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Entrevista | Eros Ramazzotti

Eros Ramazzotti: "Si se dieran las condiciones, iríamos a Canarias"

"Los grandes artistas van a las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona y a alguna otra" señaló el cantante

Eros Ramazzotti en una imagen promocional. LP / DLP

Hay vida es el nuevo disco de Eros Ramazzotti a la vez que una declaración de intenciones del cantante. Su nuevo trabajo, que se edita en italiano y español, en CD y doble vinilo, ha contado con las colaboraciones de Alessia Cara, Luis Fonsi o Helene Fischer, entre otros. El ídolo de la canción romántica, baladista por excelencia, acumula más de 65 millones de discos vendidos desde que comenzara a despuntar hace ya más de tres décadas. El pasado miércoles, la ciudad de Milán, donde se le venera como un artista universal, fue el escenario para descubrir este trabajo en un acto a la altura del personaje y lo que le rodea, celebrado en el Castello Sforzesco, que perteneció a la familia Sforza, mecenas de Leonardo Da Vinci. Ayer, Ramazzotti recibió a LA PROVINCIA en su estudio en la capital lombarda para hablar de las nuevas canciones, de la gira, y del presente que disfruta como artista.

Hay vida es el regreso a la actualidad de Eros Ramazzotti tres años después de su último trabajo. ¿Es además una declaración de intenciones para subrayar que como artista tiene mucho que decir, cantar y celebrar?

Son tres años porque cuando sacas un disco tiene un periodo de promoción, una gira... Es como un ciclo de tres años que se repite. Hay vida es un mensaje y un himno al presente y al futuro, un himno para mejorar porque casi todas las canciones, con excepción de una, Per il resto tutto bene, hablan de mejorar. Es como una relación con el hijo, la naturaleza. O sea que se puede recomenzar.

Para el disco ha contado con varios colaboradores y colaboradoras, como el caso de Luis Fonsi, Alessia Cara, Helena Fischer o Jovanotti, entre otros. ¿Cómo ha sido esta relación y qué han aportado al sonido de Eros Ramazzotti?

La idea de las colaboraciones siempre es escuchar a otros autores, y luego vino lo de Jovanotti y con otros jóvenes que todavía son muy nuevos en la música y en el desarrollo de las canciones en Italia. Pero la idea de base es colaborar con muchos artistas diferentes. Siempre ha sido así, y a lo mejor el próximo disco lo hago yo solo, pero dentro de cuatro años.

Las colaboraciones suman a su estilo y sin que se pierda la identidad de Eros Ramazzotti. Aquí está Luis Fonsi, ¿no ha pensado en tirar por la tendencia latina actual?

¿Hacer reguetón? De hecho en este disco hay dos o tres canciones que se refieren al mundo de Latinoamérica, e hice un dúo con Fonsi que es un reguetón muy italiano. Mi estilo es totalmente italiano, hago canciones de amor que llegan directamente al corazón y no puedo hacer algo que no se refiere a mí. Con esas canciones he hecho esto, y también lo hice hace veinte años con Yo sin ti, y hace otros diez con Ricky Martin algo diferente, pero yo soy Eros y este es mi estilo.

¿El público necesita esto, que le canten canciones de amor que como dice usted llegan al corazón?

Si, la gente lo necesita. Hay personas a las que le gusta el heavy metal, o escuchar insultos y malas palabras en las canciones y en los textos, igual hay otra gente que le gusta relajarse escuchando música clásica, o un disco donde se habla de amor, porque sin amor no eres humano. Por ejemplo, grupos como Queen nunca han insertado palabras malsonantes en sus textos, y al igual que otros han tenido mucho éxito por el mundo. Esa libertad de palabra está bien, pero cuando esa palabra llega a ser pesada ya no es un un mensaje positivo y los jóvenes empiezan creciendo mal. Para mi, esto no es justo, hay que limitar los textos malos y pesados que por ejemplo hay en el reguetón, palabras contra las mujeres, palabras que dan asco.

¿Los jóvenes se acercan a Eros Ramazzotti? ¿Percibe usted que en los últimos años se haya ncorporado nuevo público a su música?

Yo lo deseo. Mi reguetón, por ejemplo, es positivo, ya que habla de la música de todo el mundo, una canción que si da un mensaje muy positivo, y yo espero que los jóvenes escuchen esto, no solo criticando mi voz nasal sino entendiendo los textos, que como digo, tiene un mensaje fuerte y positivo.

En febrero de 2019 empieza la gira europea. ¿Qué aporta el directo y como lo afronta con más de 40 conciertos más lo que se puedan sumar otros?

Es una gira muy larga que la hago con la familia porque ya no tengo 20 años, y no puedo estar seis meses fuera de casa, es mucho trabajo, Hay vida, pero gestionarla con la familia. Y también cuidarme.

Tiene dos fechas en España en marzo de 2019. ¿Hay posibilidad de ver a Eros Ramazzotti en Canarias, donde no ha ofrecido un concierto, salvo participar en una gala en Tenerife, en 2010?

Tenemos que preguntárselo a quien organiza los conciertos de esta gira, porque los grandes artistas van a las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona y a alguna otra que, no se,..., a menudo se hace una sola ciudad porque mover una estructura tan grande significa mover mucha producción. Por ejemplo, si voy a hacer un concierto en Valencia como mínimo hay que tener a unas 10.000 personas, si no las grandes producciones no van a correr este riesgo. Por ejemplo, si hacemos una gira por España es diferente con una producción apta para el país, y que si se pierden espectadores no pasa nada, está equilibrado, y balanceas los conciertos, es un cálculo que hacemos antes, si en una parte hay diez, en otra siete y en otra ocho, en conjunto está bien para salir con éxito. El problema es girar con una calidad alta, porque si yo fuera girando con cuatro músicos todos italianos, cuatro luces, dos cajas, todo sería diferente, podría ahorrar mucho dinero y tener también a 1.000 personas, sería diferente. Pero, para mí la calidad es importante y fundamental. En 1991 y en el Palau Sant Jordi tenía un concierto con veinte músicos, bailarines, cantantes, era diferente, y en esta ocasión era el primer artista italiano que había hecho una cosa tan grande. La calidad está por encima de todo, porque una persona se gasta el dinero y tiene que estar satisfecho con el concierto, gozando las dos horas y media, y no pensando que ha tirado el dinero. Y si se dan las condiciones, iríamos a Canarias. No lo decido yo personalmente, tendremos que hablarlo con la producción y si están las condiciones, esto y lo otro, y si está el dinero, claro que no es imposible. Por ejemplo, hace mucho tiempo que no voy a Cerdeña porque el antiguo director no quería correr el riesgo de perder dinero, o no tener éxito. Ahora, el actual director, dice nos vamos y aunque perdamos dinero quiere que vayamos porque hace diez años que no me ven. Hay cálculos que hay que hacer para que todo se fije bien.

¿Han pasado más de 30 años desde Almas rebeldes (1985). ¿Se reconoce el Eros Ramazzotti de hoy en el artista del comienzo?

Vocalmente seguro que he mejorado mucho, y mentalmente también. La experiencia es otra ahora, entonces tenía 20 años, era muy joven, y en ese tiempo era justo ser rebelde contra el mundo. Ahora soy más reflexivo, contra las cosas que no van bien pero siempre con un mensaje positivo. La gente recibe tormentas de malas noticias, y es importante ser positivo. Y hay que subrayar que los primeros textos que se tradujeron al español no eran buenas traducciones. Almas rebeldes, por ejemplo, en italiano era Cuori agitati, en italiano se decía una cosa y en italiano otra. Era un problema la traducción, en mis textos hay mensajes importantes, y si no sigues el texto en italiano no es lo mismo. Si quieres hacer el poeta e inventar cosas fenómenales no me parece bien. De hecho, cuando he pedido la traducción literal al español se ha cambiado porque hay frases o giros que no funcionan en otro idioma, pero el sentido tiene que ser mismo sin que terminen transformando las canciones. Ha pasado con algunas canciones, me pasó con Ballesteros, que era el antiguo traductor de mis textos, pero yo no lo sabía.

El disco se edita en italiano y español, en CD y vinilo. ¿Es necesario seguir apostando por estos formatos en la era de internet?

Si, estoy desmontando el estéreo del estudio para llevarlo a casa y escucharlo bien allá.

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