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Defensa El papel del Archipiélago, a debate

La OTAN y las Islas: nueva versión

La "ocurrencia" de Casado coincide con la apuesta de España por aumentar la presencia de la Alianza Atlántica en el país

Manifestación en contra de la entrada de España en la OTAN. LA PROVINCIA

El líder del Partido Popular en España, Pablo Casado, pasó por Canarias para participar en un acto electoral y dejó, a su regreso a Madrid, un viejo y delicado debate reabierto: "No tiene ningún sentido que el mando de la Alianza Atlántica [OTAN] esté en Alemania cuando Canarias ofrece dentro de Europa una posición cercana y privilegiada para coordinar los esfuerzos en inteligencia y defensa en la zona del Sahel, en particular, y en todo el continente africano en general", reflexionó el dirigente conservador. Y añadió: "España debe poner en valor la posición geoestratégica de Canarias".

Es difícil constatar si Casado era consciente de estar destapando una de las cajas de Pandora que ha levantado no pocas ventiscas en el Archipiélago desde los tiempos preconstitucionales. Es decir, antes incluso de la aprobación de la Constitución en 1978, hasta el punto de condicionar algunas de las decisiones que se tomaron en la transición democrática.

El primer partido político en reaccionar tras las declaraciones del presidente nacional del PP fue Coalición Canaria. Su secretario general, José Miguel Barragán calificó la propuesta de Casado de "incoherente e irresponsable, al proponer que un territorio de paz como es Canarias se identifique como un lugar estratégico militar y de coordinación de inteligencia". Y añadió que sus palabras denotaban "falta de información respecto a la posición que adoptó la sociedad canaria sobre la OTAN". Podemos y Nueva Canarias recurrieron al mismo argumento, el voto en contra de las Islas en el referéndum celebrado en 1986, para mostrar también rotundamente su rechazo a la propuesta. Y el PSOE la consideró una propuesta extemporánea, un retroceso y una provocación a Canarias".

Más bases en España

Casado llegó a la presidencia del PP gracias sobre todo al aval de María Dolores de Cospedal, ex ministra de Defensa que, antes de la salida del PP del Gobierno, fue la encargada de consensuar con sus homólogos europeos la nueva política defensiva de la UE, sobre todo ante el reto de combatir la amenaza terrorista. En las numerosas reuniones formales e informales mantenidas durante su mandato, apoyó la iniciativa francesa de reforzar la intervención militar en África, iniciada por el ex presidente Hollande tras los atentados terroristas en París. El acuerdo hispano-francés llevó a Cospedal y su homóloga Florence Parly a presentar la candidatura conjunta de las bases de Rota y Brest para sustituir a Northwood tras el Brexit. Otro de los objetivos de España declarados por Cospedal fue "avanzar en la modernización de la OTAN". Y explicó entonces: "Hemos logrado introducir una recomendación para que las tareas que estén relacionadas con el flanco sur, que funcionan de una manera dispersa, sean objeto de un trato paralelo y coherente que pueda plasmarse en el futuro en una estrategia combinada para el sur". También mostró su confianza en que el centro de la OTAN en Torrejón asuma "alguna función más" en el marco de la adaptación de la estructura de mando de la Alianza Atlántica que negocian los aliados. Y reconoció, por último, el "interés" de España en contribuir a "un mando naval importante".

El pasado mes de noviembre fue Pablo Casado quien, tras una visita a Rota, declaró: "Tenemos la mejor capacidad para albergar otros efectivos militares que nos permitirían no tener que afrontar un crecimiento presupuestario en materia de Defensa tal y como exige la OTAN y los socios europeos". Y en el mismo sentido se ha pronunciado recientemente el propio presidente Pedro Sánchez ante la presión de Donald Trump para que los países europeos aumenten su gasto militar.

Desde esta perspectiva, es posible que lo que ha sido considerado en las Islas como una"ocurrencia" de Pablo Casado responda en realidad a la divulgación de determinada información por parte del presidente del PP que la que está trascendiendo públicamente. Y que el incremento de las maniobras militares en el Archipiélago se deba a una reasignación de su papel defensivo como frontera sur de Europa. Y no a meros ejercicios militares aislados.

Nadie se entera

De hecho, tres días después de que Casado actualizara el debate sobre la posible presencia de la OTAN en Canarias, se dio a conocer una nueva noticia de índole militar y no escaso alcance: la creación de un Mando de Presencia y Vigilancia Terrestre del Archipiélago. Una novedosa unidad del Ejército de Tierra que, según anunció el propio general jefe del mando de Canarias, "busca garantizar la seguridad y ampliará su marco de acción, en operaciones puntuales, a las islas de Lanzarote, La Palma, La Gomera y El Hierro".

Hasta ahora, la actividad militar de Canarias se ha concentrado fundamentalmente en las restantes islas: Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura. En las tres se han producido reivindicaciones para la recuperación de determinados espacios ocupados por los militares para destinarlos a uso civil que, en ningún caso, han sido por el Ministerio de Defensa.

El incremento de la presencia militar que ya se viene produciendo en Canarias, y que las propias autoridades militares anuncian que irá a más, ha abierto por otro lado dudas sobre su compatibilidad con la principal actividad económica de las Islas: el turismo. En principio, no parece quitar el sueño al empresariado. Así, para la patronal hotelera y extra hotelera de grancanaria "no afectará al destino ni positiva ni negativamente. Siempre ha habido tropas en Canarias", según señaló su presidente José María Mañaricua. Su homóloga tinerfeña, Ashotel, lo consideró por su parte "una ocurrencia". También el presidente de los empresarios majoreros de Asofuer restó importancia al debate: "No perjudica al turismo en ningún aspecto. Cuando hay maniobras, nadie se entera".

No opina lo mismo sin embargo buena parte de la sociedad majorera y de sus instituciones. De hecho, en las últimas maniobras que tuvieron lugar antes de finalizar el año, fueron varios los ayuntamientos que, junto al Cabildo de esta isla, se manifestaron en contra, argumentando precisamente el impacto negativo del desembarco de soldados en las playas de la isla.

En cualquier caso, las palabras de Casado han puesto en alerta a parte de una sociedad que, en varias ocasiones, se ha pronunciado en contra de aceptar que se instalen bases militares que no sean de exclusiva competencia nacional.

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