El malestar en el Gobierno de Canarias por la actitud de varios ministros y del propio jefe del Ejecutivo estatal, Pedro Sánchez, en relación con asuntos importantes de la agenda política isleña y con el trato dispensado al presidente canario, Fernando Clavijo, y a diversos consejeros, ha ido in crescendo en las últimas semanas y se encuentra en estos momentos en su punto más álgido. La crisis migratoria por el problema de la acogida de menores ha incidido en la tensión previa entre ambos ejecutivos por el retraso en la firma de los convenio de infraestructuras, y amenaza con dinamitar las expectativas de diálogo y acuerdos que se esperan para la reunión entre Sánchez y Clavijo el próximo día 25 en la Moncloa. Desde el Gobierno central el malestar no es menor con el líder nacionalista, en su caso por lo que interpreta como una campaña junto al PP contra Sánchez en materia territorial y sobre el conflicto catalán.
Pese a todo este clima de recelos en ambas direcciones, el Ejecutivo regional evitó ayer mantener la escalada de reproches y trató de rebajar el tono del enfrentamiento con el objetivo de aprovechar los diez días que restan hasta la celebración de esa reunión para buscar un clima más reposado y conciliador. "No hay ningún interés en elevar el tono con el Gobierno central", afirman desde el Gobierno de Canarias, donde consideran que hay algunas declaraciones y actitudes de ministros que merecerían una respuesta contundente, pero van a tratar de pasarlo por alto para no enturbiar más el ambiente, y porque además creen que la propia realidad de las cosas acabará por desmentir esos posicionamientos.
Se refieren sobre todo a la declaración de la ministra de Defensa, Margarita Robles, sobre la existencia de material explosivo en el acuartelamiento de Lanzarote que el Gobierno de Canarias ha solicitado para acoger temporalmente a los jóvenes inmigrantes en espera de las pruebas que puedan determinar su edad y su posterior traslado a centros de acogida de los diferentes cabildos. Esta declaración de Robles, junto a la negativa del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de reunirse con representantes del Ejecutivo regional, o a desplazarse a las Islas para conocer in situ la situación, ha provocado mucha irritación en el gabinete de Clavijo. Se añade esto al malestar provocado por el rechazo de Sánchez a reunirse unos minutos con el presidente canario la semana pasada durante los actos de homenaje a José Saramago en Lanzarote.
Desde el Ejecutivo regional aseguran que hasta la reunión del día 25 no hay expectativas de avances en ninguno de los asuntos abiertos tras constatar la nula voluntad de los distintos ministerios de mantener la interlocución que, pese a los problemas y desencuentros, sí estaba activa en las últimas semanas. Esta situación es desmentida en todo caso por el PSOE canario, donde se insiste en que los contactos entre ministerios y consejerías es permanente y que hay avances en los aspectos de los convenios que están por firmar. Como ejemplo mencionan que el pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó el Plan de Empleo de Canarias (PIEC, dotado con 42 millones), y que el documento se firmará mañana miércoles por la ministra de Empleo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, y el propio Clavijo en la sede del ministerio.
Para los socialistas y para algunos sectores de CC que también tratan de mantener los puentes de interlocución entre ambos Ejecutivos, la firma del PIEC y la aprobación definitiva de las reformas del REF económico y del Estatuto el día 24 en el Senado, un día antes de la reunión de la Moncloa, son argumentos suficientes como para que Clavijo y Sánchez aborden la agenda canaria "en clave positiva y de acuerdos" en su encuentro en la Moncloa, el primero de ambos mandatarios desde la llegada al Gobierno del líder socialista tras la moción de censura del 2 de junio.
Más allá del clima de relaciones actuales, Clavijo también confía en salir de esa reunión con "resultados concretos" en relación a la firma de los convenios, y con compromisos en materia de inmigración y menores no acompañados.
Cumplir los Presupuestos
Este doble posicionamiento del Gobierno de Canarias, evitando tensar aún más el ambiente pero exigiendo respuestas concretas y rápidas, lo expresó ayer de forma clara el consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad, José Miguel Barragán, tras la reunión del Consejo de Gobierno, reclamando por un lado un "cambio de actitud" del Estado en relación con los convenios y asegurando que "las cosas van caminando desde el punto de vista de las relaciones, pero no acaban de avanzar". Barragán señaló que "no estamos ante un Gobierno nuevo con una agenda canaria nueva, sino que estamos ante una agenda canaria que está desarrollándose y que tiene reflejo en los Presupuestos de 2018".
Denunció en este sentido que no sólo está pendiente la firma de los convenios, sino que tampoco han llegado los fondos pactados contra la pobreza o para combatir la violencia de género. El consejero lamentó que hasta ahora el Ejecutivo regional se ha encontrado con un Gobierno central que "peca" de ser un recién llegado y de "no tener las pilas puestas" en los asuntos canarios, señalando que "ese tiempo ha pasado y esperamos que este mes algunos convenios vean la luz con su firma".
Por su parte, el presidente de NC y portavoz de esta formación en el Parlamento de Canarias, Román Rodríguez, insiste en la necesidad de que Clavijo y Sánchez busquen "espacios de encuentro" para "poner fin al enfrentamiento que sólo perjudica a los ciudadanos de las Islas". Rodríguez pedirá hoy en la Cámara regional que Clavijo aproveche la reunión del día 25 para reconducir las relaciones y para mostrar ya "su predisposición" a trabajar con el gabinete de Sánchez y "sacar a las Islas del frente opositor de la derecha española porque en sus responsabilidades ejecutivas no puede anteponer sus intereses de líder de CC". También reclamó por otro lado que el Gobierno central debe "imprimir una mayor celeridad al cumplimiento de las previsiones de los Presupuestos de 2018" en relación con el Archipiélago.
