La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Patricia Benito

"Mi primer libro era muy visceral, pero en este soy mucho más fuerte"

"Mucha gente que ha evolucionado conmigo durante este tiempo también se encuentra mucho en este libro", explica

La poeta grancanaria Patricia Benito, ayer, en el Hotel AC Iberia, en Las Palmas de Gran Canaria. ANDRÉS CRUZ

¿Cómo vive el cierre de la gira promocional de Tu lado del sofá en su ciudad natal, después de tantos años viviendo lejos?

Me hace mucha ilusión y, además, termino aquí la gira porque lo quise así, ya que supone cerrar el círculo de un año maravilloso en el lugar donde están mis mejores recuerdos. Aunque desde entonces he vivido en muchas ciudades, yo viví aquí con mis padres hasta los nueve años y relaciono esta isla con muchos recuerdos bonitos.

¿Cómo ha evolucionado Tu lado del sofá con respecto a Primero de poeta , el poemario que marcó su debut en el verso?

En un principio, Tu lado del sofá iba a tratar también de sentimientos y de desamor, como Primero de poeta, pero, al final, el libro consta de muchas partes. Una muy importante es La chica del espejo, que habla de trabajar tu parte interior y ser capaz de ponerte delante del espejo y no apartar la mirada, que es un trabajo que yo he tenido que hacer este último tiempo. Mi primer libro era muy visceral, pero en este soy mucho más fuerte, porque yo soy más fuerte que hace tres años. Por eso, también hay otra parte que trata sobre la despedida, porque en ese tiempo he conseguido sacar la parte bonita de las relaciones, sin estar pensando en quien no está o qué ha pasado, sino en disfrutar de lo que he tenido. Y eso te da una calma que creo que se nota en el libro. Y en mí, claro.

Su primer poemario nace de una herida, pero alcanza su máxima proyección con un canto a la vida, en Vive, joder, vive . ¿Cómo fue su proceso creativo?

Cuando yo empecé el primer libro estaba rota totalmente, porque venía de una ruptura, un cambio de ciudad y, en definitiva, un cambio de vida, con la autoestima por los suelos. Entonces, en el primer libro me estaba descubriendo, porque me hizo plantearme preguntas sobre quién era yo, qué quería y qué me gustaba. Y a partir de ahí, reconstruirme. Entonces, empecé a ponerme como prioridad a mí misma, y Primero de poeta supuso redescubrir el tiempo, los planes y el carpe diem. Y de ahí nació el poema Vive, joder, vive, porque yo venía de una relación, con toda mi vida organizada y eso, de repente, ya no estaba. En este segundo libro, lo que he hecho ha sido poner en práctica todo lo estaba descubriendo en el primero, que era aprovechar el tiempo, disfrutar, valorar las cosas pequeñas y sacar la parte buena de las relaciones.

¿Las expectativas que despertó su primer libro ejercieron una presión mayor a la hora de enfrentarse al segundo?

Esta es la parte que peor he llevado de escribir el segundo libro, el listón, porque me ha dado la sensación de que todo el mundo iba a buscar una energía similar a la del primero, pero yo no soy la misma que hace tres años. Por tanto, tuve que hacer el trabajo de olvidarme de que lo iba a leer alguien, porque escribí y autoedité el primer libro pensando que no lo leería nadie, mientras que, con el segundo he tenido que hacer el trabajo de no pensar en lo que dirán porque, si no, te pones muros. Creo que lo he conseguido y estoy muy contenta, porque mucha gente que supongo que ha evolucionado conmigo a lo largo de este tiempo también se encuentra mucho en este libro.

En este sentido, ¿la poesía es un proceso de autoayuda o un ejercicio creativo del lenguaje?

Para mí, lo es todo. Por una parte, yo soy una persona muy cerrada y he encontrado un canal que me cura, que me desata los nudos. Sin embargo, el primer poema que hice, Huyo de escribir, habla de que yo lo paso mal escribiendo, como cuando vas a llorar: tu primera reacción es querer evitarlo, pero luego, te sientes mejor. Cuando tengo ganas de escribir me pasa lo mismo, pero como es una necesidad, lo haces y te sientes muy bien, porque te entiendes. A veces, no sé lo que me pasa hasta que lo escribo en un poema y lo leo.

Por otra parte, ¿qué papel han jugado las redes sociales en la proyección de su trabajo?

En mi caso, me abrí las redes sociales después de autoeditar mi propio libro y encontré un escaparate enorme que, sobre todo, te permite una interacción inmediata. Yo puedo estar un domingo a las 3 de la mañana hecha un trapo y escribir algo, ponerlo en Instagram y saber al segundo si a la gente le ha gustado aquí o en México. Para mí, ese escaparate ha sido importante.

Antes se desempeñaba como croupier en un casino y nunca había frecuentado la poesía, ¿cómo ha cambiado su vida su descubrimiento y su ejercicio?

Sí, antes leía mucha novela negra o narrativa en general, pero no poesía, así que ahora estoy descubriendo un montón de cosas y he aprendido a subrayar libros. Por eso, cuando te encuentras en líneas de gente que está sintiendo lo mismo que tú, que es lo que entiendo que le pasa a la gente que lee mis libros, aprendes a encontrarme también en otros libros o textos de otras mujeres. Y esa interacción es algo maravilloso. Además de eso, otra parte muy importante de esto es toda la gente que he conocido y las experiencias que he tenido este año, porque he conocido a mucha gente muy creativa, con muchas ganas de hacer cosas.

¿Algún referente a destacar?

Para mí, Zahara, porque, aparte de una compañera, es mi mejor amiga en Madrid. Nos conocimos en clase de yoga y ha sido muy emocionante acompañarnos en nuestros proyectos respectivos, porque ella acaba de sacar su disco Astronauta. Y ahora que estamos en pleno apogeo las dos y que a ambas nos va muy bien, lo seguimos disfrutando juntas.

Con todo, la poesía es un arte muy valorado por muy pocos. ¿Se puede vivir de ella?

Yo, por ahora, sí, pero supongo que es algo temporal. De momento llevo un año y pico, pero este año me centraré en escribir una novela, que me apetece mucho, porque mis poemarios son muy personales y, cada vez que cuento algo que es tan personal, que si lo cuento es porque lo estoy sintiendo en ese momento, me desgarra mucho y me agota. Entonces, me apetecía mucho contar historias que me permitieran meterme en otras vidas, que no he podido vivir o que todavía no he podido hacer. Eso es lo que te permite la novela y espero ser capaz. Aunque, en general, es muy difícil vivir de los libros, mi objetivo es aguantar mientras pueda y, si no, pues empezaré de cero otra vez, o volveré al casino. Prefiero no hacer planes.

Compartir el artículo

stats