Los espectros de la temporada pasada empiezan a pulular por las cercanías del Granca. Ayer jugó con fuego durante 30 minutos contra un Estudiantes que apenas daba miedo y se llevó la segunda derrota de la temporada en este inicio liguero al caer por 82-78.

Le costó arrancar al Granca. Sin encontrar rendijas en la defensa de Dzikic sobre su zona, los insulares se encontraban incómodos de cara al aro. En esas apareció Costello para pedir los balones en la bombilla y comenzar a picar piedra sobre Víctor Artega. El americano sacócinco puntos con un triple y una penetración a canasta para desatascar la artillería.

La circulación rápida de balón dibujó los primeros compases del duelo en la capital madrileña. Omar Cook, que volvía a la que fue su casa durante los dos últimos años, demostró su valía como predestigitador. El traductor de Katsikaris sobre la pista sacó la varita mágica y en apenas cuatro minutos habia repartido tantas asistencias. Asistencias al servicio del 10 del Herbalife.

Cook, haciendo las delicias de sus compañeros y sobre todo de Costello, a quien le permitió sumar nueve puntos en seis minutos para abrir brecha en el marcador (8-16), Dzikic decidió parar el ritmo del encuentro para asimismo cerrarle el grifo al base insular.

Para frenar a Costello, saltó a la cancha un viejo conocido de la casa claretiana: Juan Palacios. Aunque el que paró al pívot fue Katsikaris, que le mandó a la banqueta para que cogiera resuello. Misma decisión que tomó con Cook, sobrexigido en minutos en el estreno liguero (hasta los 33 se fue), y el griego puso a Harper como base. La apuesta duró poco, segunda falta del combo y Fabio a pista.

Con el banquillo claretiano en un continuo desfile de cambios para aplacar la reacción estudiantil se llegó a la conclusión del primer cuarto con una pequeña renta a favor de dos puntos para el Herbalife (19-21).

Tardó cinco minutos del segundo periodo en darle la vuelta al tanteador el Estu y ponerse por delante tras el 2-0 inicial. El metralleó de Scrubb, con siete puntos consecutivos puso el 29-27 en el luminoso del Wizink Center y a La Demencia le dio por despertar después de llevar quince minutos digiriendo el apertivio mañanero.

El reguero de puntos madrileño desconcertó al equipo insular. Faltó de un comandante en la pista sin Cook, el equipo se resiente de un lector de juego. La anarquía oensiva se apodera del equipo y cada jugador hace la guerra por su cuenta. Pero esa es la apuesta de plantilla que se ha hecho desde la dirección deportiva del club.

Que todavía falta porque los jugadores se adapten a lo que quiere Katsikaris es un hecho. Muestra de ello son las continuas dudas que muestran sus rostros en jugadas marcadas sobre la pizarra del heleno.

Aun en ese desconcierto estratégico, el Herbalife comandaba la contienda al descanso por 35-39, casi más por demérito de su rival que por un excelso juego entre sus filas. Salvo la aportación de los interiores del Granca, con Costello sumando 12 puntos y Shurna con 7, poco más podía destacarse individualmente en cuanto a aportación numérica de los amarillos en los primeros veinte minutos.

La marejadilla de la temporada pasada parece no haberse ido entre las entrañas claretianas. Cuando recibe una serie de golpes el equipo no sabe reaccionar, se tambalea sobre el parqué a verlas venir y se la juega a una moneda al aire.

Todavía necesita este equipo que los fichajes ilusionantes del verano den el paso adelante necesario y cojan las riendas de la plantilla. Bourousis, Okoye y los campeones del mundo Beirán y Rabaseda todavía están por explotar, faltos de compenetrarse con sus compañeros y saber qué quieren exponer Katsikaris en la pista.

Son apenas dos semanas las que llevan los que se fueron hasta China para luchar por el cetro planetario y poco se les puede pedir. La calidad está ahí, pues a fogonazos la sacan a relucir. Un uno contra uno de Bourosis en la pintura, una sprint con el balón controlado de Okoye, el repertorio es numeroso, pero de momento está en letargo.

La misma somnolencia que se vivió en el tercer cuarto, que fue a arreones en la cuantía de puntos por parte de los dos equipos, para llegar al 59-56 con el que afrontar el último periodo de la segunda jornada liguera y el Granca en un mar de dudas sobre si podría estrenar sucasillero de victorias.

Y si uno de los dos equipos subió su apuesta por llevarse el triunfo en ese arranque de periodo fue el Estu. Un parcial 0-7 puso en un aprieto a los insular al alcanzar la máxima diferencia en contra (-10, 66-56) y Katsikaris hizo sonar la bocina del pabellón.

Reaccionó el Granca a través de Harper con siete puntos de auténtico verso libre de la canasta. Ël se lo guisó y él se lo comió. Pidió el balón, corrió la pista, amagó, se llevó algún tapón también, pero metió de nuevo al Herbalife en la lucha por llevarse el botín del antiguo Palacio de los Deportes.

Pero en el duelo de individualidades, Brizuela y Kadji se impusieron al coraje de Beirán en los últimos segundos del encuentro. El alero no había aparecido en todo el partido, alcanzó los once puntos, pero fueron insuficientes para llevar el partido a la prórroga al menos.

Segunda derrota del Granca, que no termina de arrancar y tiene una semana por delante para afinar su plan de juego. Esta temporada no existirán excusas de kilómetros, calendarios y otras justificaciones cuando la derrota caía del lado insular.

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