Paliza en todos los sentidos la que se trajo el Gran Canaria de su periplo por Moscú tras enfrentarse al todopoderoso CSKA. De kilómetros en avión -otra odisea más al ser el trayecto más largo realizado en la historia de la competición-; de puntos, que al fin y al cabo es lo que más importa en este juego; y sobre todo varapalo anímico, ya que tener que ver cómo el rival se dedica a darle descanso a sus estrellas -De Colo y Higgins- y pone en pista a sus canteranos para que se fogueen en la competición continental rindiendo tanto o más que los jugadores de los que disponía el Granca ayer, deja la moral amarilla muy tocada.

Porque lo de ayer para el CSKA resultó un auténtico paseo militar, nunca mejor dicho para un equipo con orígenes milicianos. El conjunto ruso batió su récord de anotación en la presente temporada, con 107 -lo tenía en 106 en la primera vuelta precisamente contra los claretianos-; mientras, el Granca batía la misma marca, pero en contra. Recibió incluso un punto más que cuando jugó la prórroga contra el Armani Olimpia Milan.

Falta de efectivos

Con los hombres con los que viajó la plantilla amarilla a la capital rusa, teniendo que lidiar con las bajas de Pasecniks, Fischer y Báez en el juego interior, la pintura claretiana se quedó hecha un solar. Con Balvin exigido en minutos, y tampoco es que salvaguardar su propio aro sea una de las especialidades del checo, en la zona claretiana no defendía ni El Tato.

Tal fue la comodidad con la que se encontraron los hombres de Itoudis, y recuerdo, no estaban ni De Colo ni Higgins, que firmaron un 75% de acierto en tiros de dos (34/45), un 47% en lanzamientos de tres (7/15) y un 81% en tiros libres (18/22); superando así la barrera mágica que se establece entre los amantes a la estadística baloncestística cuando un equipo anota más del 70-40-80 en porcentajes de lanzamientos a canasta.

Para ser conscientes de las facilidades que dio el Granca ayer al CSKA, el 75,5% de acierto en tiros de dos puntos es la tercera mejor marca histórica del conjunto ruso en los 451 partidos que ha disputado en la competición. Un chollo.

Ese nivel de puntería moscovita fue culpa, en gran parte, de la magia que reparte Sergio Rodríguez, el Chacho, semana sí y semana también por los pabellones europeos. Ayer, el único canario que estaba en cancha agitó su varita para dar ocho asistencias a sus compañeros, algunas al más puro estilo Michael Laudrup, mirando al tendido y haciendo las delicias de su afición. Además, el tinerfeño metió 18 puntos, siendo el máximo anotador del partido.

Puntos, puntos y puntos caían sin cesar del lado ruso. El cuadro local, nunca dio la sensación de que se le pudiera escapar el control del duelo. Porque a pesar de que el Herbalife inició el partido con un 2-7 a favor en el minuto 3, hasta ahí duraron las cosquillas claretianas.

En un abrir y cerrar de ojos, Will Clyburn cargó su AK-47 y comenzó a ametrallar el aro insular: un triple, dos tiros libres y una bandeja tras rebote ofensivo al aprovechar la endeblez del Herbalife para cerrar el rechace. Siete puntos en menos que canta un gallo para darle la vuelta al marcador y comandar un parcial de 16-3 con el que casi casi se podía decir que sentenciaba el encuentro visto lo visto en los posteriores compases del juego.

Rabaseda tiraba de orgullo propio para intentar mantener el tanteador; sumó ocho puntos en el primer periodo de los diez que anotó en el encuentro, muestra de que a medida que iban pasando los minutos las ganas por intentar rascar algo positivo de Moscú se diluían como un azucarillo.

Ese primer cuarto se cerró con un 29-20 en el luminoso, después de que Hines, un pívot de 1,98 metros, anotara cuatro puntos seguidos sin que los hombres altos del conjunto amarillo -los que había- pudieran frenarle en la zona.

Tiempo de jóvenes

A partir del segundo cuarto, con el CSKA aumentando su diferencia en el marcador -hasta +23 en el minuto 16-, Itoudis dio entrada en el encuentro a Ivan Ukhov, la perla del conjunto ruso, el resultado del proyecto de cantera del mastodonte moscovita. Y el zagal no lo hizo nada mal en los 22 minutos que disputó: 12 puntos (6/7 en tiros de dos) tres rebotes y cinco asistencias.

Por parte del Granca, una de las pocas noticias provechosas de la tarde de ayer fue el debut del diamante que pule Gabi Alonso en el equipo EBA, Jovan Kljajic. El montenegrino, que el año pasado fue el más joven en la historia del club en debutar en la Eurocup, le llegó el turno ante un clásico del basket europeo y no se arrugó. Solo 13 segundos tardó en meter un canastón digno del talento que atesora. Así llegaba al 56-42 con el que concluyó la primera parte.

Poca historia más tuvo el duelo tras el descanso. La diferencia de puntos iba haciendo la goma, mientras que al técnico griego del CSKA le daba tiempo a ingresar en pista a los rookies Alexander Khomenko y Andrei Lopatin.

El tercer periodo terminó 81-62 y ya se intuía que el cuadro moscovita iba a sobrepasar la barrera de los 100. A ritmo de Kalinka, los locales ya se gustaban con mates de concurso y el Chacho repartiendo alley-oops para llegar al107-85 final con el que el Granca cogió el avión para recorrer los 5.173 kilómetros entre Moscú y la Isla. Menos mal que esta semana hay Ventanas FIBA...