno a la cuantía del plus que impugnó Llorca?

Sobre las motivaciones de ese pleito habría que ahondar mucho y preguntárselas a quien puso la demanda. Lo que sí sé es que ahora toca acatar la resolución, que deja muy claros los parámetros y cuál es el coste judicial que asume el ente. La situación para Luis Ibarra no ha sido cómoda y ahora no queda otra, si acaso pedirle disculpas, que desear que esto quede lo más lejos posible.

¿Pero se plantean algún tipo de resolución de este asunto a largo plazo dado que la sentencia del Tribunal de Cuentas se refiere sólo al año 2013 y sigue habiendo múltiples sentencias, en lo contencioso, contradictorias?

No me gusta heredar pleitos de mis antecesores ni tampoco generar una serie de conflictos ni trasladarlos continuamente en el tiempo. Creo que ese capítulo hoy está cerrado, y si hubiera alguna novedad, como presidenta tendré que actuar. Lo que no podemos nunca es alargar los procesos reiteradamente. No tenemos otro escenario que el de esta sentencia del Tribunal de Cuentas y en él nos movemos hoy. Si las cosas cambiaran y esta institución tuviera que tomar alguna decisión, se analizaría de forma concreta y actuaremos en consecuencia.

Ibarra renunció a este cargo por este asunto y quizá usted considere que su presencia aquí es como muy casual, circunstancial...

La política juega un poco en el destino de todos y hace curiosos movimientos. Es verdad que en cierto modo la decisión que él adoptó hizo que desde Canarias se siguiera buscando alternativas al nombramiento. Con Ibarra he tenido siempre muy buena relación y no me siento incómoda por estar aquí por su renuncia, porque muchos llegamos a puestos en política por piruetas del destino.

¿Qué problemas específicos tienen los puertos canarios que usted pueda abordar desde Puertos del Estado?

Los puertos canarios, como la mayor parte de los puertos de España, tienen las grandes infraestructuras hechas, les faltan mejoras para tener mayor capacidad y ofrecer servicios de mayor calidad. Todas esas mejoras están incluidas en los planes de inversiones y son las autoridades portuarias quienes los proponen y nosotros lo que hacemos es velar para que cumplan la legislación estatal, es decir, la autosuficiencia financiera y que no generen déficit.

Puertos del Estado tiene algo que decir en relación con la polémica ampliación del puerto de Agaete?

El de Agaete es un puerto de interés regional y depende directamente de la consejería de Transportes y es competencia autonómica. Ni Puertos del Estado ni la Autoridad Portuaria de Las Palmas pueden intervenir. Cuando fui consejera en el Gobierno de Canarias era consciente del conflicto que había y que es un gran cambio en un pequeño pueblo marinero, con un toque turístico diferenciado, y eso requiere de mucho consenso. Los grandes beneficios que se supone que genera tienen que ser creídos por la población, porque a nadie le gusta que un puerto sea odiado por sus habitantes.

En relación con la regasificadora de Granadilla, ¿cual es la posición del ente estatal?

A efectos de suministro, es una competencia estatal, pero fundamentalmente también autonómica y ahí es necesario un debate sobre materia energética que deben madurar el Gobierno autonómico y el Ministerio de Industria, pero es un debate que excede de lo que son las competencias portuarias.

Sobre el suministro de gas licuado a los barcos para reducir la contaminación sigue habiendo mucha oposición, ¿es una medida necesaria?

Ningún territorio puede quedarse fuera de un objetivo global que además deviene de una legislación medioambiental. Toda aquella nueva legislación que requiera adaptar las infraestructuras e instalaciones portuarias para dar servicio a ese cumplimiento debe ser aplicada, porque estamos hablando de un interés general en la lucha por reducir la contaminación y evitar el cambio climático. No nos podemos quedar atrás. Se ha mezclado un poco este debate con lo que es la regasificadora y el suministro de gas para la población con el suministro a buques, y en esto último lo que hay es casi un imperativo moral para que los buques que van por nuestros océanos contaminen menos.

¿El modelo de gestión y autonomía de las autoridades portuarias está asentado y consolidado o hay debate en torno a la posibilidad de segregar determinados puertos, o fusionar algunas entidades provinciales?

El debate está cerrado en el sentido que la Ley de Puertos lo deja muy claro. Las autoridades portuarias tienen una autonomía de gestión y Puertos del Estado tiene la labor de coordinar, supervisar y mantener que el conjunto de acciones de todas las autoridades tienen un objetivo común, pues generan una economía que es estatal, no sólo autonómica o local. A día de hoy es un sistema sólido que se refleja en las cifras económicas y el empleo que genera. El interés que tienen algunos puertos por ser transferidos a las comunidades autónomas, que es otro debate, es un asunto muy delicado y hay que tratarlo con mucha cautela.

¿Es ese el caso del puerto de Arrecife?

A día de hoy, en el puerto de Arrecife lo que me ha llegado como presidenta es que agilice los trámites para las obras pendientes del plan de inversiones y a eso nos estamos dedicando para que no tengan que esperar ningún trámite o resolución de ningún conflicto. Para mí lo prioritario en Lanzarote es resolver esas cuestiones que agilicen la ejecución de las obras.

¿Cómo afronta el hecho de que asuma el cargo a mitad de legislatura y que no tenga claro el horizonte de mandato por la incertidumbre política? ¿Eso le va impedir gestionar con normalidad?

Si uno respeta la institución y entiende que está transitoriamente gestionándola, y sientas bases sólidas con el equipo, que son de la casa y la conocen muy bien y son unos apasionados del sector, y se establecen una serie de objetivos que puedan ser continuados en el tiempo por los que vengan después, puedes contribuir a mejorar las cosas y a hacer cambios aunque no llegues a recibir sus beneficios de manera directa. Hay trabajo que es inmediato y es visible. Pongo ejemplos: el reglamento de explotación y policía o el convenio colectivo de los trabajadores son asuntos que no hay que dejar dormir porque no tengamos por delante toda la legislatura; hay que empezar a moverlo. Con lo inestable que está la política últimamente, si no movemos las cosas aunque sea sin horizonte temporal, al final nunca se haría nada. Hay que saber vivir con la incertidumbre, avanzar en lo que se pueda de forma que los que vayan viniendo detrás puedan continuar con los proyectos.

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