Hoy es una noche para disfrutar. Más allá de que el Herbalife no se juegue nada más que el honor en la cancha, y de que quizá ronde en el ambiente la sensación de que ha desperdiciado el mejor trampolín posible, como es la Euroliga, para al menos intentar afianzarse entre los elegidos de Europa, el Gran Canaria Arena debe abrir bien los ojos porque puede que pase mucho tiempo hasta que su equipo vuelva a participar en la máxima competición continental.
El último baile en la cancha claretiana (20.30 horas, Movistar Deportes) no podía tener un invitado mejor, un histórico como el Olympiacos de El Pireo. Llegan los griegos sin dos de sus estrellas, el mito Vassilis Spanoulis y Janis Strelnieks, ambos lesionados. Pero con David Blatt, una leyenda de los banquillos bajo cuyo mandato el Darussafaka ganó la Eurocup el curso pasado y los Cavaliers de LeBron James alcanzaron una final de la NBA.
La decepción de la baja de Spanoulis la suplirá el aficionado claretiano con la nostalgia de ver el último partido de la Euroliga, hasta más ver. El Granca buscará brindar una última noche mágica como fue la de su debut en casa ante el Barça Lassa, al que ganó (87-86), o la de la visita del CSKA Moscú, que sólo pudo despegarse del cuadro insular en los últimos minutos (91-106).
Para ello, Pedro Martínez, que ya anunció tras la victoria frente al Unicaja que no iba a explotar a sus jugadores en la competición europea, porque lo importante para el club es la cita del sábado en Andorra, prevé repartir minutos de manera equitativa. Eulis Báez no llega, se espera el regreso de Oliver tras su descanso en Barcelona y el técnico deberá descartar a uno.
La clave, en la pintura
Balcerowski, por su parte, tendrá una nueva oportunidad para afianzarse en el primer equipo, del que ya no saldrá. El Granca ya no lucha por un objetivo competitivo, así que todo lo que ejecute esta noche en el parqué deberá servirle para el futuro. Así se tomó la derrota del martes en el Palau (93-64), abultada, pero explicada casi con exclusividad en el enorme acierto catalán desde la línea de 6,75 -19 triples-.
El Olympiacos, en cambio, se juega mucho. Arranca la antepenúltima jornada en el puesto límite para entrar en los cuartos de final, por lo que no puede permitirse un tropiezo en el Arena. Blatt se encomienda a sus hombres altos, Printezis y Milutinov, para ser superiores bajos los aros, donde habrán de vérselas con el renacido Balvin y el rocoso Wiley. Pero la verdadera lucha griega es contra una grada que quiere mandar en el último baile en el Olimpo.
