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El Granca arrastra pérdidas de más de 1,5 millones de euros

El Cabildo volverá a acudir al rescate del club por segundo año consecutivo para evitar que entre en causa de disolución - Las cuentas se sustentan en un 60% de dinero público

En la primera fila del palco del Gran Canaria Arena, de izquierda a derecha, Enrique Moreno, Antonio Morales y Francisco Castellano; junto a otros directivos | | ANDRÉS CRUZ

El CB Gran Canaria vive un nuevo capítulo nefasto en cuestión económica. El legado que va a dejar el presidente de la entidad claretiana, Enrique Moreno, a su paso como máximo dirigente del club difícilmente va a poder ser recordado como un periodo de bonanza monetaria. Esta temporada el club vuelve a prever que tendrá que asumir pérdidas superiores al millón y medio de euros –de momento, porque puede aumentar–.

Esta situación de flaqueza económica no es ajena a la gestión de Moreno. Por tercer año de sus cinco como presidente volverá a cerrar la temporada con pérdidas, y en 2020 se salvó porque la pandemia interrumpió el transcurso normal de la temporada, aunque todo apuntaba a un nuevo ejercicio negativo. Por ende todavía existen coletazos de las decisiones de aquel curso que siguen mermando las arcas, tales como la resolución del contrato de Clevin Hannah, un jugador que se marchó del club hace dos temporadas.

Las cuentas del club todavía esperan un ingreso de un millón de euros de HMK Holdings LP

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Sin presupuesto aprobado para la actual temporada, puesto que el interventor del Cabildo rechazó el que el propio Moreno presentó al comienzo de la misma por «irreal», ahora se empiezan a cobrar los palos de ciego que lleva dando el club desde que arrancase la competición. A falta de la celebración del Consejo de Administración –previsto para las próximas semanas– en el que se traten estos asuntos delicados, el club sigue navegando con el piloto automático y firmando contratos.

Porque cabe resaltar que el Granca, actualmente con una liquidez monetaria ajustada, cerrase el fichaje de Kenny Chery la pasada semana. El club vive al día con inyecciones de dinero por parte de entidades de crédito y tiene cifrado en las cuentas del club 1,3 millones de euros en el apartado de deudas a corto plazo.

Una plantilla que de por sí ya tenía un coste de 4,2 millones de euros. Una cifra en la que viene disponiendo la dirección deportiva del club para confeccionar el plantel en las últimas campañas y que solo dista en cien mil euros más barata que la que gastó el año de la Euroliga y con un desfile de 21 jugadores usados en el año.

Promesas en saco roto

Ya en 2018, Moreno, ante la pregunta realizada por este medio sobre si aceptaría que el grueso del aumento presupuestario llegase del Cabildo, contestaba lo siguiente: «No, bajo ningún concepto. Aquí hay otros sectores de la sociedad que se tienen que implicar, como el empresariado canario […] No me gustaría que el Cabildo tuviera que soportar esta situación».

Bien, pues cuatro años después, el presidente ni ha conseguido que el tejido empresarial canario se una a su causa, ni ha liberado al Cabildo de una carga económica mayor con el club.

Porque si una de las cosas con las que se tropezó el presupuesto de esta temporada fue con la ausencia de un patrocinador principal que sustituyera el paso a un lado de Herbalife en la entidad.

La bicefalía Moreno-Marrero negociaron con Lopesan una cantidad económica para que fuera la empresa patrocinadora y esta posibilidad se esfumó en el tira y afloja con el consejero de Deportes, Francisco Castellano, que finalmente encontró la vía de aliviar el presupuesto de su área estampando un logo de Gran Canaria en el pecho de los jugadores y que fue cobrando mayor espacio hasta alcanzar el máximo permitido por las competiciones.

De querer que apuntarse un tanto el presidente, este solo se puede tener en cuenta con su planteamiento sobre las negociaciones que llevó con el fondo fantasma HMK Holdings LP que prometió un millón de euros en conceptos de patrocinio y publicidad y que tres años después siguen sin aparecer por el club.

No sería relevante recordar este episodio bochornoso en la historia del club de no ser porque a pesar de que Moreno repitiese en numerosas ocasiones que el asunto estaba puesto en manos de la justicia, la denuncia no se ha llevado a cabo por ninguna vía.

Eso sí, en los informes de cuenta del CB Gran Canaria se recoge un apartado en el que se expresa: «Por otra parte, en la temporada 2018-19 se constituyó corrección valorativa por deterioro del importe a cobrar de un contrato de patrocinio de 1.000.000 euros que, por motivos ajenos a la Sociedad, el tercero anunció dejar sin efecto». Bien, ese millón es el de HMK Holdings LP, y continúa reflejándose en el libro de cuentas.

El fondo económico y su representante José Lucas Cruz Barrera aparecieron como el ángel salvador en el tramo final de la temporada 2018-19 para tapar el agujero de 800.000 euros que tenía el club, no apareció ni un billete del Monopoly y la institución tuvo que tirar de sus fondos propios para solventar las pérdidas.

Ese curso no se tocó en el timbre del Cabildo para una inyección monetaria y mucho menos en un año de elecciones políticas. Se tiró de la chequera propia y el valor patrimonial del club se vio mermado. Una situación distinta a la vivida la pasada campaña en la que la Fundación Canaria del Deporte, ese órgano funcional dependiente del Instituto Insular de Deportes y que a fin de cuentas es el dueño del club, salió al rescate del Granca con una subvención extraordinaria directa de los remanentes propios del Cabildo cifrada en 1.753.992,73 euros.

El coste de la actual plantilla es de 4,1 millones, solo cien mil euros más barata que la de la Euroliga

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Un rescate financiero al que se vio obligado el Cabildo a ejercer, pues de no cubrir esas pérdidas el valor patrimonial del club hubiera descendido hasta el millón de euros, un 65% de su capital escriturado. De tener en cuenta que si el valor se acerca al 50% del capital escriturado (unos 800.000 euros) el club entraría en causa de disolución. Misma situación que va a ocurrir esta temporada con las pérdidas que se prevén.

Y es que la única vía que ha encontrado Moreno para surtir de más dinero al Granca ha sido siempre la misma: el Cabildo. Se comprometió a no tirar de dinero público, cuando en la temporada 2018-19 la entidad solo dependía en un 30% del erario y ya la pasada dependieron en un 60%, o lo que es lo mismo, el doble.

En estos últimos años los ingresos propios han ido también disminuyendo por la incapacidad del aparato de márketing como de las altas instancias del club de atraer más patrocinios privados, por mucho que hayan recuperado a algunas empresas que se desmarcaron en la época pandémica.

También el divorcio con la grada del Arena es más que patente, no solo por los aficionados que van cada jornada a Siete Palmas, sino también por la disminución en el número de abonos de esta campaña, cifrada en torno a los 6.000 fieles. Menos dinero.

Berdi Pérez, a la espera de 95.000 euros


Otro de los descubiertos que existen en las previsiones económicas del CB Gran Canaria se atienen a los casos de Fotis Katsikaris y Berdi Pérez. El entrenador griego denunció su despido de la entidad sin haber cobrado el último año de su contrato cuando había cumplido con las cláusulas que se estipularon en su contrato para ampliar la vinculación por una temporada y aunque en un primer momento parecía que la resolución de su caso iba a ser favorable a los intereses del Granca, finalmente tras recurrir la primera sentencia, el heleno ganó su caso y el club debe ingresarle 328.291,50 euros. Cantidad que está depositada como recurso de casación, pero que no se contempla como un gasto esta campaña. Igual situación en la que se encuentra Berdi Pérez, el que fuera director deportivo del club hasta hace dos temporadas, y al que despidieron alegando los mismos motivos. El ahora directivo del Betis tiene que recibir 95.000 euros. | D. Rodríguez

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