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Dos policías y la herencia de un lituano

Dos ex altos cargos policiales de Lituania son llamados a declarar ante un juez de Adeje por el asalto a un chalé de la disputada herencia tinerfeña del magnate Karpavicius

El diario ‘Lietuvos Rytas’ cubrió la rueda de prensa de Giedrius Skaladas y Darius Zakauska cuando los denunciaron. | | LP/DLP

Los nombres de pronunciación imposible se repiten en una historia propia de telenovela cuyo escenario principal no está ni en Venezuela ni en Colombia ni en Turquía. Todo sucedió en Adeje y un juzgado de Arona es el que ha tomado las riendas para dilucidar las razones del ‘asalto’ en 2019 a un chalé propiedad del magnate lituano Karpavicius a cargo de dos policías, Giedrius Danelius y Kristina Guziene. 

Dos ex altos cargos de la Policía de Lituania han sido citados para declarar por el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Arona a partir de las diligencias abiertas en julio de 2019 por una denuncia presentada ante la Guardia Civil como consecuencia de un asalto violento a un chalé junto al campo de golf de Adeje. Los mandos Giedrius Skaladas y Darius Zukauskas, ya apartados del servicio a raíz de este incidente, están identificados en una orden europea de investigación por su presunta participación en un delito de chantaje y extorsión. En las mismas diligencias también se solicita los testimonios del abogado Giedrius Danelius y Kristina Guziene. Efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado verificaron la presencia de estas cuatro personas el 22 de julio de 2019 en el interior de un inmueble cuyo acceso principal fue forzado por un cerrajero cuando estaba ocupada por varios inquilinos.

La tramitación de esta orden europea se empezó a hacer a finales de 2020 y nueve meses después a la parte denunciante no le consta que se haya producido ninguna declaración: el documento inicial hacía referencia a la toma de testimonios a través de videoconferencia u otros medios de transmisión audiovisual en calidad de investigados o acusados.

El origen de esta disputa se centra en el control de una parte de la herencia de Raimondas Karpavicius, empresario lituano que aparece como propietario del inmueble de Adeje y que falleció en agosto de 2019 tras una larga enfermedad. De hecho, en la denuncia se pide la imposición de unas medidas cautelares sobre la vivienda hasta que quede resuelto un litigio que aún no ha sido fallado en Lituania. El pulso lo mantienen abierto la que fuera esposa del empresario, un hijo de la pareja y una pariente de Raimondas Karpavicius.

El inversor lituano, cuya fortuna estaba valorada en el momento en el que falleció en unos 110 millones de euros, se instaló en el Archipiélago con la idea de desarrollar varios proyectos empresariales asociados con el sector lácteo: una de sus firmas llegó a ser una de las marcas que se anunciaban en 2016 en las equipaciones del CD Tenerife (Markomilk).

y agentes de la Guardia Civil que levantaron acta. | lp/dlp J. D.

En ese momento aún compartían hogar Audrone Karpaviciene (su esposa) y la relación con su hijo Rokas Karpis era fluida. Fue a raíz de que se le diagnosticara un doble tumor cerebral, en el año 2018, cuando se origina una importante fractura en la familia. En un lado se sitúa Henrikas Karpavicius, hermano mayor del enfermo terminal, y en el otro Audrone Karparviciene.

La entrada violenta en la mansión de Adeje se produjo cuando Raimondas Karpavicius se encontraba en la fase final del tratamiento y mientras su esposa e hijo habían quedado supuestamente aislados de él (fue ingresado en un centro hospitalario y presuntamente se prohibió que Audrone y Rokas tuvieran contactos con este). Todas las actividades empresariales mientras evolucionaba la enfermedad quedaron bajo la supervisión de Henrikas Karpavicius y de Aiste Karpaviciene, que ya ejercía como asistente personal del Raimondas Karpavicius.

La tensión entre las partes va en aumento al tener noticias Audrone y Rokas de que posiblemente se esté cambiando el testamento de su marido (este es un procedimiento que sigue abierto), una situación que afecta directamente a la propiedad que el matrimonio adquirió en el sur de Tenerife y al accionariado de varias empresas.

El millonario afincado en Tenerife se aisló de su mujer e hijo al enfermar y pasó a su hermano el mando

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Sobre las 13:00 horas del aquel 22 de julio de 2019 llamaron a la puerta de la vivienda situada en la calle Sanmarin de Adeje. El inmueble se encontraba ocupado por un amigo de Audrone Karparviciene (la decisión se toma para evitar que la otra parte se apropie de la mansión mientras dure el proceso judicial) y desde el exterior se pidió que abrieran la puerta. Ante la negativa a permitir el acceso a la misma un cerrajero profesional violentó la cerradura principal y entraron las personas que aparecen identificadas en las diligencias del Juzgado de Instrucción de Arona.

El abogado que lideraba la comitiva lituana (Giedrius Danelius, en el pasado con responsabilidades en la administración lituana) se dirigió a la denunciante señalando que «ella y su amigo [en la casa también había un menor] tenían que abandonar la casa sí o sí en menos de dos horas». A partir de esa primera disputa dialéctica se pone en conocimiento de la Policía Local de Adeje y de la Guardia Civil los sucesos que se desencadenaron después del mediodía.

Dos policías y la herencia de un lituano J.D.

Antes, Kristina Guziene informó a las personas que ocupaban aquel día la vivienda que el abogado (Giedrius Danelius) y los dos hombres (Darius Zukauskas y Giedrius Skaladas) representaban a Raimondas Karpavicius. La denunciante, que describió a los dos expolicías lituanos como corpulentos e intimidatorios, respondió que «eso no eran formas de entrar en la casa porque todo estaba pendiente de un proceso judicial».

Después de exponer lo ocurrido en el acuartelamiento de la Guardia Civil de Adeje se conoció que Darius Zakauskas y Giedrius Skladas, que la denunciante asoció con una especie de guardaespaldas, eran jefes policiales en Lituania.

Debido a la difusión que tuvo lo ocurrido el 22 de julio de 2019 en Adeje en varios medios de comunicación de Lituania, el departamento de anticorrupción abrió una investigación en paralelo en la que se determinó que uno y otro «habían degradado» el nombre de la Policía en virtud al incumplimiento del artículo 72/1/7 del régimen interno, por lo que se decidió expulsarlos del cuerpo por la comisión de una falta grave.

Los investigados Giedrius Skaladas y Darius Zakauska contrataron en julio de 2019 a un cerrajero profesional para que violentara el acceso al chalé del magnate lituano en Adeje. En las imágenes aparecen los dos exaltos cargos de la Policía lituana en el interior de la casa

Un empresario con éxito

Raimondas Karpavicius nace en 1958 en la localidad lituana de Siauliai. Sus orígenes son humildes, llegó a ser futbolista en el Atlantas y a los 25 años es detenido y condenado por un delito de evasión de capitales. Estuvo encerrado 5 años y 5 meses. En ese tiempo su mejor apoyo fue Audrone Karparviciene, quien acaba siendo su esposa y la madre de su hijo Rokas Karpis. Tras cumplir la mitad de la pena se inicia en el negocio de la madera y, más tarde, se convierte en una de las mayores fortunas lituanas gracias a sus negocios lácteos.

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