"Y al quinto año, descansó", podría decírsele después del lustro de gestiones dedicadas a la absurda fiscalidad de ida y vuelta que sufría el arte canario?
No era un problema de fiscalidad sino de aduanas. Canarias al tener el REF está fuera del sistema IVA y se creaba un problema de armonización fiscal que implicaba que los artistas, a la hora de mover la obra, tanto de Canarias para la Península como viceversa, incluyendo Europa, tenían que seguir un trámite de documentación aduanera por el que había que satisfacer la armonización fiscal, es decir, había que hacer un aval aduanero sobre la diferencia del valor del IGIC al IVA, lo que significaba una discriminación absurda porque, por ejemplo, un señor de Burgos que acuda a Berlín carecería de estos problemas. Estos cinco años han representado una labor de convencer con la razón y se ha conseguido al final resolver el problema. Para mí, como presidente de la AICAV, este era un objetivo fundamental para la buena sanidad del sector. Conté con un equipo directivo, pero también con Juana María Santana, que era nuestra asesora jurídica y con Sonia Mauricio, como profesora especializada en el REF de la ULPGC.
¿Sabía que tarde o temprano ganaría la batalla o tuvo bajonas y deseos de mandarlo todo a freír espárragos?
Los tiempos de la política son muy diferentes, por lo que había que dotarse de una gran dosis de paciencia. Yo tenía el convencimiento de que el tema iba a prosperar porque en los primeros pasos que se hicieron, que fueron proposiciones no de ley y mociones, tanto en el Parlamento canario como en el Senado y el Congreso de los Diputados, en las votaciones, de las que hay grabaciones, todos los partidos políticos con representación estatal estaban de acuerdo en que se trataba de una injusticia que había que arreglar. Las proposiciones no de ley y las mociones son declaraciones de intenciones. Lo que se necesitaba era poner en negro sobre blanco un articulado de ley que es lo que al final se ha conseguido en la reforma del REF, la parte económica.
¿Pero tuvo usted momentos de bajona?
Había momentos de bajona cuando en el Gobierno de Canarias, que es el que realmente tenía que abanderar el tema, porque atañe a Canarias y no al Gobierno Central, veías cierta pasividad. En esos momentos había la sensación de pelear con un muro muy alto e insalvable, pero la razón bien explicada siempre lleva a buen puerto entre personas adultas. Es un problema que no sólo afecta a los artistas sino a la cultura en general en las Islas. Por tanto, los partidos políticos, cuando tuvieran responsabilidades de administración de centros culturales se encontrarían con este problema. De modo que también era un problema de ellos. Ese fue un argumento a poner sobre la mesa: A nosotros nos afecta como profesionales, pero a ustedes como gestores de la cultura.
Lo incomprensible es que la unanimidad de las cámaras parlamentarias autonómica y estatales, que usted gestionó con éxito, tuviera que esperar por la larguísima negociación con el gobierno central de la nueva regulación de los fueros canarios?
Eso fue en 2017. Parecía que el Gobierno de Canarias a través de la Consejería de Cultura asumía la reivindicación de los intereses canarios y cuando el Gobierno de Canarias mandó el anteproyecto de reforma del REF al Consejo de Ministros en marzo de 2017 este tema no lo incluyó. Recuerdo que estábamos en una reunión Sonia Mauricio, Juana María Santana y yo con la Consejera de Cultura del Gobierno de Canarias. Cuando salimos de allí me pareció inaudito que todas las cámaras reconocieran que había habido una injusticia y el Gobierno de Canarias que es quien tiene que dar el paso y decir que dentro de la reforma del marco legal que es el REF económico es donde cabe esta reivindicación, no la hubiera incluido.
Entonces, ¿qué hicieron?
Así que según salimos de allí redactamos una enmienda al REF y la enviamos a los diferentes portavoces de los grupos políticos en representación en el Congreso de los Diputados. Incluso tuvimos reuniones en el Congreso los portavoces de cultura de los diferentes grupos para explicarles una vez más el tema. Al final conseguimos que se incorporara a la ley del REF. Pero siempre ha sido por iniciativa del colectivo de los artistas, no del Gobierno de Canarias. Aunque somos un colectivo débil porque no manejamos excesivos volúmenes económicos, sí que somos los representantes de una parte de la cultura en Canarias.
¿Creían los fiscalistas de aquí y de allá que la libre circulación del arte canario es un asunto de picaresca evasiva?
Hubo muchos problemas con ese asunto. Todos se evadían diciendo que era un problema de Europa, cuando en realidad es un tema de relaciones entre el Gobierno canario y el central que, a su vez, el Gobierno central negocia con Europa porque todo lo que representa el REF es una relación contractual entre Canarias y el Gobierno central. El REF se ha incorporado al Estatuto de Canarias y supone un problema de política nacional. Sonia Mauricio, experta en el tema, sabía que no era competencia de Europa, pero aunque lo hubiera sido se hubiera conseguido igualmente porque el Tribunal de la Competencia europeo dice que se prohibe que haya sectores que no puedan competir libremente en el mercado. Y en Canarias estábamos en inferioridad de competir en relación con nuestros compañeros del territorio nacional y europeo.
Pero, ¿se trataba de una picaresca evasiva?
No pedimos que nos quiten la fiscalidad sino que estamos dispuestos a pagar nuestros impuestos en el momento de la transacción, no antes. Y estábamos abonando el impuesto del IVA antes de vender la obra, simplemente para exponerla, lo cual era un disparate. Ahora las obras canarias pueden ya entrar y salir por el territorio nacional y extranjero siguiendo una serie de trámites aduaneros, pero sin el desembolso que había que hacer para la armonización fiscal. Cuando la obra se venda en la Península o en el resto de Europa pagará los impuestos correspondientes del sitio. Otra paradoja era que si la vendías en Madrid te costaba un 21%, mientras que si era en Berlín, un 7%. Por eso el tema de la competencia no estaba tan claro.
¿ Cuánto retraso han causado aquellas mentes brillantes al conocimiento exterior de nuestro arte y, por ello, a su justo comercio exterior?
Años de dejadez que han conseguido que varias generaciones de artistas canarios sean desconocidos en el territorio nacional, que nos corresponde por derecho propio porque somos españoles. Sólo los artistas que se han ido fuera de las Islas se han dado a conocer. En 2016 se hizo una subasta en Madrid de obra de artistas de aquí importantes, como Pepe Dámaso, Fernando Álamo o Martín Chirino y se vendieron las obras por precios irrisorios, salvo Chirino que tenía un valor en el mercado porque era conocido. Esta medida que hemos conseguido sirve para liberalizar que los artistas de motu propio se puedan mover por España y Europa y, por otro lado, que el sector comercial del arte, es decir, las galerías, puedan trabajar de forma homologada, traer artistas de fuera y viceversa en las mismas condiciones e insertarlos en los circuitos de mercado y de debate.
Tras el logro, usted ha dimitido de la presidencia de la Asociación Canaria de Artistas Visuales. Misión cumplida.
Uno de mis objetivos al hacerme cargo de la Asociación era este tema porque era fundamental y sangrante. Han sido cinco años de dedicación prácticamente exclusiva. Ahora corresponde al sector seguir con otro tipo de reivindicaciones. Manolo González dirige en estos momentos la asociación como presidente de la gestora. En mayo habrá elecciones de donde saldrá una nueva ejecutiva. Siempre estaré ahí para cualquier cuestión que necesiten de apoyo y de asesoría. De hecho hoy hay una rueda de prensa que convoca la Consejería de Cultura y la de Hacienda para explicar al sector el artículo 25 bis de la reforma del REF. Iré y explicaré cuál ha sido todo el proceso. Hago un llamamiento a los artistas jóvenes porque lo que se está debatiendo ahora mismo a través del asociacionismo es la pervivencia del sector de los trabajadores de la cultura.
¿A qué se refiere con esto?
La crisis de 2008 no ha sido sólo económica sino un cambio de paradigma de la sociedad. En este momento si los colectivos no se unen y no pelean por sus derechos no van a recoger resultados. Afortunadamente con el Gobierno que tenemos, su ministro de cultura ha sido muy consciente de los problemas del sector y ha aceptado llevar adelante el Informe sobre el Estatuto del Artista. Por un Decreto Real ya se ha evitado una anomalía como que un creador una vez jubilado no pudiera cobrar sus derechos de autor si cobra una jubilación, lo cual es absurdo. Las asociaciones de creadores son las que han conseguido arreglar estas anomalías.
