Con más de 600 tiendas en todo el mundo, más de 4.000 empleados -750 en España-, más de 100 millones de piezas vendidas desde los años 90 hasta la actualidad y reivindicando el oficio de joyeros como parte de la tradición familiar, cuando se visita al universo TOUS, su fábrica en Sabadell o la sede de la firma en Manresa, la impresión que a uno le queda es que, más allá de tratarse de un importante emporio, que lo es, aquello no es una factoría donde los ositos y otros cientos de artículos salen como churros de las máquinas. Detrás de cada pieza de esta marca de joyería hay ojos, corazones y delicadas manos, concretamente entre doce y dieciocho manos, ya que cada joya de TOUS pasa por entre 6 y 9 personas durante su proceso de elaboración. "¡Que no se pierda el oficio!" es el lema que Salvador Tous y Rosa Oriol, fundadores de la firma, han logrado inculcar en sus hijas, Alba, Laura, Rosa y Marta, actuales responsables de TOUS, y de paso en todos sus trabajadores. Rosa Tous (Barcelona, 1966) es la actual vicepresidenta corporativa de la compañía de joyería Tous y la entrevista se realiza en el loft de acero y cristal que, con vista al macizo de Montserrat, la familia tiene en la sede de la empresa en Manresa, donde aún trabajan todos juntos aunque los progenitores ya no acuden diariamente.
Es sorprendente: conociendo los datos que acompañan a TOUS en el mundo y después de haber visitado la fábrica y las oficinas donde está la sede de la marca uno tiene la sensación de haber estado en un lugar más próximo a la artesanía que a una industria. ¿Todo esto es real? ¿Es natural?
Creo que precisamente es una reivindicación de ahora. Para nosotros es algo como muy normal porque nosotros el oficio lo tenemos en la casa; lo vemos, lo valoramos y lo trabajamos pero creemos que con nuestros clientes y hasta con nuestras personas más cercanas, a veces es importante reivindicar el hecho de la artesanía, de lo hecho a mano; el hecho del oficio Creo que ahora es el momento adecuado para poner eso en valor y sacarlo fuera porque es una realidad de la casa, no es nada forzado.
Mientras Rosa habla es imposible no acordarse de la anécdota que acaban de contar sus colaboradoras: de pequeña, cuando el matrimonio Tous Oriol regentaban su joyería en Manresa, cogían a las niñas al cerrar la tienda, el viernes por la tarde, les ponían el pijama y se iban en coche conduciendo hasta Suiza para acudir a una feria de joyería que se celebraba ese sábado y el domingo. El proceso a la inversa se repetía entre el domingo y el lunes para que nadie faltara a clase ese día ni la tienda estuviera cerrada esa mañana. Rosa Tous se ríe cuando recuerda ese anécdota.
Yo siempre digo que desayunábamos pendientes, comíamos sortijas y cenábamos pulseras. La joyería ha estado siempre muy presente en nuestras vidas y quizá por eso queremos promover que los jóvenes apuesten por la artesanía, porque es algo que nos nace.
¿Todo lo que sucede en Tous pasa por la supervisión de las hermanas y de su madre y su padre?
Bueno, mis padres ya no están en el día a día pero siguen muy en contacto. Vamos, de hecho esta es su casa. Mi madre viene los jueves para trabajar con su equipo de atelier y mi padre viene los jueves y los martes al mediodía para ver lo que no se está haciendo bien.
¿Lo que no se está haciendo bien?
Sí. Lo que está bien es lo normal y no dice nada. Pero el viene a ver lo que no se hace bien; y siempre encuentra algo.
Las risas de Rosa contagian al grupo que atiende a la entrevista en la sede de Manresa. Son las cinco de la tarde de un lunes y pocos minutos antes, durante un largo paseo por las oficinas, que ocupan una vieja fábrica textil totalmente reconvertida pero con el exterior de ladrillo rojo original y con un inmenso olivo en la entrada, aparece Marta Tous, directora de diseño de la marca.
Ella y su equipo se encargan de los diseños de TOUS que luego vemos por todo el planeta. Muestra, sobre una mesa como de cinco metros de largo, todos los prototipos que la marca comenzará a fabricar para la nueva colección, que llegará a las tiendas a finales de año. Mientras cuenta y explica su proceso de trabajo con detalle, un gesto en su cara vuelve a entroncarla con lo que su hermana Rosa dice sobre la pasión artesanal que resulta primordial para la familia.
-"¿Y todo lo que diseñan ustedes aquí al final se fabrica?", pregunto.
- "No", responde bajando la mirada. "Después hay que mirar si es viable o no su comercialización", añade con cierta lástima quien, al final, es diseñadora de joyas. Punto. Y "el oficio" lo lleva en los genes aunque los objetivos empresariales se muevan por otro lado.
¿Cómo se vive en la actualidad, entre los más jóvenes, la profesión de joyero?
"No se crea que es tan fácil encontrar a buenos joyeros hoy en día. No es una profesión que se tenga muy en valor y en Tous siempre hemos tenido muy en cuenta la formación, tanto la exterior como la de nuestros propios empleados. Es muy importante que ellos conozcan las piezas; sepan las bases en las que está hecha la joya; que tenga las nociones básicas de gemología, todos los argumentos necesarios para realmente ofrecer y vender el producto al cliente interesado"
La primera tienda de TOUS que se abrió en 2001 en Las Palmas de Gran Canaria se engloba, si no recuerdo mal, dentro de los primeros proyectos de expansión de la marca. ¿Qué les animó a apostar y confiar en empresarios canarios para iniciar esta aventura comercial?
El tener un socio local en Canarias nos aporta el conocimiento y cercanía al territorio tanto para la gestión de las tiendas como para poder dar el mejor servicio al cliente, una de nuestras principales prioridades y claves del éxito de la marca TOUS.
¿Tiene alguna particularidad la o el cliente de las islas?
Curiosamente los productos más vendidos son los mismos que en Península.
¿Y hay algún artículo o pieza de TOUS que haya tenido una aceptación especial en las Islas?
Más que un producto en particular es la categoría de los complementos y bolsos que sí que en Canarias hay un mayor peso de esta familia de la marca. Esto es debido a que en Canarias, al no haber una estacionalidad tan marcada como en la Península, los clientes prefieren renovar el vestuario con productos de temporada.
En 16 años, TOUS ha pasado en el Archipiélago de uno a nueve puntos de venta ¿Es una cifra ´normal´ de crecimiento para un territorio tan limitado como el canario?
Sí, lo es. A medida que la marca y el mercado canario han ido madurando hemos aumentando el número de puntos de venta para acercar la marca a los clientes y así darles un mejor servicio.
¿Barajan la idea de continuar expandiéndose en las Islas?
Sí, por supuesto. Nuestra intención es ir cubriendo las diferentes zonas comerciales de las Islas, pero de forma progresiva y segura, viendo el potencial de clientes de cada zona y asegurando la rentabilidad de las tiendas.
¿Son los casi 17 millones anuales de turistas que visitan Canarias una clientela a tener en cuenta por vuestra parte?
Como marca global, cada vez somos más conocidos a nivel internacional y estamos teniendo buenos resultados en zonas turísticas, tanto para el cliente nacional como internacional. Por supuesto que Canarias y el turismo que visita las Islas nos interesa.
Más allá de la evidente presencia que la firma tiene en la actualidad en las calles de Canarias, ¿hay algún dato, como por ejemplo el volumen de ventas, que confirme esa aparente pasión isleña por el universo TOUS?
Nuestra apuesta por las Islas Canarias es total, llevamos desde el inicio un crecimiento continuado y el hecho de tener esta base de 9 tiendas en las Islas hace que podamos ofrecer el mejor servicio al cliente. Además, en estos momentos hemos lanzando el e-commerce también en Canarias con servicio desde las Islas, para que el plazo de entrega a los clientes canarios sea el mismo que en la Península.
Usted, además es presidenta de Andema, la Asociación para la Defensa de la Marca. ¿Qué queda por contar a los ciudadanos para que entiendan que comprando falsificaciones ponemos en peligro puestos de trabajo?
Pues que actúen con responsabilidad en el consumo y que piensen que detrás de las falsificaciones hay delincuencia e implica destrucción de riqueza y, efectivamente, de puestos de trabajo.
