Crisis migratoria

La patera que llegó por sus propios medios a El Hierro partió desde Dakar con otras ocho barcas

Desde el 23 de mayo han llegado a Canarias 12 cayucos con 933 personas a bordo

La patera que llegó por sus propios medios a El Hierro partió desde Dakar con otras ocho barcas

La patera que llegó por sus propios medios a El Hierro partió desde Dakar con otras ocho barcas

Los 84 ocupantes del cayuco que llegó este miércoles a El Hierro tras ocho días de travesía desde Senegal han declarado que partieron desde Dakar al mismo tiempo que otras ocho barcas de pesca como la suya que pusieron rumbo a Canarias, lo que confirma un cambio relevante en la ruta.

¿Vuelven los cayucos? Es la pregunta que flota desde hace semanas entre el personal de Salvamento Marítimo y la Cruz Roja en Canarias, tras más de un año en el que la ruta de la inmigración hacia las islas ha estado casi monopolizada por los trayectos de menor distancia: los poco más de 100 kilómetros que separan las costas de Tarfaya (Marruecos) o El Aaiún (Sahara) de Lanzarote y Fuerteventura.

Ello había provocado que Lanzarote se hubiera convertido desde hace meses en la isla que más llegadas de pateras recibe por primera vez en más de una década (en su caso, generalmente neumáticas), con cifras que contrastaban con las Tenerife o El Hierro, islas mucho más alejadas del continente, a la que suelen llegar aquellos que se aventuran al Atlántico mucho más al sur, desde Senegal o Gambia.

A 3 de mayo, el recuento de Cruz Roja (el Ministerio de Interior no facilita datos por islas) mostraba que Lanzarote había recibido ya a 1.729 personas, el 50% de todo el “tráfico” de la Ruta Canaria, mientras que las llegadas a Tenerife se limitaban a 76 personas y el contador de El Hierro no había pasado de nueve.

El tránsito de neumáticas hacia Lanzarote y Fuerteventura no se ha detenido desde esa fecha, sino que se ha acelerado en junio, pero al mismo tiempo ha llamado la atención a los servicios de emergencia el regreso de los cayucos, tanto los de tipo mauritano, más pequeños, generalmente blancos, como los senegaleses, barcos de pesca bastante más grandes y fácilmente distinguibles por su colorida decoración, que llegan a transportar hasta 200 personas en su interior.

Según un recuento realizado por EFE en su servicio de noticias, desde el 23 de mayo han llegado a Canarias doce cayucos con 933 personas a bordo, tanto mauritanos como senegaleses, con una cifra de ocupantes que oscila entre los 32 del más pequeño (el rescatado el 18 de junio en Gran Canaria, hasta los 159 del mayor (el que alcanzó la costa de Tenerife el 11 de junio, dos días después de otro con 154).

Era algo que los servicios de emergencia implicados en la asistencia a los migrantes y las ONG ya se esperaban que pudiera ocurrir en cualquier momento, por tres motivos: porque la colaboración de Marruecos parece haber taponado, o al menos reducido mucho las salidas desde el Dajla, las grandes protagonistas de los años 2020 y 2021; por el efecto que sequía y la escasez de cereales tras la guerra de Ucrania está teniendo en el África Subsahariana; y, sobre todo, por la inestabilidad y los disturbios en Senegal.

Así que cuando este miércoles, los 73 hombres, nueve menores y dos mujeres que llegaron navegando por sus propios medios al puerto de La Estaca contaron a las asistencias en El Hierro que habían salido nueve cayucos juntos, su mensaje no sorprendió del todo.

Solo confirmaba que los cayucos han vuelto a la ruta, pero a las fuentes sí les llamó la atención su número: no se sabe cuántas personas se lanzaron al mar a la vez ese día rumbo a Canarias, pero si a esos nueve barcas se les adjudica, por ejemplo, la ocupación media de los últimos doce cayucos registrados en las islas (77 personas), ello revela que alrededor de 700 personas pudieron partir al mismo tiempo desde Dakar solo el 21 de junio.

Este nuevo giro en la ruta tiene varias implicaciones: entre ellas, que puede ser necesario reforzar los recursos de primera acogida en El Hierro y que pueden volver los rescates al límite, porque ningún cayuco se dirige expresamente a la más occidental de las islas de Canarias: allí llegan quienes apuran su última oportunidad antes de verse empujados océano adentro lejos de la última tierra.