Una manifestación que quiere ser “histórica” para mostrar el hartazgo frente al modelo turístico y territorial de Canarias

Más de una decena de colectivos han convocado una protesta en Tenerife para el próximo 20 de abril a la que, de momento, se ha sumado toda la provincia oriental

Manifestación celebrada en Las Palmas de Gran Canaria en 2023, enmarcada en el Día de la Tierra.

Manifestación celebrada en Las Palmas de Gran Canaria en 2023, enmarcada en el Día de la Tierra. / LP/DLP.

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

Por los efectos del turismo de masas. Por la defensa de los espacios naturales. Por la protección de los recursos hídricos. Por los bajos salarios. Por la tasa de pobreza. Por la dificultad en el acceso a la vivienda. Por los problemas en la movilidad. Por las carencias en la sanidad y la educación. Son los motivos esgrimidos por los colectivos convocantes de la manifestación denominada Canarias tiene un límite ¡Por un cambio de modelo! y que ambiciona ser “la más grande de la historia”. Fechada para el 20 de abril, el germen de la protesta parte de una decena de colectivos de Tenerife, a la que en pocos días se ha sumado toda la provincia oriental, que comparten una percepción de “hartazgo” o de “malestar social” ante el “colapso” que ven generalizado en todo el Archipiélago por su modelo turístico y territorial.

Como hacían miles de personas desde las ventanas de sus hogares tras la petición del protagonista de la película Network, un mundo implacable, los convocantes llaman a que la sociedad canaria grite: “Estoy más que harto y no pienso seguir soportándolo”. La mayoría de los actores que llaman a la movilización son colectivos ecologistas, desde la pionera Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), a la Federación ecologista Ben Magec hasta Salvar La Tejita o la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, y se articula como una respuesta a las consecuencias negativas del modelo turístico para la población. Sin embargo, sus promotores defienden que “va más allá” y cada isla puede plantear sus propias reivindicaciones.

“Responde a un hartazgo de una parte sensible e importante de la población que considera que este modelo nos lleva al desastre”, explica Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello. En este sentido, recuerda que el Archipiélago cuenta con 2,2 millones de habitantes y anualmente recibe 15 millones de turistas, registrando récords tras récords. El problema es que estiman que una actividad que reporta el 35,5% del producto interior bruto del Archipiélago no repercute en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de las islas, más bien consideran que ocurre lo contrario. 

Los indicadores de pobreza sitúan a las islas a la cola del Estado con una tasa del 36,2% en riesgo de exclusión social, la segunda autonomía con el porcentaje más alto según el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión en el Estado Español (EAPN-ES) referido a 2022. Además, la comunidad también presenta el segundo salario más bajo de España, con 1.869 euros brutos mensuales, según datos de 2022 del Instituto Nacional de Estadística.

“El turismo no nos saca de pobres”, apunta Daniel Duque, portavoz de Salvar La Tejita. "Estamos viendo muchas consecuencias negativas en desigualdad, en pobreza, en daños a los espacios naturales protegidos, en las declaraciones de emergencia hídrica, en los colapsos circulatorios, en problemas educativos o sanitarios... y eso solo puede conducir a un deterioro aún mayor. (...) Todo parece puesto al servicio del turismo y no se tienen en cuenta las necesidades de la población”, añade Coello.

El acceso a la vivienda

Para los colectivos, uno de los factores que explican el encarecimiento del precio de la vivienda, tanto de alquiler como de compra-venta, también entronca con el turismo, principalmente, por el alquiler vacacional y el aumento de residentes de fuera de las Islas (en 2023, un total de 388.688 personas aterrizaron en las Islas y se alojaron en un inmueble de su propiedad).

Las medidas anunciadas por el Ejecutivo regional a través de un decreto de medidas urgentes para poner solución al problema de los elevados precios y la gentrificación no convencen a las asociaciones, pero tampoco la opción de los municipios que prefieren optar por declarar zonas tensionadas. "Nos están desplazando de los cascos urbanos. Cuando se terminan los contratos de alquiler, vemos que muchos propietarios suben los precios a un nivel que no puede pagar un canario", dice Duque.

En un comunicado, la Federación ecologista Ben Magec considera que "el aumento incontrolado" de población residente de origen extranjero, fundamentalmente de la Unión Europea, también provoca "el colapso de los servicios públicos canarios, principalmente sanitarios, pero también afecta a otros sectores como la educación o la justicia. Solo en Tenerife se tramitan al día hasta 1200 nuevas tarjetas sanitarias en una isla que recibe cuatro de cada cinco nuevos empadronamientos en Canarias".

La movilidad

En Tenerife, uno de los problemas más visibles derivados del incremento de la demografía y de visitantes, a juicio de los colectivos, se aprecia en la movilidad, con el ejemplo del caos en el tráfico en el municipio de Anaga. “La presión de los turistas impide la propia movilidad de los vecinos al no poder acceder al transporte público ni moverse como les gustaría”, describe Coello. Trayectos de entrada y salida de las residencias que se podían realizar en media hora, se alargan el doble o el triple por los atascos causados por los visitantes del Parque Rural que estacionan sus vehículos invadiendo los carriles o la circulación de grandes guaguas que dificultan el avance. "Las carreteras son estrechas y pequeñas y están llenas de guaguas y de turismos. No pueden desplazarse a su trabajo con regularidad y frecuencia", aporta Villalba.

Esta situación también tiene su réplica en las vías de acceso y de estacionamiento al Parque Nacional del Teide y al Parque Rural del Roque Nublo. No solamente afectan a la movilidad, la masificación también puede generar el deterioro de los espacios naturales y su biodiversidad. El pasado 30 de marzo, agentes de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife desalojaban a un grupo de turistas que estaban acampados en el interior de la Reserva Integral del Pijaral, un lugar de especial protección del Parque Rural de Anaga o las imágenes compartidas por un turista en sus redes sociales el pasado mes de febrero, en las que aparecía cocinando con camping gas, acampando y circulando en bicicletas por zonas prohibidas en el Parque Nacional del Teide.

La gente no aprende: las carreteras al Teide están cerradas, pero ellos suben

La gente no aprende: las carreteras al Teide están cerradas, pero ellos suben / EL DÍA

Grandes proyectos

Pero la gota que ha colmado el vaso para dar el paso a convocar la manifestación, según las asociaciones consultadas, responde a la continuación de proyectos que perpetúan el modelo turístico y territorial que critican. En concreto, citan la nueva oportunidad que Transición Ecológica ha otorgado a la urbanización turística Cuna del Alma, en el Puertito de Adeje, con más de 400.000 metros cuadrados que se reparten entre 420 villas de lujo, hoteles y demás infraestructuras; o la reanudación de la construcción del Hotel La Tejita Beach Club Resort, en Granadilla de Abona, que suscitó el rechazo del colectivo Salvar La Tejita.

"Tenerife es la isla más colapsada porque tiene el mayor número de habitantes y de turistas y se sigue llevando a cabo una política de grandes infraestructuras y de promoción de urbanizaciones turísticas que suponen la pérdida del poco litoral virgen que nos queda. (...)  Eso es incompatible con un turismo de calidad, capaz de apreciar nuestro natural", critica Villalba. "Queremos que se haga una política en la que el crecimiento de turistas no sean las claves del éxito, sino la calidad de vida de quienes vivimos aquí".

Pero no solo en Tenerife. Coello también recuerda que el Gobierno regional ha recurrido ante el Tribunal Constitucional sus competencias en materia de Costas después de la decisión del Ministerio de Transición Ecológica de acordar el derribo del Hotel Riu Oliva Beach, en las dunas de Corralejo (Fuerteventura), y suma "el proyecto Chira-Soria en Gran Canaria, que se está demostrando absolutamente agresivo y depredador contra el territorio".

"Reacción lógica a la turistificación"

"Esta manifestación no va contra el turismo como actividad. No se trata de entrar en una guerra contra los turistas, ni siquiera contra los empresarios turísticos", afirma Coello, sino que es una respuesta de unas islas tensionadas por la actividad, "al igual que ha ocurrido en Barcelona o Baleares". "Es la reacción lógica a la turistificación. Estamos en un punto en el que hemos sobrepasado nuestra capacidad. Estamos viviendo el efecto de morir de éxito. Es insostenible", agrega Duque.

"Se trata de reorientar el turismo para generar una redistribución de la riqueza y evitar el impacto tan grande que provoca en los espacios naturales y en la calidad de vida de la gente", explica Coello. Para ello, considera que "la única respuesta es la movilización. (...) Nos queremos oponer a esa manera de entender la gestión del territorio y queremos decir que ya está bien de seguir avanzando en un camino que nos lleva al desastre. Hay que decir de una manera clara ¡Basta ya!".

Entre las demandas, recogidas en los carteles de la convocatoria, Duque cita la necesidad de implantar una moratoria turística, es decir, una prórroga en la construcción de plazas alojativas para preservar los espacios naturales, implantar la ecotasa y que reviera en el medio con, por ejemplo, "la contratación de guardas forestales, para instalaciones de depuración natural, para saneamiento, para campañas de sensibilización o mantenimiento de instalaciones…", demanda Duque. Y, también, la regulación de la compra de viviendas por parte de personas no residentes.

Precedentes

En la memoria de las movilizaciones en las islas aparecen las multitudinarias protestas por la creación de la Universidad de Las Palmas o contra la Guerra de Irak. Pero históricamente, el movimiento ecologista ha jugado un papel fundamental, concentrando gran parte de las convocatorias ciudadanas en las islas. La manifestación en contra de las torres de alta tensión en Vilaflor aglutinó el 22 de noviembre de 2002 a 100.000 personas; también quedan para la historia las sucesivas protestas contra el Puerto de Granadilla. Y expandidas en todas las islas, se alzan las manifestaciones contra las prospecciones petrolíferas en 2014.

Manifestación en Santa Cruz de Tenerife en contra de las torres de Vilaflor.

Manifestación en Santa Cruz de Tenerife en contra de las torres de Vilaflor. / José Luis González.

Más allá de los números, no es la primera vez que el movimiento ecologista alza la voz para cuestionar el modelo de desarrollo. Sin ir más lejos, el pasado año centenares de personas se manifestaron durante el Día de la Tierra en la capital grancanaria, bajo el lema Canarias tiene un Límite, para exigir la moratoria turística y la ecotasa. Y a inicios de este año, tras conocer los datos del tráfico de pasajeros en los aeropuertos canarios de 2023, el mismo colectivo demandaba un cambio del modelo turístico de las islas.

Echando la vista más atrás, Ben Magec también elevó una iniciativa legislativa popular en 2008, que a su vez trató de movilizar a la ciudadanía, para proponer un modelo turístico sostenible y dejar de construir plantas alojativas, pero no fue tomada en consideración por el Parlamento regional.

"Desde la década de 1980, que es cuando comienzan los movimientos ecologistas, el discurso contra el modelo turístico de Canarias se ha ido construyendo conflicto a conflicto. Cada movimiento especulativo de colonización del territorio generaba conflictividad. Eran movilizaciones para defender pedazos del territorio o contra proyectos específicos", explica Juan Manuel Brito, doctor en Historia y profesor en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Manifestación contra el petróleo en Las Palmas de Gran Canaria.

Manifestación contra el petróleo en Las Palmas de Gran Canaria. / Andrés Cruz

El modelo de crecimiento turístico se desarrolló desde finales del franquismo hasta la década de 1990 en base a cuatro dinámicas: una expansión territorial del suelo virgen urbanizado y urbanizable; un aumento del número de turistas, de 1,5 en 1974 a 5.6 millones en 1990; un fuerte impacto sobre el territorio y una ausencia total de planeamiento, tal y como detalla Brito en su artículo Dinámicas de la contienda ambiental: un análisis de las protestas ecologistas en las Islas Canarias (1969-1992).

De forma paralela, según el mismo artículo, nacen los movimientos ecologistas con la Asociación Canaria de Amigos de la Naturaleza (Ascan), y la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (Atan), constituida en Gran Canaria en 1970 y en Tenerife en 1971, respectivamente Posteriormente se expande por el resto de las islas con características de los movimientos sociales y finalmente, se acaba articulando la constitución de la Federación Ecologista Canaria Ben Magec, en 1992.

"En el fondo, la gran capacidad movilizadora del ecologismo ha estado en su capacidad de conectar con los malestares sociales. El ecologismo ha sido tan importante en Canarias porque puso los temas ambientales en la agenda política constantemente y cogió los temas sociales y los vinculó, canalizó un cierto malestar", expone Brito. Con las próximas manifestaciones en las Islas, se podrá comprobar el termómetro social y la capacidad de convocatoria.