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Ferran Bassas, base del Gran Canaria, instantes antes de la entrevista realizada.Juan Carlos Castro

CB Gran Canaria

Ferran Bassas, jugador del Granca: «¿Salirme ante el Joventut? Me gustaría, no te voy a mentir»

Ferran Bassas fichó el verano pasado por el Granca. Llegó con cuatro años de retraso pero está donde se siente «valorado». Si firmó en la Isla es porque en el Joventut no le prometían ser el primer base y por tanto mañana tiene cuentas pendientes.

Lleva cuatro meses en el club. Antes de fichar con un equipo imagino que suele preguntar referencias sobre el club. ¿Se ha encontrado lo que esperaba en el Granca?

Estoy contento con haber tomado la decisión. Vine aconsejado por lo que me contó Miquel Salvó [coincidieron en el Burgos en la 2020-21] y otras personas como Javi Beirán. Sabía a donde venía y lo que he visto in situ ha terminado por gustarme más.

¿También se siente satisfecho con su rendimiento en la pista de juego?

Me encuentro muy bien. También ayuda el ambiente en el vestuario, hay buen rollo. En el rol individual bien porque me siento importante los momentos en los que estoy en cancha. La manera que tiene Jaka de juegar me viene bien. De momento va sobre ruedas. Hemos tenido un bajón pero ahora estamos en el nivel que necesitamos para estar arriba.

"Después de varios años irregulares del Granca, vine aquí para crecer yo y ayudar a hacer crecer al club"

Desde fuera se tiene la sensación de que Albicy está para defender y usted para atacar. ¿Es cierta esta valoración?

Jaka le da mucha importancia a la actitud defensiva, a que pongas toda tu energía. Andrew en este aspecto sobresale. Sus capacidades le permiten ser muy agresivo en defensa y lo contagia a los compañeros. En mi caso no tengo esa capacidad física e inteto suplirlo con inteligencia y un poco de pillería [ríe]. Mis cualidades en ataque me permiten hacer otras cosas y seguramente Jaka valore eso cuando me manda a la pista.

Refleja un 41% de acierto en triples. ¿Se considera un especialista exterior?

Cuando empecé la carrera no era tirador. Buscaba la asistencia y no me definía como tirador. Con el paso de los años he ido trabajando mucho el tiro. Es algo que te genera muchas ventajas y espacios en las pinturas. Ahora mismo mi tiro es una de mis armas y la tengo que explotar. Hay partidos en los que según qué defensa asumo más lanzamientos [frente al Breogán lanzó nueve, su tope] porque como el porcentaje indica, entre más tire más meteré [sonríe].

Mañana se enfrenta al club de su vida. La primera vez desde que abandonó el Joventut este verano. ¿Qué siente?

Cuando juegas con un ex siempre hay muchas emociones. Ya me pasó contra el Tenerife cuando jugué por primera vez porque estuve allí tres años. Esta vez hay una motivación extra porque es el club en el que empecé a jugar desde muy pequeño. Tengo muchos amigos, soy de allí, habrá amigos en la grada. Es muy bonito jugar contra ellos y tengo muchas ganas de meterles mano [ríe]. Son uno de nuestros rivales directos.

"Cuando juegas con un ex siempre hay muchas emociones, tengo ganas de meterle mano a la ‘Penya’"

Motivación extra, dice. ¿Tiene ganas de salirse para demostrarles que se equivocaron dejándole salir?

Sí, sí. No te voy a mentir. Ojalá me salga un buen partido y sobre todo ganemos.

¿Le digo Carles Durán [técnico del Joventut] y qué siente?

Es uno de los más influyentes en mi carrera. Con 16 años en Cadetes fuimos campeones de España con el Joventut y desde entonces lo tuve tres años en el Prat, los dos últimos en la Penya. He aprendido mucho de él y bueno... lo considero muy buen entrenador. Le tengo mucho cariño.

¿Se sintió relegado el curso pasado a ser el tercer base?

Fue complicado. Tuve una lesión en pretemporada y cuando volví a la semana cogí el covid. Después empecé a buen nivel y ya me sentía como en 2021 y me lesioné otra vez [una fisura en el pulgar de su mano derecha]. Casi tuve que operarme y fue raro. Volví en el último mes y el equipo tenía unos roles muy marcados. Tuve partidos buenos en Playoff, contra el Barça ganando en el Palau. Mi rol no estaba muy claro al final y desde el club me indicaron que la idea no era que yo volviese a ser el primer base. Hubo un poco de mal entendido y cuando me salió la opción del Granca me vine sin pensar. Había mucha incertidumbre sobre si iba a ser mi sitio y vine a uno en el que sentía que iba a ser valorado.

Cambió de Tenerife a Burgos y mejoró su rendimiento; cambió a la Penya y mejoró; ¿en el Granca ha mejorado?

Ese es mi objetivo. Tengo en mente crecer yo y estar en un equipo en el que también tenga ganas de crecer. El Granca después de varios años irregulares era un bonito reto para posicionarnos arriba. En el plano individual quiero ayudar a que eso ocurra. Meternos en Copa es uno de esos pasos y vamos a seguir así.

Tras su paso por el Canarias, ¿se le hizo raro el derbi de este año?, ¿lo vivió como tal?

Cuando estaba allí veía que el derbi era importante. Es una rivalidad sana. No es igual que en Grecia, donde hay odio. Cuando tomé la decisión de venir aquí pensé en qué iban a decirme en Tenerife , a ver si me iban a silbar [ríe]. Tengo muchos amigos allí, fue una etapa bonita pero ahora estoy aquí y les quiero ganar. Con respeto...

¿Siente que se quitó una espina al fichar en el Granca después de que en 2019 todo se fuera al traste con el contrato incluso firmado?

Evidentemente. Estaba todo hecho y al final por cosas que pasan no sucedió. Pero no porque yo no quisiese, que conste. Vine a un sitio que siempre pensé que era un gran club y en el que tenía ganas de jugar. Así que sí, me quité esa espinita.

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