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Entrevista | Daniel Medina

"El año ha sido un progreso tras otro hasta que llegamos a Womad"

"No queremos comernos el mundo, sino que vayan a los conciertos y podamos hacer una vida en la música", asegura el vocalista y guitarra de Château Rouge

Daniel Martín, en primer término junto al resto de músicos de Châteu Rouge. Nacho González.

Daniel Medina Díaz-Llanos (Las Palmas de Gran Canaria, 1994) es el cantante y guitarrista de Château Rouge, una de las formaciones canarias que participan en Womad 2018. Un proyecto que completan Vicente Ballester, guitarra y voz; Saúl Rodríguez, batería y coros; y Neti Alvarado, bajo y coros. Con un primer Ep de título homónimo editado este año, Medina hace repaso en esta entrevista a un año regado de triunfos gracias a un repertorio que se nutre de country, bluegrass, folk y rock.

¿Qué supone para Château Rouge participar en el festival Womad 2018, en una edición que se conmemora el vigésimo aniversario?La organización les ha asignado la apertura de la segunda jornada, el viernes 16, a las 18.00 horas.

Con cuatro años creo que fui con mi madre a la segunda o a la tercera edición de Womad. Lo recuerdo desde muy pequeño. Mi madre siempre ha sido una amante de la música, sobre todo de la música negra, del jazz, blues y soul. Ella me recordaba que fuimos a ver a una cantautora senegalesa que le gustaba mucho, y poco a poco me fui empapando de esa multiculturalidad y lo que supone el Womad para Gran Canaria. Cuando nos llegó el mensaje a la cuenta de correo nos quedamos todos en silencio.

El concepto musical que maneja el grupo es un juego de fusión de culturas, no en el concepto ordodoxo de la world musicl.

Tenemos siempre presente el término mestizo para hablar de la música que hacemos. Partimos de un concepto de rock a lo grunge, y de repente, habíamos escuchado historias de pequeñas colonias en Nueva Orleans, sobre todo en Luisiana, de canarios que se habían afincado durante las grandes migraciones. Y vimos que una parte de nuestras raíces se afincó en América, y es un estilo de música con el que yo me identifico. En el grupo todos tienen sus influencias pero todos coincidimos en esto. Para mi, fue un gran descubrimiento, ya que si alguien estuvo tocando en aquel momento, por qué no traer esa música cajún para acá.

Antes hablaba de grunge, y el grupo comenzó a funcionar en 2015. Supongo que aquella aventura musical poco tiene que ver respecto a lo que hace ahora Château Rouge.

Si, teníamos otro proyecto que fue muy escueto. Nos presentamos a muchos concursos, hicimos conciertos pero no ganamos nada porque no le dedicábamos el suficiente tiempo, algo que si hacemos ahora. Antes teníamos nuestras propias vidas secundarias con la banda y ahora estamos al cien por cien. No cogemos bocetos, sino que buscamos las canciones.

En 2018 si pudieron ganar un concurso, Lo Más Crujiente

Si, ya teníamos otra disciplina y formas de ser, teníamos definido como queríamos sonar, quien era cada uno en el grupo, que creo que era lo más importante, y al final somos un grupo de colegas que quieren tocar esta locura de música, porque a día de hoy seguimos descubriendo, no cerramos ninguna puerta, y descubriéndonos a nosotros mismos para ver hasta donde podemos llegar con este estilo de música que estamos cosechando.

En este año también se editó el Ep Château Rouge

Jaime Fleitas, de Red Beard, estaba en el estudio para echar una mano, y al final terminó ayudándonos a trascender. Íbamos con una idea y apareció Jaime y nos sugirió que pusiéramos esto o aquello. Tuvimos el producto y nos quedamos loquísimos. Seguimos perfeccionando y limando las aristas del disco en las dos etapas en las que se hizo: primero en Tenerife, en Arena Digital, y luego aquí en el estudio de Jaime Fleitas, y conseguimos el disco que queríamos. Personalmente estoy muy contento, porque cuando pasa esto es que estás en el camino correcto.

Rock sureño experimental, música cajún, bluegrass, country, folk y rock pantanoso, son algunos de los ingredientes del cóctel sonoro de Château Rouge. Una amalgama sonora que tiene a centenares de bandas en la carretera. ¿Cuáles son las perspectivas del grupo para crecer fuera del circuito insular en esta escena?

Dentro de poco tendremos algo más de dinero tras espués de haber tocado un varios festivales. Después de Womad estaremos el día 22 en Puerto de la Cruz con el Festival de Músicas Alternativas de Canarias (Fmac), para ir organizando lo que viene. Hay un dato importante, y es que estuvimos en el programa El séptimo vicio, de Radio 3, con Javier Tolentino, y en ese momento nos dimos cuenta, y todo el grupo se puso de acuerdo, en que tendríamos que trascender un poco. Si queremos ser un grupo más en este mercado, o si podremos vivir de la música. No hablamos de grandezas, porque todos los del grupo somos bastante humildes y no queremos comernos el mundo, sino que simplemente nos vayan a ver a los conciertos y podamos hacer una vida en lo que nos gusta. La idea es reunir dinero para hacer una pequeña gira por la Península, que es el siguiente gran hito que tenemos, el primero era tocar en el Womad.

El balance del año es positivo: ganadores de un concurso de bandas noveles, primer Ep, y estreno en Womad, entre otros triunfos.

Y otros concursos que hemos ganado. Está muy bien pero tenemos que asumir lo que hay fuera. Que llegues a tocar a la Península y te des cuenta de que no eres nadie, que tienes que romperte los cuernos por dos, y que todo cuesta el doble, y entonces ya empezaremos a hablar. De momento, no se nos caen los anillos por probar, queremos y probaremos, y si no gusta lo haremos en otro sitio. Ultimamente nos hemos arriesgado con un montón de cosas y es como una película de los hermanos Marx, como que ocurren un montón de cosas, de incidentes, pero al final todo sale bien, tiene un final feliz. Es curioso, porque este año ha sido como el renacer de las ilusiones de cuando éramos chiquillos para todos los del grupo, y ha sido un progreso tras otro hasta que llegamos a Womad.

El futuro de Château Rouge está por construir, pero ¿el punto de partida sonoro permanecerá inalterable?

Mantener el rollo acústico y organico de la banda es fundamental; la vertiente eléctrica y pantanosa es como una marca de la casa, y ésta es la que seguramente va a cambiar en cada nueva creación que tengamos. Alguna canción será más de carretera, a veces más lenta y otras más rápida, pero la idea de Château Rouge es la Americana, el folk americano, el jazz de Nueva Orleans, el cajún mestizo, todo eso se va a mantener, y tenemos alguna sopresa para el concierto en el Womad con nuevos temas, y a ver qué acogida tienen.

La mejor manera de probar las canciones es hacerlo con público.

Y sobre todo como en esta semana, con un público grande que seguro que juzgará las canciones.

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