Llegado el ecuador de la temporada, los augurios de la plantilla del Herbalife Gran Canaria, la que muchos tildaron como la mejor plantilla de la historia de este club, es cuanto menos una incertidumbre. Ayer confirmó que las bajas, tanto de Albert Oliver como de Eulis Báez son una losa muy grande sobre la espalda de los claretianos. La derrota ante el Galatasaray, un equipo al que venía de machacar la semana pasada por veintidos puntos en tierras turcas y que ocupaba el farolillo rojo del grupo E con cero victorias y tres derrotas, siembra más dudas del devenir de este equipo a corto plazo.

La situación del Herbalife se puede reconducir, está a tiempo, no es ni mucho menos una crisis del equipo, pero los objetivos del club pueden empezar a tambalearse si continúa con el nivel deportivo demostrado durante las dos últimas semanas. Desde que cayó contra el Darussafaka ha encadenado cuatro derrotas por una victoria, precisamente ante el conjunto turco hace siete días.

Puede que la victoria del Darussafaka ante el Alba de Berlin le sirva al Gran Canaria en la carrera por la clasificación. Aunque, tal y como está el grupo, todo puede pasar. Incluso que el Galatasaray, que parecía un equipo eliminado, se clasifique como segundo de grupo... todas las cábalas son posibles ahora mismo.

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