La danza se adueña del Teatro Pérez Galdós con una producción propia de la Fundación Auditorio y Teatro. Se trata del espectáculo Otra historia de amor, con dirección artística de Natalia Medina y dirección musical y composición de German G. Arias, que se estrena en el coliseo grancanario del 5 al 8 de febrero con funciones pedagógicas para el público escolar, y un único pase el día 8 para el público general.

Con la Banda Sinfónica Municipal de Las Palmas en el foso ejecutando la música en directo bajo la batuta de Óscar Navarro, y una docena de bailarines de la Compañía de Danza Natalia Medina elegidos parte de ellos mediante casting, dramaturgia de Quino Falero, y coreografías de Vanesa Medina, el espectáculo se apoya en las partituras de Bernstein y en otras piezas compuestas para la ocasión por Germán G. Arias a modo de transiciones entre los distintos cuadros y coreografías en los que se apoya Otra historia de amor. El montaje forma parte de las distintas propuestas que se vienen celebrando este año con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento de Leonard Bernstein.

Desde la propia Fundación Auditorio y Teatro se desestimó la posibilidad de realizar una versión y/o adaptación de West Side Story , la obra más popular del compositor, pianista y director estadounidense, sobre todo por los derechos de autor y su previsible coste. "De la necesidad hicimos virtud", explicaba ayer en este sentido Manuel Benítez, subdirector de programación. "No se podía hacer una versión de West Side Story", dijo Benítez, y "aunque el proyecto se ha alargado en el tiempo, se nos ocurrió algo nuevo para el público joven". El resultado es Otra historia de amor, propuesta que "abre la puerta a la danza" de manera regular en el Galdós. Esa es al menos la voluntad manifiesta ayer por los gestores de la Fundación Auditorio y Teatro. "Me gustaría tener danza en estas condiciones, Bernstein nos dio la excusa y todos soñamos con una programación estable", avanzó Manuel Benítez. Una aseveración refrendada por Tilman Kuttenkeuler, director de la Fundación: "intentaremos acercanos más a la danza".

Espacio para la danza

La coreógrafa y bailarina Natalia Medina puso el acento en el esfuerzo que ha supuesto la producción: "¡que pena si esto se queda aquí!", exclamó Medina al tiempo que demandaba que "la danza se merece un espacio que no tiene y esto en el Galdós, es un regalo". Incluso postuló esta obra para las fiestas fundacionales de la ciudad, a lo que la concejal de Cultura, Encarna Galván, le replicó que si la Banda podía, no habría problema.

"Ojalá se pueda repetir todos los años para que podamos seguir cultivando a nuevos públicos", manifestó a este respecto el músico y compositor Germán G. Arias.

Para Natalia Medina, Otra historia de amor "es una gran oportunidad de poder trabajar con música en directo, y hemos creado una historia sobre el amor, la amistad, los conflictos". La norma habitual para los espectáculos de danza contemporánea, según Medina, es que "coreógrafos y bailarines seleccionen la música y lo movimientos que queremos trabajar en función de la música, pero en este caso es al contrario; se han seleccionado piezas de Bernstein - Slava! A Concerto Overture, tres episodios de On the Town, y The Wrong Note Rag, de Wonderful Town, entre otros- junto con obras de German A. Arias para las transiciones. No podíamos trabajar con las coreografías de West Side Story, e hicimos una selección que nos parecía interesante, incluso con algunas obras no tan conocidas".

Con un referente como Bernstein, cuya música "está creada para orquesta sinfónica, el reto se ha convertido en un placer porque los tiempos musicales de Germán G. Arias nos han venido muy bien", subrayóNatalia Medina. La coreógrafa mostró su satisfacción por el hecho excepcional de que "los bailarines canarios podamos estar en el Galdós y en directo con la Banda Sinfónica". Ayer y con el estreno en el horizonte y pese a los ensayos celebrados hasta la fecha, Medina dijo que "tengo respeto" hacia la sincronización de los bailarines con la orquesta y viceversa. "Hay que buscar el equilibrio entre lo músicos y los bailarines, porque nosotros vamos a toda velocidad". Según Medina, Otra historia de amor es "un proyecto muy enriquecedor para todos, es un regalo para el público y los bailarines".

Por su parte, el músico y compositor Germán G. Arias apuntó que "trabajar con Natalia y Vanesa ha sido una experiencia magnífica, un trabajo con sufrimiento". Arias admitió que la danza "no es un espacio en el que habitualmente nos movemos. Y si hay una disciplina artística en la que el sufrimiento, el amor y el odio funcionan, sin duda alguna es en la danza, creo que es la disciplina peor tratada".

Los bailarines han tenido que adaptarse a la singularidad musical de Bernstein, y a los cambios rítmicos que imprime. "La danza tiene el handicap físico", y según Arias, se precisa de una transición de par de minutos entre piezas. "Ha sido complicado hasta llegar a la conclusión de que no podía hacer nada que se pareciera a Bernstein porque seguramente haría el ridículo.

El músico subrayó que "he buscado otra sonoridad dentro de la Banda con la madera sinfónica, no el metal, porque Bernstein parece que tiene a una big band dentro de la orquestación, y el trío rítmico de jazz: contrabajo, batería y piano. Y además tenemos la suerte de contar con al pianista Augusto Báez, y además hay una pieza solo de piano". En resumen, "un cambio de color y un descanso sonoro, y un descanso físico para los bailarines".