La Provincia - Diario de Las Palmas

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85 años del inicio de la Guerra Civil

La última gran verbena

Mientras Francisco Franco y sus acólitos preparaban la sublevación contra el Gobierno de la II República, los isleños hacían su vida ajenos al golpe entre alegrías y miserias

El 'Dragón Rapide', el avión que trasladó a Francisco Franco de Gando a Tetuán el 18 de julio de 1936 y el 19 a Melilla, financiado por el banquero Juan March. LP/DLP

Desde que en febrero de 1936 tomara posesión el nuevo gobierno del Frente Popular de la II República el run rún de una sublevación militar era una constante en aumento, y el Gobierno de Manuel Azaña decidió una suerte de destierro a los generales más antirrepublicanos, como ocurría con Francisco Franco, al que pone al frente del Ejército en Canarias. Unas islas en las que apenas siete días antes de la sublevación su población vivía su día a día con sus glorias y miserias, sin atisbar, a pesar del goteo constante de huelgas, altercados y hasta asesinatos por parte de los dos bandos, lo que estaba por llegar el sábado 18 de julio de hace hoy 85 años.

Sábado 11 de julio de 1936. Coñac 3 Escudos

Aeropuerto de Croydon. Gran Bretaña. Son las siete de la mañana cuando alza el vuelo un avión bimotor de siete plazas de la prestigiosa casa De Havilland, modelo Dragon Rapide, pilotado por Cecil Bebb, que transporta al corresponsal del ABC en Londres, Luis Bolin Bidwell, que ante la idea de que la sublevación la inicie el Ejército en África ha recibido el encargo de poner a disposición de Franco el aparato para que vuele de Canarias a Ceuta el día de autos para comandar la revuelta. Acompañan a Bolin otros tres pasajeros de atrezo para camuflar las intenciones del vuelo: un comandante retirado, Hugh Pollard, junto con «dos rubias muy llamativas», como las describe el historiador Jorge M. Reverte.

Las informaciones que llegaban de Madrid eran inquietantes. Son notas de la Dirección General de Seguridad sobre la agresión a un grupo de obreros, huelgas de campesinos, obreros desalojados de su puestos de trabajo y en conjunto, el relato generalizado de la preocupación por los conflictos sociales, pero mientras el avión sobrevuela el Canal de La Mancha, de Londres a Burdeos, donde haría la primera escala, el que podía permitírselo se preparaba en la isla para una auténtica noche de sábado, y de hecho para cuando el avión atisba el aeropuerto de Oporto, donde hará escala hasta el día 12, daba comienzo en los jardines del Hotel Santa Brígida lo que se denominaba a toda letra la Gran Verbena, con gran orquesta, colosales atracciones, puestos de churros, molinillos y «precioso premio para la última pareja del baile de eliminación».

Además, y como hace todos los días la empresa Florido Hermanos, luce a todo plana el curioso anuncio en el que ‘ordena’ a la población a consumir sus variados y exóticos bebestrajes. Y ese sábado recomendaba su sin igual Coñac 3 Escudos.

Domingo 12 de julio. Coñac Muy Viejo Florido

En la noche del sábado en la capital grancanaria, y mientras el Dragon Rapide hacía otra escala en Lisboa para saltar hasta Casablanca, en Marruecos, hubo fiesta con cierto enrale en las calles de la capital. Un señor llamado Patricio Sarmiento diserta en el Comentario del Día sobre los que, con algunas copas de más, rompen el sereno de las noches de verano. «Y no digamos nada de esas isas aguardientosas e interminables que a altas horas de la madrugada vociferan unos borrachos al son completamente desacorde de una guitarra cuyos sonidos están en completa contradicción con la voz: no se sabe si es la voz la que huye de los gruñidos desacompasados de la guitarra o si son las notas las que se apartan horrorizadas de la voz. Tal vez sean las dos cosas». En cualquier caso, para atemperar la resaca la empresa Hermanos Florido, no olvidaba de ordenar a «todos los ciudadanos», lo que le tocaba beber esa jornada: Coñac Muy Viejo Florido. O quizá para olvidar, porque en la península, el conflicto sigue. Esa misma tarde del domingo era asesinado por miembros de la extrema derecha el teniente de la Guardia de Asalto José Castillo, en el punto de mira desde que uno de sus hombres matara tres meses antes a Andrés Sáenz de Heredia, primo de José Antonio Primo de Rivera. Minutos después del suceso comenzaba en el Pabellón Santa Catalina de la capital grancanaria la proyección de Vampiresas 1936, y en el Cinema Goya, el filme de Mirna Loy y Gary Grant, Alas en la noche...

Lunes 13 de julio. Nada que beber

Pero era el Dragón Rapid el que resguardó sus alas en la noche de Casablanca y así lo hará durante todo ese lunes. A la espera de acontecimientos. En Gran Canaria la isla se despierta del animado fin de semana con un auténtico jarro de agua fría. El lunes es un día en el que no hay nada que beber. LA PROVINCIA descansa y Florido también, pero las crónicas llegan por teléfono a redacción con la muy mala nueva de Madrid: A las tres de la madrugada es asesinado el jefe de la oposición, el exministro José Calvo Sotelo, tras el asalto de su domicilio, «machateado hasta matarle destrozándole su cabeza». Pero no todo eran malas noticias. En Notas de Sociedad se anunciaba que el joven don Luis Perdomo García quedaba «restablecido en su enfermedad»; que dio a luz a un niño «la señora de don Martín Saavedra Medina»; y que de Madrid han regresado el expresidente del Cabildo Insular, don Miguel Alonso Jiménez y el doctor don José Melián.

Este vuelo, si fue por la tarde, era casi a la misma hora en la que el ya algo más que galletón Francisco Santana Expósito, de 36 años, se estampó de lleno con su moto contra un recio muro en San Mateo, donde estuvo echando copas con un amigo antes y después de su almuerzo en Lagunetas. A eso de las cuatro y media se encontraba «en pleno estado de embriaguez», según relató el compadre a la autoridad, y que así se lo hizo saber, no obteniendo más reacción que la del salir enfocado con su vehículo a motor.

El resultado del combo alcohol-benzina fueron dos heridas contusas en región frontal, contusión en caja toráxica, conmoción cerebral y epistaxis traumática. Pronóstico: gravísimo.

Martes 14 de julio. Moscatel Añejo Pico-Plata

En la capital de España el martes se hace eco de la conmoción por el crimen. Una crisis que provoca la reacción del Gobierno, que deplora el hecho, y de una oposición que avisa que así no quedarán las cosas. Las crónicas fechadas en Madrid relatan que «mandarán los muertos del presente, entre los cuales destaca ese gran hombre y gran señor que se llamó Calvo Sotelo, al cual con razón han podido llamar sus afines La esperanza de España».

Se suspenden sesiones parlamentarias, la diputación permanente vota una prórroga del Estado de Alarma, -vigente desde el 17 de febrero-, y se estudia si ‘vacacionar’ a sus señorías para rebajar las tensiones políticas. En Gran Canaria se coge resuello, quizá por la ingesta de Moscatel Añejo Pico-Plata, recomendación del día de los Florido. Y sigue la vida, también gracias a las aguas de El Rincón, naciente capitalino que suponen “una esperanza y una posibilidad maravillosa para los que sufren”.

El Dragon Rapide está a punto de aterrizar en la isla.

Miércoles 15 de julio. Gran Vino Tónico Faraón

Pero la conmoción continúa. No la atempera ni el Gran Vino Tónico Faraón que debe tomar la ciudadanía el miércoles 15 de julio. La actualidad deja los sucesos, chascarrillos y el día a día en otro plano ante un impasse marcado por la tragedia, y que preconiza no muy buenos augurios. A la isla llega una crónica telefónica desde Madrid: «La atmósfera es la misma. Duelo e inquietud. Y con esta perspectiva se ha abierto la semana política. Cómo ha de terminar es lo que nadie sabe. Pero tal vez se llegue antes de la época prevista a un nuevo Gobierno, cuya misión capital sea el restablecimiento de la paz pública». No era el único barrunto del día, ya que los isleños conocieron ese miércoles el tiro al plato de un señor llamado Profesor Aris, «conocido adivinador de todos los sucesos mundiales» y que entre las cosas que habrían de suceder en este 1936, predijo en diciembre del 35 que «la muerte ronda a un viejo ministro de la República, y a un gran personaje afecto a la monarquía». «Su triste éxito», sentencia el editor, «confirma su fama en este fatal caso».

Esto en un día el que Canarias estrenaba decreto, el que versa pormenorizadamente sobre la exportación de tomates, «una de las riquezas del archipiélago que ha venido realizándose en los últimos tiempos de una manera desordenada que ha causado cuantiosas pérdidas a los productores y exportadores», creando una competencia inútil y ruinosa.

Y en el que se anunciaba, como en días anteriores, el esperado Baile de la Prensa en el Pérez Galdós para el día 1 de agosto, con la espectacular asistencia de Magdalena Hernández, Miss Tenerife, y Maruca Penichet, Miss Gran Canaria 1936.

Jueves 16 de julio. Reconstituyente Quina Florido

Cuatro días después del encuentro entre el San Antonio F. C. y el Hércules F. C. celebrado el pasado domingo, se hacía pública la crónica del partido, que quedó en empate a dos. El único incidente de mención: tres cambios de árbitro y la falta de cronómetro. «Un ciudadano dijo la hora por su ‘cebolla’, resultando equivocado el encuentro en 20 minutos», tiempo en el que marcó el Hércules el tanto del empate, «como es natural».

Pero, no obstante, la comidilla del 16 de julio en Gran Canaria se centraba en la detención de un «seudo médico francés que curaba y daba remedios para todo», en otro caso enmarcado en el ya casi ancestral mundo del espiritismo en Telde, donde recibía a los incautos en una casa de El Roque. Al hombre se le confiscaron dos muñecos de maleficio, un corazón de tela con una gran aguja que lo atravesaba y una colchoneta para las palizas que administraba para expulsar espíritus, entre otros macabros objetos.

Ese mismo día, en el que la ciudadanía debía beber El Gran Vino Reconstituyente Quina Florido, «con certificado del sabio español Ramón y Cajal», moría en el campo de tiro de La Isleta y en unas extrañas circunstancias el comandante Amado Balmes, al que el historiador Ángel Viñas, autor de El primer asesinato de Franco, sitúa como el principal obstáculo para la sublevación desde Canarias y motivo por el que el Rapide no aterrizara en un primer momento en de Tenerife, que era dónde encontraba el luego dictador.

Con todo, la crónica social marcaba el tiempo, anunciando que han marchado de temporada a Las Canteras doña Josefa Ponce, viuda de Suárez, e hijos, uniéndose al veraneo capitalino con la familia del ingeniero agrónomo don Galo Carrera Megías. El Círculo Recreativo programa una jira al pintoresco Valle de Agaete por Arucas, Firgas, Moya, Guía y Gáldar, elección de miss incluida, con música de la banda galdense The Ray Rowers, y para el viernes, nuevo estreno en el Cuyás, «un film glorioso e inolvidable», La Bandera. Legionarios del Tercio. El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, eso sí, proclamaba que el concierto de esa noche se anulaba en señal de duelo y el general Franco anunciaba en Tenerife que asistiría a la capital grancanaria a la conducción del cadáver. Poco después embarca en el correíllo Viera y Clavijo.

Viernes 17 de julio. Solera Florido. El Más Exquisito.

Dos enormes esquelas abren la jornada del 17 de julio de 1936. La de José Calvo Sotelo, “vilmente asesinado en Madrid en la madrugada del lunes 13 del corriente” y la de Amado Balmes Alonso, General Comandante Militar de Las Palmas, “que falleció ayer en esta capital”. A las cinco de la tarde del jueves su cadáver había sido trasladado a la Comandancia Militar, donde se instaló la capilla ardiente. Allí se encontraba el doctor O’Schanahann, que relata sus últimos minutos antes de ser traslado al Hospital Militar: «Estaba demudadísimo». Franco, junto a su esposa y su hija, Carmen Polo y Carmencita Franco, había llegado al Puerto de la Luz a las ocho y media de la mañana de ese mismo viernes para asistir a las honras fúnebres.

No acababan ahí los trajines del día, de hecho apenas habían empezado, porque don José Nuño Padrón, de 29 años, propietario de una falúa en reparación en el varadero de la playa de San Francisco se desayunaba con la falta de la hélice y el eje, de valor: unas 150 pesetas, y hacía constar en la denuncia que, para más inri, dos individuos, uno apodado Carajín y el otro conocido por ser hijo del Cangrejo, le habían arrancado varios trozos de metal. Carajín y el joven Cangrejín quedaron libres al no haberse acreditado como culpables de la sisa de la hélice y su eje. Que una cosa no implica la otra.

El correo 'Viera y Clavijo' en el que viajó Franco desde Tenerife a la isla de Gran Canaria. LP/DLP

A esas alturas del día se tendrían que haber oído en el archipiélago las primeras asonadas del Ejército en Marruecos. De hecho, es del común que el 17 se descubren los planes de los sublevados en África, pero lo cierto es que mientras Franco se dispone a pasar la noche en el hotel Madrid, ya al frente de lo que se cocía con sus propios calderos, la afición sport isleña salivaba para lo que se supondría que iba a ser un próximo domingo en toda regla. Y que empezaba por la épica carrera que, por iniciativa del Club San Antonio, y bajo el control de la Velocipédica, se celebraría desde la calle Bravo Murillo de la capital en un recorrido alicatado de chinas, toscas y teniques por asfalto, supondría toda una etapa de Tour prehistórico, ya que subía a Teror, bajaba por Arucas y rianga al principio. Eso a partir de las nueve de la mañana, porque a las tres de la tarde empezaba una interesantísima regata de yachting con derrota de doble triángulo organizada por el Club Náutico. Y en balompié, encuentro entre el Guiense y el Santa Brígida, éste último con el propósito de alinear a todos sus titulares «para así seguir cosechando laureles».

Todo ese abigarrado programa deportivo estaba destinado para los que sobrevivieran al cabaret Bar Gallego, en Antidana, 19, en Puerto de la Luz, donde el sábado debutaba «una artista», sin ofrecer más pistas sobre su currículum. Bar Gallego, no obstante, daba otras señas, haciendo participar a su clientela y al público en general que abría toda la noche, y «que a este local han llegado recientemente varias bellas y distinguidas señoritas de salón, nacionales y extranjeras, que participan en el dancing todas las noches». Horas después, ese distinguido dancing de amanecida se iba acabar. Y por décadas.

Sábado 18 de julio. Coñac 3 Escudos

La prensa refleja el entierro del viernes en el que un arpón de artillería lleva el cadáver del general Balmes al cementerio. A su paso, el Comandante Militar de Canarias, general Franco, el Gobernador Civil, señor Boix Roig, y el alcalde de la capital, señor Fajardo Ferrer le rinden honores en la placetilla de los Reyes. La crónica establece que un número de 20.000 personas en el sepelio, «sin temor a quedarnos cortos», contemplaron el ataúd de caoba e incrustaciones de plata. A ello asistieron todas las autoridades, bajo la presidencia del, textual, «Excelentísimo Señor Comandante Militar de Canarias, General don Francisco Franco Bahamonde». A ello se unían cinco automóviles con coronas de flores, marchas fúnebres de la banda de música del Regimiento y salvas de ordenanza.

En prensa cabían aún otras ordenanzas, como las nuevas regulaciones sobre el asunto de los tabacos canarios, sobre la mejora de los contratos para los obreros, y también sobre las cuotas de exportación tomatera. Esto, en vísperas del primer pase, en el Pabellón Recreativo, de la película A través de la tormenta, que ya estaba por venir incluso antes del estreno.

Porque ese sábado 18 en Gando, el De Havilland modelo Dragon Rapid calentaba motores.

En Tenerife, las primeras noticias de la insurrección en Marruecos llegan durante la tarde del 17, y durante la madrugada del 18 se habían «reforzado la guardia de la Comandancia, aumentado los retenes y acuartelado a la oficialidad», describe Ángel Viñas. Además, se habían ocupado bancos, la refinería, Correos, «los centros de comunicaciones, las casetas de amarre de cables, los depósitos de agua», electricidad y gas, la emisora… Se nombraron nuevos alcaldes y gestoras, añade, «según instrucciones previamente recibidas». Franco, según el mismo historiador, conoció a las diez de la mañana del día 18 que «eran dueños absolutos de todas las plazas de Marruecos, y que podía tomar tierra en Larache».

La salida de la capital al aeródromo podría figurar en la sección de Deportes, si se atiene a la nota manuscrita del marinero Francisco Monzón Ortega, conservada en el Archivo Histórico del Ejército del Aire. A Monzón lo mandan a un remolcador para recoger a unos peculiares pasajeros. «Sobre las 10.30 para arriba (…) vimos un grupo de señores de paisano que venían de tertulia hasta las proximidades de la falta; tres de ellos se embarcaron tras despedirse de los demás, los trasladamos al remolcador», y se hicieron a la mar.

Aquel barco fondeaba en la bahía de Gando. «Al llegar a la orilla los marineros saltamos a tierra metiéndonos en el agua hasta las rodillas, el fondo estaba lleno de erizos que nos picaban los pies, entonces me puse a caballito al señor que parecía de mayor categoría y le descargué en tierra. Palmeándome en la espalda me dijo: Muchacho, respeta siempre a tus jefes que en su día tendréis el premio. Entonces el comandante, D. Pedro Cardona, me dijo: ese que va en el avión es el Capitán General Franco».

Era el día de volver a beber Coñac 3 Escudos, el mismo espirituoso que tocaba aquél 11 de julio en el que inició el vuelo el Dragon Rapid.

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