Entre oés-oés terminó el partido en el Gran Canaria Arena. Jugando a las cuatro esquinas, y con Beqa Burjanadze metiendo la última canasta a falta de dos segundos para la conclusión y poner el definitivo 85-79, muestra del hambre que tiene este equipo para conseguir el objetivo de llegar a la Copa del Rey batiendo a un rival directo como el UCAM Murcia. El conjunto de Katsikaris mete la quinta victoria y vuelve a brindar una alegría a su afición después de más de un mes sin conocer la victoria en casa gracias a la aportación de un espléndido Demonter Harper, autor de 22 puntos.

Tal y como había advertido Fotis Katsikaris en la previa del partido, el UCAM iba a lanzar continuamente sus ataques contra la canasta insular sin dudar ni un segundo. Todo a través de su estrella, Askia Booker (el tercer máximo anotador de la liga), que chupaba balón sin cortarse ni un pelo. Con el californiano en plena ebullición los de Sito Alonso comandaron el primer cuarto hasta el minuto 9.

Mientras, el Granca aguantaba el tirón a base de triples. Dos de Harper, que sumó 10 puntos en el primer periodo, y otro de Okoye permitía a los claretianos que la brecha no se alargase a más de seis puntos (15-21) cuando llegó el primer tiempo muerto televisivo, que fue un bálsamo para los locales.

La entrada de Beirán y Bourousis a cancha dio otro aire al equipo, más sólido en defensa y congelando los ataques sobre la canasta murciana para que no salieran al contraataque nada más coger el posible rebote defensivo. Con ellos dos en pista se le dio la vuelta al marcador después de dos canastas al poste, de esas cocinadas a fuego lento con la firma del alero madrileño y otros tiros libres del griego para poner el 22-21 sin que el UCAM consiguiera reaccionar al parcial 10-0 que firmaba Burjanadze con un triple desde la esquina.

La proyección al finalizar el primer cuarto apuntaba a los 100 puntos (26-24). Números que seguro que no estaban contentando a Katsikaris, a quien se le veía incómodo desde la línea de banquillo ante las canastas fáciles con las que se encontraba el equipo de rojo en la pintura insular. Esos despistes continúan siendo el lunar de este equipo en las nueve jornadas disputadas y en lo que más se trabaja durante la semana entera.

Pero el modo blitzkrieg del Granca tampoco le viene mal. Así lo demostró contra el Bilbao y así lo expuso durante la jornada matutina para despertar a la parroquia de Siete Palmas con los aplausos de Beirán a la vez que los amarillos volvían a encadenar un parcial 7-0 y Sito Alonso paraba la sangría grancanaria.

Reacción inmediata tras la charla del técnico madrileño y el UCAM voló sobre el parqué para devolver la moneda a los locales con otro parcial 0-9 y poner las tablas en el luminoso (38-38) a falta de 3 minutos para llegar al descanso.

No se prodigó en exceso el equipo murciano desde la línea de 6,75 metros, una de las amenazas de las que había advertido Katsikaris a tener en cuenta para frenar el vendaval que podía llegar con Jerell y Booker. Si bien el primero acumulaba seis intentos con un solo acierto desde el triple, el segundo solo anotaba uno de cuatro lanzamientos.

Por su parte, el Granca dominaba la lucha por el rebote antes de llegar al descanso y sumaba 16 por 11 del UCAM, otro de los aspectos que el técnico griego señalaba entre las claves para frenar a los de Alonso, quienes basan su juego en las salidas rápidas tras capturar los rechaces bajo su aro.

Susto de Harper

Tras la vuelta de vestuarios volvió a coger la sartén por el mango el equipo local. Desperezados ya del madrugón, la energía coral fue ya palpable. La decisión de responder a los pimentoneros con su misma medicina estaba tomada.

En plena tormenta del desierto claretiana se prdujo el susto de Demonte Harper al torcerse en el tobillo derecho de Demonte en una acción totalmente fortuita y se retiró al banquillo. El percance se sumaba a la otra mala noticia de la mañana, en la que se conocía la también lesión de Xavi Rabaseda en la mano izquierda, la otra que tenía sana. No sale de una para meterse en otra...

Entre tanto, se encasquilló el Granca mientras el UCAM olió la sangre y no dudó en hincarle el diente a los insulares a la vez que cometían pérdidas y errores bajo canasta. Un triple de Jarell y otro de Lecomte, dos tiros libres de Tumba, junto a un contraataque de Townes fimaron un parcial 0-10 en apenas dos minutos con los que ponerse por delante en el marcador desde el primer cuarto a la conclusión del tercer periodo (58-59).

Tenía ante sí el Herbalife el deber de quitarse las telarañas recogidas en el último tramo del periodo. En esas, cogió el balón Okoye desde el arco y clavó su segundo triple de la mañana para devolver la delantera a su equipo.

Acusaba el Granca la falta de jerarquía de Omar Cook. Sin la batuta del base neoyorquino el equipo insular se pierde en fases ofensivas y es cuando aparecen las guerras particulares. Cada uno quiere dar el máximo de sí, pero en jugadas aisladas, sin cohesión y los puntos dejan de subir al maracador.

En plena búsqueda de una identidad ofensiva, encaminó el Herbalife la recta final del encuentro con la máxima tensión posible. Aunque con la seguridad de que el rigor defensivo estaba siendo del gusto de Katsikaris.

Y en esas apareció Harper y su fusil. El combo americano, que estaba sumido en una minicrisis personal de cara al aro en los últimos cuatro partidos se reivindicó cuando menos se le esperaba, cuando se había marchado al banquillo diez minutos antes aquejado de su tobillo y cuando el partido estaba moviéndose a una velocidad inapropiada para su juego.

Ocho puntos consecutivos del de Tennesse puso al pabellón patas arriba y por momento se atisbó algún MVP, MVP cuando clavó su segundo triple para poner el 78-72 en el marcador con el que Sito Alonso paraba el partido a dos minutos de la conclusión para dictar cómo intentar que el Granca no sumara su quinta victoria.

Un triple de Lecomte y una canasta de Tumba pusieron el nerviosismo en la grada, pero en Omar Cook se encargó de tranquilizar a la parroquia insular. Un triple casi sin venir a cuento del de Brooklyn dio la ventaja necesaria en el marcador para que el Murcia se viera obligado a cometer faltas para intentar rascar puntos. El base volvió a la línea de tiros libres y finiquitó el partido 85-79.

Revive el partido

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