La metamorfosis de Brussino

Nico se convierte en su segunda etapa en el Granca en su jugador franquicia

Acumula dos MVP del mes en la ACB

Presenta los mejores números de su carrera (18,7 valoración)

Nico Brussino se dispone a lanzar un triple en el partido ante el Lenovo Tenerife del pasado domingo.

Nico Brussino se dispone a lanzar un triple en el partido ante el Lenovo Tenerife del pasado domingo. / ACB Photo/M. Henríquez

Santiago Icígar

Santiago Icígar

El crecimiento de Nico Brussino durante su segunda etapa como jugador del Dreamland Gran Canaria está siendo espectacular. El argentino acumula ya en lo que va de temporada dos MVP del mes en la ACB -febrero y noviembre-, en una campaña en la que está consiguiendo los mejores números de su carrera en España.

Más allá de las estadísticas, el argentino se ha convertido en uno de los líderes naturales del vestuario claretiano y uno de los jugadores con mayor compromiso con la causa amarilla. El pasado domingo volvía a demostrar su carácter competitivo y su entrega al escudo. Forzó para jugar el derbi canario a pesar de sufrir un esguince en el tobillo. A pesar de estar mermado físicamente, el de Cañada de Gómez volvía a ser una vez más el mejor del Granca, logrando una valoración de 32, aportando 25 puntos, 11 rebotes y dos asistencias. Aunque esos guarismos no sirvieron para derrotar al Lenovo Tenerife, si le convirtieron con todo merecimiento en el MVP del mes de noviembre.

En diciembre de 2017 aterrizaba en la Isla Nicolás Brussino como sustituto del díscolo Shaq McKissic, que era cortado de forma fulminante por la entidad claretiana tras el enfrentamiento del jugador norteamericano con el técnico de entonces, Luis Casimiro Palomo.

El espigado alero argentino llegaba con la vitola de haber jugado 54 partidos a pesar de su juventud en los Dallas Mavericks de la NBA. Traspasado a los Atlanta Hawks, no terminó de ganarse la confianza de Mike Budenholzer, por lo que acababa jugando la G-League en las filas de los Erie Bayhawks.

Sin embargo, su primera etapa en el Granca estuvo marcada por su falta de adaptación y por la poca sintonía con el entrenador, Luis Casimiro, que tan sólo le utilizó en 13 partidos de liga en los que promedió 3,9 de valoración. Más allá de sus números, su carácter introvertido fuera de la pista se trasladó a su juego, recibiendo bastantes críticas en cuanto a su poca sangre en los encuentros.

Peregrinación de ida y vuelta

A nadie le extrañó que el jugador abandonara la disciplina claretiana aquel verano. Pero quería reivindicarse en la Liga Endesa y cambió de isla. Se enroló en el proyecto del Canarias a las órdenes de Txus Vidorreta, donde sus números mejoraron ligeramente, aunque sin llegar a dar el salto esperado en el cuadro lagunero.

La eclosión de Nico Brussino se produciría en Zaragoza, donde durante sus dos temporadas, la primera de ellas a las órdenes de Porfi Fisac, el exterior argentino comenzaba a destapar su mejor versión anotadora, añadiendo aportación en defensa y en el juego de creación del equipo. Empezaba a fraguarse su merecida fama actual como uno de los mejores de la Liga Endesa en su posición.

Sus dos años en tierras mañas le convirtieron en objeto de deseo del Granca y el hijo pródigo aceptaba regresar a casa hace tres temporadas. Después de un primer curso algo más discreto, la campaña pasada se convertía en uno de los referentes claretianos en una temporada histórica. De la mano de Jaka Lakovic, el club conquistaría la primera Eurocup de la historia, además de regresar a la Copa del Rey.

En la presente campaña, las primeras 11 jornadas de campeonato en la ACB han mostrado al mejor Nico Brussino de su carrera. Jugador completo, capaz de ser vital en ataque convirtiendo triples imposibles o penetrando sin llamar hasta el fondo de la cocina de sus rivales, pero también en tareas defensivas, una máxima irrenunciable para su entrenador. 

El argentino es la prolongación de Jaka Lakovic en la pista. A pesar de seguir siendo introvertido fuera, dentro de ella ha aprendido a transformarse para ser uno de los ídolos de la hinchada.

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