La directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, alerta de que los altercados que se han producido esta semana en el campamento de Las Raíces son solo “la punta del iceberg de lo que puede venir”. Desde la ONG explican que la falta de certidumbre y expectativas, al estar en “una isla cárcel”, así como la carencia de propuestas para la inserción social, “lleva a la desesperación y a la acción errónea de las personas, que no ven más allá de su presente, porque no tienen un futuro”.
Estas circunstancias, apuntó Galán, no son nuevas, porque CEAR ya las ha vivido en otros territorios como Lesbos. “La situación puede ir a más, pero no solo en cuanto a violencia de unas personas contra otras, sino llegar a las autolesiones o al suicidio”, lamentó la directora general de CEAR. Quien calificó la intervención de la policía con pelotas de goma como “una barbaridad”, que solo suma a la imagen negativa de la situación y alimenta el discurso de xenofobia.
Galán, durante la presentación del informe Migración en Canarias, la emergencia previsible, señaló que Canarias se ha convertido en “un laboratorio experimental de políticas migratorias”. En este sentido, subrayó que el Archipiélago forma parte de Europa y no puede tener unas políticas diferenciadas.
En su informe, CEAR concluye que la ruta hacia Canarias no es nueva en el mapa de flujos migratorios y nunca ha dejado de estar activa. Por tanto, “no se puede hablar de una situación de emergencia, sino de un fenómeno estructural, con diferentes ritmos de afluencia en el tiempo”.
Además, señala que a pesar de los continuos informes que apuntaban a un crecimiento de las llegadas por la ruta atlántica durante el año 2020, las autoridades competentes no se prepararon para dar una respuesta adecuada. “La descoordinación, la falta de previsión y la inexistencia de una estructura de acogida estable son la base del fracaso de la gestión migratoria en el Archipiélago”, lo que ha transformando una crisis institucional por falta de respuesta, en una crisis humanitaria y en una creciente tensión social en las Islas.