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Mirada al nuevo Memphis

El grupo Boss Hog regresa, diecisiete años después, con un nuevo trabajo que pervierte el viejo sonido blues americano

El grupo Boss Hog en directo. LP / DLP

Nada menos que diecisiete años ha tardado Cristina Martínez y su grupo en regalarnos otro decálogo de blues sucio y contemporáneo, y la espera ha valido la pena. Este Brood X es otra muestra contundente de cómo fabricar verdaderas píldoras de música vitalista, transgresora y saludable pervirtiendo todos y cada uno de los códigos del género afroamericano.

La esposa del también esencial Jon Spencer se muestra como una cantante sublime que se sobrepone en esa maraña de ritmos matemáticos que se mueven entre el sonido Detroit, el punk y a veces el noise con las guitarras y teclados siempre en primer plano.

Así sucede en los dos primeros temas, Billy y Black eyes, que podría haber incluido en cualquiera de sus cuatro discos anteriores. Pero es que el grupo neoyorquino sorprende cuando se adentra por nuevos terrenos como en la sensacional Groung control en la que le dan un toque de oscuridad al sonido Memphis y donde parece que da nueva vida a cantantes como Frank Stokes o Sleepy John Estes.

Por otro lado, un título como Shhh shh shh da otra dimensión nada menos que a unos nuevos Stogges con un ritmo que casi recuerda al clásico 1969. La esencia de su sonido aparecen en canciones como Rodeo Choca, donde Martínez canta en castellano, y, sobre todo, la contundente Formula X con una utilización de las guitarras que recuerda a grupos de post-punk tipo The Fall. La banda se despide con un insólito tema experimental y minimalista titulado 17, algo totalmente nuevo en su carrera, pero que tiene a la primera época de Nick Cave como principal punto de mira. Un disco redondo y vitalista que, seguro, alcanzará las primeras posiciones de las listas de lo mejor de este 2017.

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