La segunda entrega de las aventuras, o mejor debería decir desventuras, de un superpolicía franquista que tras medio siglo ha despertado en medio de la mayor crisis de la democracia española, o algo parecido, viene marcada por una estructura que se sirve de la analepsis progresiva para desplegar una trama claramente deudora del cine negro. Mafiosos rusos blanqueando dinero , políticos corruptos, periodistas fisgones. En definitiva, todos los ingredientes de un thriller de acción se combinan en una novela gráfica que realiza una aguda sátira política de nuestro país en la que no es difícil identificar a los personajes reales y donde las viñetas de Luis Bustos van ganando en complejidad y artificio. Por cierto, la camisa con una imagen del álbum Unknown Pleasures de Joy Division en el que el nombre de la banda inglesa se transforma en Rajoy Dimision es real.
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