Las probabilidades de una futura erupción volcánica en Canarias en una ventana temporal de 50 años son del 75%; el 48,7% para La Palma y del 39,4% para Tenerife. Y los porcentajes que suben al 48,7% y 63,2% respectivamente en los próximos 100 años. Una perspectiva que requiere, en palabras del coordinador científico de Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) , Nemesio Pérez, que las administraciones públicas se «pongan las pilas» para armar una estrategia. La erupción de La Palma ha supuesto un punto de inflexión, el riesgo volcánico irá en aumento en Canarias y, o ponemos manos a la obra, apuntó el técnico, o «no habremos aprendido nada»; este riesgo no se combate mirándolo «de lado».

Pérez, que compareció ayer ante la comisión del Parlamento de Canarias que estudia los efectos de la crisis vulcanológica y la reconstrucción de La Palma, se preguntó a qué «estamos esperando» para elaborar la estrategia canaria de reducción de ese riesgo volcánica que lleva nueve meses pidiendo.

Transmitió, dijo, «con una claridad meridiana» a los presidentes español y canario, Pedro Sánchez y Ángel Víctor Torres, respectivamente, que la erupción de La Palma ha sido la más importante de Europa en los últimos 75 años «para que vieran a lo que se tenían que enfrentar».

«Nunca se habían medido las cantidades de dióxido de azufre que esta erupción inyectó a la atmósfera y el daño ocasionado a los diez días» de comenzar el proceso eruptivo, el 19 de septiembre de 2021. En total durante los 85 días de actividad volcánica se emitieron 2,1 Tg de dióxido de azufre (los 28 Estados de la UE emitieron 1,6 Tg en todo un año, 2019).

Además se generó una energía equivalente al total de la demanda eléctrica de España en 2020, esto es, 30 veces la de Canarias y 965 veces la de La Palma en el mismo año.

Involcan fue la única institución científica española «que tocó todos los palos que hay que tocar en un proceso eruptivo», lo que no hizo «ni la institución que se encarga de la vigilancia volcánica en España desde 2004», señaló el referencia al Instituto Geográfico Nacional (IGN). Pérez sostiene que ciertamente la erupción ha generado un impacto enorme pero no «por una cuota ligada a la naturaleza, sino a nuestro comportamiento».

El impacto social y económico en La Palma ha sido enorme tras «años y décadas» de mirar al riesgo volcánico «no de frente, sino de lado, y así no se combate», señaló el coordinador científico de Involcan, quien subrayó que «quiere» que haya más riesgo de este tipo en 50 años porque implicará que hay más desarrollo y riqueza en Canarias, y lo que hay que hacer es «ponerse las pilas para minimizarlo».

Lo que «no nos podemos permitir es el lujo de identificar la palabra volcán con problema, cuando el volcán es nuestra casa», e insistió en una estrategia como herramienta operativa basada en los «pilares de la ciencia», la participación ciudadana y el consenso.

Nemesio Pérez. | | EFE

«Deben trabajar para que Canarias deje de estar a la cola en investigación y desarrollo»

Nemesio Pérez - Coordinador Involcan

El coordinador del Involcan preguntó al respecto a los diputados a qué se «está esperando» para desarrollar la estrategia, que cifró en un coste aproximado de 250.000 euros para que esté lista en un año, al tiempo que criticó la «falta de compromiso» del Estado y de las cámaras legislativas.

En esa línea solicita consenso, participación y conocimiento científico para impulsar la estrategia, dejando claro que «las cosas son posibles pero hay que poner pasta» por lo que instó a los diputados a que promuevan que Canarias deje de estar a la cola en investigación y desarrollo cuando tramiten los presupuestos. «Tienen trabajo que hacer», indicó.

Para atender el riesgo Pérez propone hacer una zonificación de riesgo volcánico. Habrá que poner el foco, señaló, en que las infraestructuras críticas, como puertos, aeropuertos y hospitales, no se hagan en zona de alto riesgo, «lo que entendieron bien las anteriores generaciones pero no las actuales, que edificaron el aeropuerto de La Palma en Mazo». Pérez se preguntó «qué hubiera pasado si el volcán de Tajogaite hubiera salido por el flanco» oriental de la isla.

Incidió además en la necesidad de mejorar la prevención y la atención temprana con más vigilancia volcánica, estudiar los terraplenes como aislantes térmicos para edificación y desarrollar la goetermia.

En este campo concreto ha criticado la «falta de voluntad» de los gobiernos central y canario dado que la inversión en los últimos 12 años apenas ronda los 7 millones, más del 62% aportados por el Cabildo de Tenerife. «En La Palma hay un sistema geotermal pero hay que hacer la exploración», indicó.

En la misma comisión parlamentaria una decena de profesores de las universidades de Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria coincidieron en la importancia de que las actuaciones que se llevan a cabo para la reconstrucción de La Palma sean compatibles con la conservación del patrimonio geológico que ha generado la erupción y con el estudio científico, dada la singularidad de este episodio.

María del Carmen Romero Ruiz, profesora de Geografía Física de la Universidad de La Laguna, subrayó que por primera vez en la historia de Canarias «tenemos la oportunidad de ordenar y planificar un territorio afectado por la acción volcánica, preservando los valores naturales y científicos y los derechos de la población».

La académica planteó que algunos de los valores del volcán son «excepcionales» por la variedad de los tipos de lava y la elevada geodiversidad.

Varios de estos valores solo se han descrito en veinte localidades a nivel mundial y tienen por tanto una alta valoración científica, dijo Romero Ruiz.

Francisco Javier Dóniz Páez, profesor de Geografía Humana de la ULL, como hiciera Nemesio Pérez, destacó que es importante identificar las oportunidades que se abren a partir de la erupción, sobre todo en energía geotérmica y turismo, y explicó que su departamento está trabajando en la identificación de lugares geoturísticos.