¿Turismofobia? ¿Modelo agotado?

Sectores de la población canaria culpan a la llegada de visitantes de la crisis habitacional, el colapso de las carreteras o el deterioro del paisaje

Turistas y residentes disfrutando de un día soleado en La Canteras.

Turistas y residentes disfrutando de un día soleado en La Canteras. / Andrés Cruz

El modelo económico canario a examen. Cuando parecía que todo iba de cara en el sector turístico al registrar cifras récord en la llegada de visitantes y en los datos de gasto turístico en 2023, brota ahora una tendencia crítica que busca remover los cimientos de una actividad que da de comer a buena parte de la sociedad canaria. El sector turístico supone ya el 35% del PIB de Canarias y cerca del 40% del empleo, según los datos de la Consejería de Turismo. Entonces, ¿de dónde viene el descontento? Un porcentaje de la sociedad canaria ve en el turismo el culpable de todos sus males. Achacan al sector la escasez de vivienda, los colapsos en las carreteras o el desigual crecimiento demográfico, entre otras cosas, pero detrás de estos problema no se encuentra la llegada de visitantes o que dejen de llegar aviones. La clave está en lograr un modelo económico que también proteja a la población local. Todavía la turismofobia no ha arraigado en las Islas, pero la convocatoria de protesta prevista para el 20 de abril contra la masificación turística del Archipiélago con el lema de Canarias tiene un límite es una chispa que de convertirse en incendio podría hacer mucho daño a la economía canaria.

¿Se puede hablar realmente de masificación?

Un total de 13.942.966 turistas extranjeros visitaron Canarias durante 2023, el segundo mejor año histórico, una cifra que supone un 13,1% más que en 2022 y un 6,1% por encima de 2019. Solo en febrero de 2024 llegaron 1,4 millones de turistas de otros países, un 14% más que en el mismo periodo de 2023. Las cifras son elevadas, pero «ni colapso, ni congestión». Los expertos concluyen que en Canarias «no hay un problema general de congestión y overtourism». Así se recoge en un informe de 2023 sobre la Sostenibilidad del turismo en Canarias realizado por investigadores de las dos universidades públicas del Archipiélago. El documento aclara que los aspectos negativos que puede genera la actividad –como cualquier otra– se producen, no por la llegada de visitantes, sino por un déficit en la gestión de los recursos. El problema que existe es, por tanto, de gestión, lo que deriva en perjuicios para el ciudadano.

¿Se han dado movilizaciones en el pasado?

Hasta ahora las protestas que se han celebrado en las Islas, en su mayoría en Tenerife, se han desarollado en defensa de cuestiones concretas. Como las convocadas contra las torres de alta tensión en parajes protegidos cercanos al Teide, contra las prospecciones petrolíferas de Repsol frente a Lanzarote y Fuerteventura o contra el puerto de Granadilla, en Tenerife. Las quejas de la población también se reflejan en grafitis antituristas que aparecen en complejos del Archipiélago con frases como «Tourist go home», «Mi miseria es tu paraíso» o «Váyanse a su casa». Además se han dado movilizaciones puntuales en aeropuertos de las Islas.

¿Por qué surgen ahora las protestas?

La diversificación económica, prometida desde hace años, no acaba de arrancar y los locales empiezan a sentirse «extranjeros» en su propia tierra, sobre todo por las dificultades para acceder a una vivienda. Con una escasa oferta disponible –casi no se ha construido vivienda pública en los últimos 20 años– los precios no son acordes a la comunidad, que cuenta con el segundo sueldo más bajo de España, 22.466 euros brutos. Esto imposibilita a los isleños competir con la capacidad adquisitiva de ingleses, alemanes, holandeses, noruegos o italianos que ven en las Islas un destino ideal para comprar su segunda residencia. A esto se suma el descontento que producen imágenes difundidas por redes sociales de grupos de turistas que no respetan los espacios naturales protegidos bañándose en los Jameos del Agua (Lanzarote) o invadiendo las Dunas de Maspalomas(Gran Canaria).

Parkour en las Dunas de Maspalomas

La Provincia

¿Las quejan han llegado hasta los países de origen?

Algunos medios internacionales se han hecho eco de lo que ocurre en las Islas e incluso la prensa británica lo califica de «turismofobia». El tabloide Daily Mail publicó varios artículo tratando el tema con titulares como «Tenerife va a la guerra contra los británicos», en los que narra el rechazo con el que se encuentran los visitantes al pisar la Isla. En los medios donde aparecen estas informaciones ya se habla, incluso, de «boicotear» al destino como respuesta, como ocurrió esta semana en Good Morning Britain, el matinal de la cadena ITV. El presidente de Ashotel y de la patronal hotelera española Cehat, Jorge Marichal, asegura que en sus hoteles se han recibido llamadas de turistas preguntando «si era seguro viajar a Tenerife». También hay casos de alquileres particulares de larga estancia que ya han informado a sus inquilinos de que no volverán al Archipiélago tras ver las pintadas. «No queremos ser parte de una destrucción aún mayor», alega una pareja de alemanes a Inés, una canaria que alquila su casa en el norte de Tenerife.

¿Qué posición mantiene el Gobierno autonómico?

Tanto el Ejecutivo como las patronales ya han mostrado su «preocupación» e «inquietud» ante la próxima protesta el 20 de abril. El Gobierno pide «sentido común». «Quien viene a disfrutar, a pasar unos días y a dejar su dinero en Canarias no tiene que ser increpado», dijo esta semana el presidente canario, Fernando Clavijo (CC). Más contundente fue el vicepresidente, Manuel Domínguez (PP) al preguntarse: «¿Estamos dispuestos a darnos un tiro en el pie?». Por su parte, el vicepresidente de Ashotel, Gabriel Wolgeschaffen advirtió que «a la vaca que da leche no hay que tocarla».

¿Qué medidas se han puesto en marcha?

Las protestas están ligadas a los perjuicios que sufre el ciudadano en áreas como la vivienda, el agua o el transporte. El Gobierno autonómico ha puesto en marcha algunas iniciativas que buscan acabar con estos problemas. Es el caso de la ley de medidas urgentes que el Ejecutivo aprobó en marzo para hacer frente a la emergencia habitacional que atraviesa actualmente el Archipiélago. Esta norma incrementa la disponibilidad de suelo y la utilización de edificaciones con destino a vivienda. Además, esta semana el Gobierno presentó la nueva ley del alquiler vacacional que busca frenar el crecimiento desmesurado experimentado en Canarias en los últimos años de viviendas para uso turístico dando absoluta prioridad al uso residencial de los inmuebles. El Ejecutivo también se ha propuesto acabar con el desmesurado y desigual crecimiento demográfico experimentado en las dos últimas décadas en las Islas incluyendo este factor en la modificación de la Ley del Suelo, de forma que sirva para acabar con gran parte de la maraña administrativa que pone trabas a la cohesión del territorio. El presidente de Canarias ha convocado una conferencia de presidentes insulares que tendrá lugar el 30 de abril para abordar el reto demográfico, la despoblación de zonas rurales y las zonas turísticas.

¿Qué otras medidas están en el aire?

La apuesta por la sostenibilidad es una pieza clave para entender las quejas que han ido surgiendo en las Islas en torno al turismo. Tanto con el Ejecutivo anterior como con el actual se ha empezado a hablar de medidas como la limitación de entrada a zonas protegidas o la ecotasa. Esta última consistiría en establecer una cantidad fija cada noche de estancia en un alojamiento turístico. Ya lo hacen otras comunidades como Baleares o Barcelona y varios lugares de Europa. Con Ángel Víctor Torres (PSOE) como presidente los cuatro grupos que conformaron el gobierno (PSOE, NC, Podemos y ASG) no lograron ponerse de acuerdo. Ahora, la actual consejera del área, Jéssica de León (PP), acaba de mostrarse abierta a debatir sobre ella, pero duda de su eficacia.

¿Qué reclaman los manifestantes?

Los activistas que han promovido la manifestación del próximo 20 de abril rechazan que se les acuse de promover la turismofobia. «Esto no es en contra del turismo (...), lo que se piden es que no se construya más. Desde hace años nos promocionamos como un destino de naturaleza único en el mundo, pero el turismo está deteriorando el producto que vendemos. Las cifras de turistas son insostenibles desde un punto de vista social y ambiental», apunta el biólogo y documentalista Felipe Ravina en un vídeo difundido en redes sociales. «Una moratoria turística y vacacional permitiría frenar este crecimiento de manera temporal y tener espacio para plantear nuevas formas de hacer las cosas», añade.

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