El paso adelante que ha dado Miquel Salvó esta temporada está quedando más que patente con el arranque liguero del alero. En los ocho partidos disputados de la Liga Endesa el catalán promedia 12,4 puntos de valoración, una diferencia de 5,5 más respecto a la pasada temporada, cuando acumuló un total de 6,9 unidades.
Si existiera un premio al Jugador más mejorado en la ACB como ocurre en la NBA, seguramente Salvó apareciera en las quinielas todos los años, porque desde que alcanzara la máxima categoría del baloncesto nacional en el curso 2017-18 con el Gipuzkoa, el polivalente alero no ha parado de crecer en sus virtudes sobre la cancha.
De las dos temporadas que pasó en el GBC, el barcelonés promedió 6,1 y 6,4 puntos en valoración. Siempre alternando actuaciones destacadas con otros partidos en los que apenas hacía acto de presencia sobre el parqué y no aportaba tangibles.
Sin embargo, la proyección mostrada en San Sebastián le valió para dar el salto al Hereda San Pablo Burgos, un equipo que se amoldaba al perfil prometedor de Salvó y con el que consiguió conquistar por partida doble dos Basketball Champions League. Su papel, parecido con el Gipuzkoa, jugador que alternaba partidos espectaculares con tramos de la temporada en la que desaparecía.
Una vez concluida su etapa en Burgos fue cuando apareció el Granca y es justo en la Isla donde Miquel está en plena efervescencia. Si la pasada campaña también mostró un papel intermitente, ya en este segundo año es el de su confirmación como un jugador capital para Lakovic.
La aportación de Salvó en la presente temporada se ha visto incrementada en 5,5 unidades de valoración y una fiabilidad máxima en sus lanzamientos de dos puntos. Hasta la fecha, 25 tiros ejecutados y 17 anotados, parte de los 9,3 puntos que promedia.
Asimismo, ha disfrutado de bastantes minutos de juego ante la baja temporal que sufrió Shurna, motivo por el que en los ocho partidos disputados hasta la fecha, solo en uno bajó de los dobles dígitos en valoración –0 contra el Tenerife en el derbi–.
