Los agricultores estallan: "Vanoostende ha estado cuatro años 'pajariando'"

El presidente de COAG, Rafael Hernández, tacha la nueva Estrategia de Soberanía Alimentaria como «propaganda electoral» y afirma que la gestión de la Consejería es "un desastre"

Un productor de quesos en un mercadillo de Gran Canaria.

Un productor de quesos en un mercadillo de Gran Canaria. / José Carlos Guerra

El presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG-Canarias), Rafael Hernández, ha estallado. A punto de acabar la legislatura, los agricultores no quieren ser más «cómplices» de arropar la gestión de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca, liderada por Alicia Vanoostende, tras ir demorando su enfado con promesas que no han llegado: «No ha habido voluntad política» para poner en marcha la Ley de Cadena Alimentaria estatal en las Islas, no ha desarrollado las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario (DOSA) y ha dejado de cubrir las necesidades de los agricultores y ganaderos en la modernización, pues hay 238 expedientes de agricultura y 39 de ganadería en Canarias «que se han quedado colgados porque no ha puesto perras», pese a que los propietarios de las granjas han hecho costosas inversiones esperando a que se les auxilie con los fondos europeos y regionales, sentencia Hernández. 

En este negro contexto, el anuncio a bombo y platillo de Vanoostende durante el pasado Consejo de Gobierno, celebrado el 16 de febrero, de que la Consejería ya ha culminado la nueva Estrategia de Soberanía Alimentaria -en una rueda de prensa donde también tuvo que explicar las acciones de su área por el caso Mediador- es para los agricultores «una mera propaganda electoral».

En opinión de Hernández, la consejera «no tiene tan siquiera ni idea de lo qué es la soberanía alimentaria y la Consejería de Agricultura en este período se ha convertido en una agencia para repartir ayudas, y poco más». Para los agricultores, la gestión ha sido «un desastre» en estos cuatro años, donde no ha habido «un liderazgo, no ha tenido una estrategia clara adónde quiere ir ni qué objetivos se quieren alcanzar». Rafael Hernández lo explica con sus palabras: «El problema es que, como nosotros decimos en el campo, la consejera ha estado pajar:

Asaga: sabor agridulce

La presidenta de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias Asaja), Ángela Delgado, no es tan dura como su compañero, pero coincide en que la gestión de la Consejería le deja un "sabor agriducle" . «Hay días en que solo son golpes de efecto, de quedar bien, y es verdad que hay cosas en las que no han profundizado, como en la Ley de Cadena Alimentaria», expone. «El sector está aburrido», reflexiona. «En las DOSA se insistió y no se ha hecho nada, y en la declaración de parques ambientales vamos a salir en contra porque no se ha contado con el sector». En su opinión, «la gestión es muy mediocre», recalca. 

«Llega un momento que respetas y estás callado, pero nosotros no vamos a seguir siendo cómplices de esta gestión», subraya Rafael Hernández. Los agricultores defienden que se haga una Estrategia de Soberanía Alimentaria, pero lo que marca la diferencia es «el liderazgo de la Consejería», sostiene. «Lo voy a decir de otra manera, la consejera no sabe adónde va en agricultura y no se aclara con la soberanía alimentaria, y el que no sabe adónde va no llega a ninguna parte, cualquier guagua le sirve», enfatiza. «¿Cómo va a desarrollar la soberanía alimentaria si ni siquiera ella sabe lo que es? Esto es una palabreja que está de moda y suena bien en el ámbito de la progresía», prosigue. 

Y, por ello, quiere explicarlo: «La soberanía alimentaria es un concepto que viene de la vía campesina a nivel mundial, y lo podemos definir como el derecho que tienen los ciudadanos en cada región a decidir acerca de su alimentación, y como consecuencia de ello los productores han de producir los alimentos que la sociedad quiere y precisa, y con la calidad que se requiere».

Las producciones, hacia atrás

Por lo tanto, persigue que los consumidores canarios tengan cubiertos «cada vez más con la producción local los alimentos que demandan y les gustan», remarca. Pero las producciones «han caminado para atrás porque, a pesar de que en España hay una ley magnífica, como es la Ley de Cadena Alimentaria, que es una herramienta para que se cubran los costes de producción, la Consejería no ha desarrollado esta ley, y ni tan siquiera la ha echado a andar aunque hace dos años que se aprobó su modificación en las Cortes, porque la ley está desde 2013».

A juicio del presidente de COAG, el desarrollo de esa norma es esencial para avanzar en la soberanía alimentaria, «y no le cuesta dinero a la Consejería»; por tanto, es un «problema de gestión». También es esencial para la soberanía alimentaria, y no conlleva coste alguno, precisa, desarrollar el reglamento de las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario, donde se define el uso de los suelos agrarios, es decir, las normas y reglas que se aplican al suelo rústico para ver lo que se puede hacer y lo que no, «y eso tenía que haber estado hecho ya», espeta.

Pero, además, se han bloqueado las ayudas a la modernización: «238 expedientes de agricultores y 39 de ganadería se han quedado colgados», porque la Consejería dice que no hay dinero «y le importa un pimiento que los agricultores hayan hecho inversiones» con el compromiso de que se les compense con fondos regionales. Explica que Europa pone dinero, pero como son fondos de cofinanciación si no hay recursos del Gobierno canario los expedientes no caminan. «¿Y no es soberanía alimentaria la modernización?», cuestiona. «Entonces esa estrategia que presenta es solo propaganda electoral y nada de praxis», sentencia.

Además, asevera que COAG ni siquiera conoce el documento que presentó la consejera, pese a que Vanoostende afirma haberlo elaborado con la participación activa de todos los sectores. «Los agricultores tenemos la sensación de que han sido cuatro años perdidos», concluye Rafael Hernández.

¿Qué es la nueva Estrategia de Soberanía Alimentaria?

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca ha tardado más de tres años en elaborar la Estrategia de Soberanía Alimentaria 2023-2027, un documento presupuestado con 250.000 euros en 2020, y que se deberá poner en marcha ya en la próxima legislatura. El plan fue aprobado en el pasado Consejo de Gobierno y ahora debe debatirse en el Parlamento canario. En sus fundamentos teóricos, pues carece de financiación, persigue poner en la misma dirección a todos los departamentos del Gobierno y al sector agroalimentario para girar hacia un modelo más competitivo y sostenible, a fin de fomentar el autoabastecimento de la población y reducir la masiva importación del exterior, al menos de aquellos productos frescos que se producen en el Archipiélago. 

¿Cuáles son los objetivos?

El fomento de la competitividad de las explotaciones agrarias, la promoción de los productos kilómetro cero, el relevo generacional, promover la investigación y la modernización en el sector primario, desarrollar las Directrices de Ordenación del Suelo Agrario o impulsar los insumos agrarios y pesqueros.

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