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Día de Canarias

"Tanto cachorro, tanto fajín"

Pequeños Cho' Juan y Mary Sánchez celebraron ayer el Día de Canarias en el Colegio Aguadulce l Los niños y las niñas interpretaron isas, polkas y chotis, entre otros bailes

Fiesta por el Día de Canarias en el colegio Aguadulce

Fiesta por el Día de Canarias en el colegio Aguadulce

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Fiesta por el Día de Canarias en el colegio Aguadulce Adzubenam Villullas

"Tanto cachorro, tanto fajín", exclamó Helen Abigail a mitad de actuación. Ante ella, tres centenares largos de chiquillos y chiquillas convertidos por un día en pequeños Cho' Juan y Mary Sánchez. Los alumnos del CEIP Aguadulce de Las Palmas de Gran Canaria celebraron ayer su particular fiesta del Día de Canarias entre cánticos y bailes tradicionales del Archipiélago. La pequeña Helen Abigail y su compañero Raúl, estudiantes de 6º de primaria, fueron los encargados de hacer las veces de maestros de ceremonias desde un balcón reciclado a modo de tribuna.

Pañuelito rojo, rebequita del mismo color, una camisilla blanca impoluta, sombrerito de paja y una gran falda multicolor. Con esta descripción una niña de cuatro años cruzó la cancha dando saltos sin parar. La chiquilla, tan espabilada ella, llevaba días ensayando juntos a compañeros una demostración del chotis de Fuerteventura. Los padres, todos con el móvil en la mano dispuestos a inmortalizar uno de las primeras actuaciones de su hijo.

El Día de Canarias es una de las fechas más señaladas en los colegios del Archipiélago, tanto como la jornada previa a los días grandes del Carnaval. Horas antes de la fiesta, los grupos de whatsApp de los padres y madres echan humo, "¿alguien tiene un fajín de sobra'", "¡Chacha! Le queda estrecha la falda a la niña". La idea es conseguir soluciones, evitar que su hijo no acuda al colegio listo para ir de romería. "En mi caso intento ayudar con todo lo que tengo, me traje de casa tres faldas, un par de fajines, sombreros, lo que haga falta", indica Águeda Marcos, directora del colegio Aguadulce.

"Tuve que llamar a casa de esa niña esta misma mañana", señala la directora a una de las bailarinas de quinto. "Vive con su abuela y no tenía ropa canaria, le dije que no se preocupara, que le prestaba una falda", apunta. Dicho y hecho. Los preparativos para este día se prolongan durante semanas. "Hay padres y madres que vienen al menos una vez a la semana para dejarlo todo listo", destaca la educadora.

El balcón desde el que pregonan Helen Abigail y Raúl es fruto de ese trabajo mano a mano. El carrito de la moyera, realizado a base de materiales reciclados, tampoco podía faltar. Aunque, si algo destaca en mitad del patio del Aguadulce, esa es la carreta de romería, también de cartón piedra. Flores, plátanos y muchos chorizos de Teror rebosan los límites del carromato artesanal, producto de horas y horas de trabajo de un puñado de adultos entre pinturas, silicona, tijeras y mucha imaginación.

No obstante, la implicación es una de las señas de identidad de este colegio. La cuestión salta a la vista, pero para sus alumnos y su comunidad educativa pasa desapercibida, con naturalidad. Entre los 350 estudiantes del Aguadulce hay hasta 19 nacionalidades. Es junto con el CEIP Santa Catalina, el colegio de la capital grancanaria con más lugares de origen. Los pequeños, procedentes de lugares tan lejanos como Honduras o Filipinas, están totalmente integrados y así lo muestra orgullosa la directora del centro, quien lleva al frente de la institución 14 años y no puede evitar soltar alguna lágrima cuando recuerda que, probablemente, este será su último curso lectivo.

Suena El Cambullonero y saltan a escena los pequeños de 5 años de preescolar. "De La Isleta al Refugio, al Muelle Grande", y así, hasta el centro del patio del Aguadulce. Pequeños traspies, algunos pasos sincronizados y mucha diversión. A veces parece como si esa pequeña con falda morada y camisa sin mangas rosa flojito tirara de su acompañante masculino para que ambos lograran ir al son de la música. Al fin y al cabo, lograr el ritmo y la coordinación puede llegar a ser complicado en pareja y estos pequeños solo están dando sus primeros pasos en cuanto a folclore canario se refiere.

Turno de primaria. Los chiquillos empiezan a hacerse más grandes y se nota. La dificultad de las isas y las polkas se intensifican y, aún así, los progenitores observan con cara de orgullo a la chiquillería. Justamente, la polka mazurca de Gran Canaria fue la última danza en hacer acto de presencia sobre la cancha. "Venga Abigail rápido, sal que tienes que ir a prepararte", anima la directora a la presentadora. Los de sexto estaban a punto de salir a escena, por lo que ella tenía que desprenderse de micrófonos y equipo de sonido en tiempo récord antes de récord.

Helen Abigail y Raúl reconocen haberse presentado voluntarios para presentar este día. Es su último año en el centro, antes de partir al instituto para hacer la secundaria, y se les ve con ganas, aunque algo dubitativos ante lo que se les viene encima dentro de tres meses. Pero, a pesar de esa presión, ayer se convirtieron en auténticos maestros de ceremonias. No obstante, Raúl señala que ensayó "mucho" con sus padres para poder estar listo.

Otros alumnos de de 6º prefirieron hacer de papahuevos antes del desfile de bailes folclóricos. La cuestión es demostrar canariedad en las vísperas de un día festivo como el de hoy, 30 de mayo. Varios de estos niños llegaron hace no mucho tiempo al Archipiélago sin siquiera saber español, pero el tiempo y la dedicación les ha brindado una jornada en la que todos se han sentido como iguales, sin distinciones por etnia u origen. En realidad, ayer solo importaban los cachorros y los fajines.

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