El negacionismo también cuenta

Las mesas de la Junta Electoral en las dos capitales de provincia canarias trabajan en el recuento del voto exterior en medio de un clima de gran tensión debido al cuestionamiento que afiliados de Vox y ciudadanos «abstencionarios» están realizando de los resultados de los comicios.

PSOE, PP, CC y Sumar consideran que hay «normalidad democrática»

Los de Abascal buscan pruebas para denunciar un supuesto fraude

Clara Morell

Nunca el recuento del voto exterior había generado tanta expectación. En la torre tres de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas y en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife la sorpresa inundaba las caras de los apoderados de PSOE, PP, CC y Sumar por lo que presenciaron desde muy temprano durante el recuento del voto CERA, aquel que es emitido por quienes forman parte del Censo de Extranjeros Ausentes. Sobre las 8.30 horas y con la constitución de ambas mesas, empezaron a llegar a las dos salas simpatizantes de Vox así como ciudadanos que se consideran «abstencionarios» con la idea de registrar cualquier hecho que les permita demostrar un supuesto «fraude electoral». Representantes del resto de partidos, sin embargo, manifestaron a este diario que la «normalidad democrática» reinó durante la jornada. 

En Las Palmas, la crispación comenzó desde primera hora. En torno a 14 personas, todas vinculadas al partido de Abascal y alguna incluso acompañada de un menor, comenzaron a grabar con sus móviles el proceso por el que se sacaban las papeletas de las cajas así como los rostros de las personas que estaban sentadas en la mesa. Con un tono de voz que alteró la tranquilidad del resto de asistentes, los partidarios de Vox amenazaban con llevar «a la Fiscalía» las imágenes captadas porque, según ellos, en la mesa había personas de la empresa privada Indra, adjudicataria del escrutinio de las elecciones. 

Una escena similar se daba minutos después en Santa Cruz de Tenerife, donde a las quejas de Vox hubo que sumar las de algunos ciudadanos que se autodenominan «abstencionarios» porque, a diferencia de los «abstencionistas», no se limitan a dejar de votar por indiferencia, sino que muestran públicamente su rechazo a los partidos políticos e incluso niegan que haya democracia.

Recuento del voto migrante en la Junta Electoral de Las Palmas

Recuento del voto migrante en la Junta Electoral de Las Palmas / José Carlos Guerra

La reacción de la Policía Nacional y los secretarios de la Junta Electoral fue la misma en ambas provincias. Miembros de las mesas advirtieron a las personas que grabaron dentro de las salas de que solo los medios de comunicación acreditados podían difundir imágenes del recuento y siempre que sea con fines informativos. Tras incumplir la norma, los agentes les invitaron a salir fuera y les identificaron con el fin de poder localizarlos en caso de que los vídeos y fotografías acaben siendo difundidos en las redes sociales.

"En este país la democracia no existe"

«Nosotros no votamos porque con un 51% de abstención se podría bloquear el sistema. En este país la democracia no existe», declaró a este diario uno de los asistentes a la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife después de que los agentes apuntaran sus datos por haber grabado en la sala. 

El movimiento «abstencionario» ha estado encabezado en España en los últimos meses por Rubén Gisbert, el abogado y youtuber que encabeza la asociación Junta Democrática. La existencia de negacionistas de la democracia en Canarias ya quedó constatada el 23-J, cuando seguidores de Gisbert acudieron a los locales electorales para grabarse mientras rompían su voto frente a las urnas «Me reservo mi derecho a votar, lo haré cuando en España haya democracia», manifestaban. 

Recuento del voto migrante en la Junta Electoral de Las Palmas

Recuento del voto migrante en la Junta Electoral de Las Palmas / José Carlos Guerra

Ante estas personas que tratan de sembrar la duda sobre los resultados, fuentes del PSOE en Santa Cruz de Tenerife insistían en el «trabajo arduo» de los funcionarios para que el recuento sea «transparente y ajustado a derecho al milímetro». Los socialistas celebran la labor que han llevado a cabo los trabajadores de Correos y los funcionarios de las  juntas electorales de zona y provincial. 

En Las Palmas, han sido voces de CC quienes han mostrado su descontento con el clima de crispación creado por los de Abascal y han lamentado que, encima que este proceso normalmente es «un peñazo» porque dura tres días, tengan que atravesarlo en medio de gritos y amenazas de denuncia. «Todos los representantes de los partidos políticos que venimos cada año nos llevamos bien, este es un proceso largo y ahora encima tenemos que soportar estas escenas», comentaba esta fuente nacionalista. 

El «aburrimiento» fue la tónica general entre los representantes de CC, que no se jugaban mucho en esta ‘pedrea’ que es el voto CERA. Más tensión había entre los representantes del PSOE, que temían perder un senador por La Palma a favor del PP. Y Sumar reconocía que era «casi imposible» arrebatarle un diputado por Santa Cruz de Tenerife al PSOE.

Más allá de las presiones de los negacionistas, la única anécdota del día fue el colapso de la urna con los votos emitidos por la isla de Tenerife al Congreso. Las paredes de cristal se abrieron y las papeletas cayeron al suelo. A la vista de todo el público, los funcionarios introdujeron los votos en una nueva vitrina transparente.

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