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Turistas, inmigrantes y soldados

El Cabildo majorero sostiene que "la actividad turística no es compatible con este tipo de maniobras"

Turistas, inmigrantes y soldados

La fragilidad ambiental de las Islas y la alta dependencia de su principal actividad económica, el turismo, son los principales motivos de preocupación que han llevado a las autoridades de Fuerteventura a cuestionar la proliferación de maniobras en su territorio: "Diversos grupos y alcaldes se han dirigido al Cabildo cuestionando la compatibilidad de los ejercicios militares con la industria turística y pidiendo que este tipo de prácticas sólo se realicen en las zonas militares acotadas", señaló Marcial Morales al anunciar que la corporación insular que preside solicitará al Ministerio de Defensa el cese de las maniobras previstas los próximos días. No son, ni mucho menos, las únicas que se vienen realizando en Canarias. De hecho en los últimos años, como en el resto de España y de Europa, han proliferad.

Maniobras aliadas

Las más significativa fue la que tuvo lugar en 2016, cuando España puso a prueba la defensa aérea del Archipiélago en una operación denominada Dacex/Dact, junto a otros países aliados como Francia, Alemania, Bélgica y Estados Unidos. Entre 2015 y 2018 se han sucedido también significativas maniobras nocturnas y diurnas, por tierra y aire, en La Isleta.

Estas actividades militares han provocado en ocasiones protestas vecinales, cuando se han realizado en lugares cercanos a núcleos de población o en horas intempestivas. A veces han dado lugar también a alguna declaración institucional, siempre moderada, cuestionando tímidamente alguna decisión militar que afecta a sus ámbitos de competencia. Pero lo común es que se afronten desde una subordinación silenciosa, ante una política defensiva que en realidad se desconoce. Y es que Canarias no sabe si el aumento de maniobras en las Islas, así como la creciente ocupación del territorio por las fuerzas del orden, responden a un hecho puntual o a una resignación del papel geopolítico a jugar por el Archipiélago en esta zona del mundo.

¿La segunda guerra fría?

En la actualidad se están produciendo, de hecho, las mayores turbulencias mundiales en materia de seguridad, tras la relativa armonía alcanzada desde principios de los noventa hasta el 2014. Ese año, la invasión rusa de la península de Crimea alteró el juego de equilibrios entre los dos bloques. Y desde entonces las maniobras militares baten récords en uno y otro lado. Esta misma semana tuvo lugar la mayor exhibición de músculo militar que ha realizado la Unión Europea en aguas de Noruega: 50.000 soldados de 31 países de la OTAN participaron en la operación Trident Juncture. Era la respuesta al anterior ejercicio de Rusia Vostok-2018, en el que se movilizaron hasta 300.000 efectivos: "Hoy todo es menos predecible", sostuvo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Sobre todo con un presidente de EEUU dispuesto a reactivar tensiones que pudieran generar otra guerra fría.

No parece, por tanto, una casualidad que se sucedan las citadas operaciones militares en Canarias, precisamente en estos momentos en que se está produciendo una redefinición de las políticas defensivas y de seguridad tanto a nivel mundial como europeo.

Tiempos de rearme

Vivimos de hecho tiempos de "rearme" de los países: Estados Unidos ha planteado a Europa la necesidad de que aumente su gasto militar hasta un 2% del PIB. Ello quiere decir que España, que está en el 0,9% y cuenta en la actualidad con más de 120.000 efectivos (9.000 operando desde Canarias), tendrá que duplicar su gasto militar para cumplir con las exigencias de Donald Trump. La Unión Europea ha reaccionado solicitando, por un lado, que ese incremento se produzca de aquí al año 2023. Y, en segundo lugar, planteando tanto Francia como Alemania la conveniencia de contar con "una defensa europea propia", y no solo integrada en la OTAN.

El Gobierno de Pedro Sánchez, por su parte, quiere hacer valer la aportación que España realiza en centros logísticos, fundamentalmente en relación a la base de Rota, que será previsiblemente el cuartel estratégico de la UE tras el Brexit en sustitución de Northwood. ¿Se ha pensado también en Canarias como frontera sur europea con África? No solo como centro logístico, sino como centro de inteligencia militar o para el traslado de tropas al continente africano desde las Islas. Y, de ser así, ¿querría la sociedad canaria asumir ese papel?

Las dudas surgen ante la falta de transparencia con que actúa el Ministerio de Defensa en Canarias. Esta actitud ha sido de hecho una constante histórica, y tiene mucho que ver con la fuerte presencia militar en las Islas. Ya en la década de los noventa se abrió un fuerte debate social en torno al papel a jugar por Canarias ante los desafíos geopolíticos del momento; y concluyó con el rotundo pronunciamiento de su población en el referéndum de la OTAN. Y con la movilización de una parte significativa de la sociedad en contra de la instalación en Canarias de una base de operaciones. El No obtuvo en el Archipiélago algo más del 50% de los votos escrutados, y fue valorado por los sectores políticos, sociales y económicos partidarios de la salida de España de la Alianza Atlántica, como la expresión de una "voluntad y vocación de neutralidad" arraigada en las Islas.

Tras aquel No de Canarias a la OTAN, el nuevo Estatuto de Autonomía, que entrará en vigor el próximo martes, vuelve ahora a declarar al Archipiélago como "plataforma de paz y cooperación".

Sin embargo, todos estos movimientos militares que están teniendo lugar en las distintas Islas no están dando lugar a ningún debate entre la clase política canaria. El Parlamento autonómico parece vivir de espaldas a lo que ocurre militarmente en parte de su territorio. Y tampoco el Gobierno ha planteado ninguna aclaración respecto a las prioridades defensivas de y desde Canarias, como frontera sur de Europa.

Es más, el único gesto significativo que ha dado el Ejecutivo canario en lo que va de legislatura fue la visita de Fernando Clavijo a las tropas canarias en Líbano. Era la primera vez que la Brigada Canarias XVI, creada en 2008 con la misión de generar contingentes para Afganistán y Malí, asumía el mando de una misión de Naciones Unidas bajo las órdenes de Venancio Aguado, jefe de dicha unidad y del sector Este de la ONU. Clavijo justificó su presencia en Líbano por "ser una misión de paz en la que el 85% de los 600 efectivos son canarios o residentes en las Islas". Sin embargo para el representante de Podemos Juan Márquez, la iniciativa no dejaba de ser "una incongruencia en un partido que se dice nacionalista".

Sólo Fuerteventura, con una amplia cultura antimilitarista por la excesiva presencia de las fuerzas de seguridad, parece reaccionar en estos momentos ante el reposicionamiento defensivo de Canarias. Ya lo hizo hace décadas, cuando sus autoridades y población se movilizaron para lograr la salida de la legión de la isla.

Amplio patrimonio militar

El caso es que la presencia de los militares ha sido tan constante y amplia en Canarias a lo largo de su historia, que una tesis doctoral propone poner en valor todo el patrimonio militar que acumula para realizar una oferta singular del denominado "turismo bélico". También los dos ayuntamientos capitalinos se han planteado aprovechar el rico patrimonio militar como reclamo turístico, basándose en estudio sobre las baterías que hay en su litoral. La iniciativa ofrece sin duda un modo más pacífico de propiciar el encuentro entre turistas y soldados que toparse ambos frente a frente en la orilla de una playa.

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