El estonio Andrus Kivirähk (Tallin, 1970) era conocido como autor de libros infantiles y acerado columnista cuando, hace unos 10 años, publicó esta epopeya que ha levantado entusiasmo. El joven Leemet es ya el único habitante de los bosques capaz de hablar serpéntico, la lengua que permite a los cazadores y recolectores comunicarse con los animales. Leemet se ha quedado solo porque, a raíz de la llegada de los hombres de hierro, trasunto de los caballeros teutones, sus convecinos se han ido instalando en las aldeas, donde viven de la agricultura y comen un pan detestable.
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