¿Cómo definiría el estado actual de la Orquesta Filarmónica?
El estado actual de la Orquesta es de total tranquilidad, algo que antes no existía, pero hay un orgullo muy presente entre los músicos sobre cómo se están haciendo las cosas. No digo que no haya tensiones, que es algo normal cuando tenemos a 80 o 90 personas trabajando juntas todos los días. Pero esa actitud positiva que hemos aplicado desde el principio se va desarrollando y va a a más, y eso se puede constatar en una orquesta que hasta ahora no tiene tope en cuanto a repertorios. Esta última ha sido una temporada muy exigente, pero veo a la orquesta evolucionando. Y la paz ha estado desde mi primer día, por lo que la relación entre los músicos nunca ha sido una preocupación para mí.
¿Resulta especialmente complicado ese equilibrio cuando se trabaja con tantas personas?
Yo creo que hay que comprender que, cuando hay una organización tan grande, con los años es normal que haya algo de tensiones. Todos los años recibo un mogollón de permisos y hay veces que puedo darlos y otras que no. Al igual que hay ciertas peticiones con las que puedo estar de acuerdo o no. Pero hay que tener cierta psicología porque los artistas son a veces muy sensibles. Porque una cosa es cuando uno es director de un banco y ve a un trabajador una vez al mes. Y otra muy diferente cuando tienes que colaborar con un grupo tan amplio todos los días para seguir adelante con el proyecto. Y estamos hablando de artistas que tienen sus problemas y hay que tener una sensibilidad especial.
Entre las novedades de la Temporada 2019 / 2020 destaca la convocatoria de audiciones de artistas canarios para participar en un concierto de abono y en el Concierto de Navidad.
Y lo he incorporado porque llegué a un punto en donde me di cuenta que no podía acceder a la comunidad canaria musical. Fui consciente de que no llegaba a saber quién estaba aquí o cuál era la joven promesa de las islas con talento. La gente venía a mí y me decía 'este' u 'otro', pero había gente que se quedaba fuera. En realidad no he podido, en estos dos últimos años, tener el presentimiento de que sé o de que tengo suficiente constancia de lo que de verdad está pasando aquí. Por eso, la única manera de saberlo es atraer a esas jóvenes promesas a nosotros, convocar estos eventos que me permitan saber qué hay o no hay y dar oportunidades a todo el mundo.
¿Habrá algún criterio para acudir a esas audiciones?
No, porque damos a todo el mundo la oportunidad de venir. Si hay un solista de cierto nivel se le puede dar un concierto como el de Navidad. Se da la circunstancia de que éste es un concierto benéfico, pero que yo he heredado, que ya estaba cuando me incorporé hace dos años, y siempre se trae a alguien de fuera. Pero es un concierto benéfico y debería ser beneficioso para la gente de aquí, para los músicos de las Islas. Y qué mejor que hacer audiciones para conseguir solistas que puedan participar en ese concierto. Son, repito, audiciones para solistas canarios, y así voy a tener la oportunidad de que cuando el que quiera venir venga lo vaya a escuchar. y, luego, si tenemos la suerte de que hay un gran talento, podamos invitarlo al concierto de abono. Después de conseguir esto me quedo con la sensación de que abarco todo lo que tienen que ver con Canarias porque todo músico de aquí quiere actuar en esta orquesta.
También incorpora como novedad el Concurso de Dirección de Orquesta Martín Chirino.
Es una novedad ya que muchas veces tenemos a directores invitados que los abonados no conocen. Por eso, yo pienso que lo mejor es dar una oportunidad a una persona que gana este concurso, pero que esté premiado y que el abonado, cuando vuelva al concierto para ver dirigir este director, ya lo reconoce porque es parte intrínseca del proceso. Podrán participar en el certamen directores de orquesta de todas las nacionalidades sin límite de edad. Habrá tres tipos de galardones, e incluye la participación de los directores en otros tantos conciertos. También contará con un jurado compuesto por figuras de prestigio internacional, pero habrá un premio que concede el público. Este año tenía claro que había que hacer algo mucho más específico y todas estas gestiones me dan esa oportunidad.
La segunda de las novedades más destacadas es que usted va a dirigir a la Orquesta Joven.
Ahora se cumple el 30 aniversario de la Orquesta Joven y yo no puedo comprender que sea el primer director titular que la dirija. A mí se me escapa eso. Me pregunto cómo es posible que yo sea el primer director de la Fundación que dirija a la Orquesta Joven, que pertenece a su misma fundación, porque lo considero una obligación. Yo parto de que se trata de una de las orquestas bajo mi mando, y qué mejor que poner a los jóvenes y a los profesionales juntos. Me alegro de haber podido conseguir ese enlace con las jóvenes promesas. Hay pocos jóvenes músicos que hayan tocado una sinfonía de Chaikovski y esto les va a dar mucha experiencia única. El repertorio habitual de estos músicos es más pequeño y no están acostumbrados a hacer estas grandes obras. Pero es diferente hacer una sinfonía de Chaikovsky apoyado por lo profesionales que dejar solo al músicos que necesita ese apoyo. El día del concierto, cada atril lo compartirán un profesional y un chico joven. Para mí será uno de los proyectos más bonitos.
Esta nueva temporada incluye la interpretación de las nueve sinfonías de Beethoven.
Nunca se ha hecho y tampoco lo comprendo porque Beethoven es la dieta más importante de cualquier orquesta. Limpia todo, es un referente a cómo sentir, escuchar o tener actitud, hay que superar muchos problemas. Y por eso no comprendo cómo es la primera vez que se hace un ciclo completo de Beethoven porque le da una identidad a la orquesta. Y, obviamente, vivimos en un momento en el que hay una forma historicista de tocar Beethoven y es importante que la orquesta entre en ese nuevo ciclo, pero qué mejor que todo eso se produzca en su aniversario.
¿Y en qué consiste esa manera historicista de tocar actual?
Consiste en hacerlo con los criterios de su época. Tener muchos elementos del periodo de Beethoven, hacerlo sin vibrato, con los mismos instrumentos que entonces, en el estilo clásico que es poco pesado que todas las orquestas aplican. Es una manera de mirarlo que requiere cambiar el chip. Hace poco lo hicimos con la Séptima y fue bien.
¿Han influido todos esos criterios en su manera de elegir a los directores invitados?
Sí, porque forma parte de mi labor el que, cuando yo me vaya, en el año 2023, deje a la Orquesta más modernizada en su forma de tocar ciertos repertorios. Por eso hay que tener cuidado con quién toca y qué toca, porque hay directores que lo hacen bien, otros mejor y que tampoco quiero que me lo cambien mucho. Si yo hago las sinfonías de Beethoven y hay otro director que hace ese mismo repertorio me encargaré de que vaya más o menos hacia mi estilo. Eso es importante, Antonio Pappano decía que "siempre sé cuando otro hombre ha puesto las manos en mi mujer" refiriéndose a su orquesta. Y a mí me pasa que cuando retomo la dirección, inmediatamente sé si ha venido un director bueno o malo en el modo en el que está la orquesta. A veces dejan una buena impresión y a veces no.
¿Es frecuente que un director no logre alcanzar un nivel que estaba previsto con la Orquesta?
No todos los directores que vienen aquí funcionan. La mayoría funciona, pero de vez en cuando las elecciones no son las correctas. En esto nos equivocamos todos porque hay directores que tienen mucho éxito mundialmente. Yo pregunto muchas veces por teatros de todo el mundo y te dicen que alguien es fantástico, pero llega aquí y no cae en gracia. Y a veces, otros que los he traído porque en ese momento no tenía otra opción, caen superbien. Es una cosa de química. Pero cuando un director invitado tiene éxito es mi éxito. Y cuando es un fracaso es mi fracaso. Aunque yo no dirija me lo tomo como algo mío. Cuando no hay química no es un problema del director ni de la orquesta, simplemente de que no hay química. No conozco ninguna orquesta en el planeta que, durante toda la temporada, tenga directores que caigan en gracia siempre.
¿Y eso también a usted le ha ocurrido cuando ha tenido que dirigir otras orquestas?
También me pasa a mí. A veces voy a orquestas y funciona y otras veces me estrello. No pasa mucho, pero ocurre. Cada vez pasa menos, pero en general las elecciones son buenas. A veces uno se equivoca y frustra mucho porque empleas mucho tiempo en buscar a los directores y solistas que aporten algo. Yo pregunto mucho a los gerentes y a otros directores. Hubo dos directores de esta temporada sobre los que pregunté en París, Berlín, etc. y todos me decían "es fantástico" pero luego no tuvieron éxito.
El maestro Günther Herbing interviene en dos conciertos.
Es una persona que ha ayudado mucho a esta orquesta y forma parte de la familia. Es un director que conecta con los músicos de forma sensacional.
¿Cuáles serían las grandes figuras desde el punto de vista de la dirección orquestal?
Primero está Charles Dutoit que nunca a venido a ninguna orquesta española. Y que con sus ochenta y pico de años venga aquí dice mucho de la nuestra. Que haya decidido apostar por nosotros significa que hay una cierta posición de prestigio. Y me puedo acreditar algo en la gestión porque su presencia ha sido muy difícil gestionarla. Es una figura absoluta, de primerísima liga, que para cierto repertorio es un referente totalmente mundial, no tiene nadie al lado de él y para mí un orgullo que decida venir. Y luego está Trevor Pinnoc porqu para mí es un orgullo que los directores que han venido al festival no haya sido sólo para eso, sino también a nuestros concierto de abono. Y Trevor Pinnock, que es una absoluta referencia en la música de periodo, se decante por nuestra orquesta. Ha dirigido otras orquestas españolas, pero en la temporada que viene solo dirige esta orquesta española. Y, por supuesto, también Jean-Claude Cassadesus, que es un referente en la música francesa. Para mí estos tres han sido los pilares de los Nuevos Horizontes, que es el título de la programación. Porque no es solo mirando los talentos locales. No es solo una programación mirando lo que la orquesta puede dar, sino renovando lo que el público también puede tener. Cuando un público, que es un abonado, se le pide que se comprometa a comprar un abono, la mejor manera es darle todos los alicientes posibles y que pueda ver a estos tres grandes directores hace que sea mucho más atractivo para él.
¿Y qué diría sobre los músicos solistas que participan?
Tenemos a Ksenija Sidorova, que es una bandoneísta excepcional y tenemos a grandes violinistas como Sergej Krylov o Steven Isserlis que están en la élite actual de sus instrumentos.
¿Cómo es la nuevs temporada con respecto a las anteriores?
Las temporadas anteriores no las programé como yo quería. Estaban bien programadas, pero era siempre con muy poco tiempo. Tuve que programar la primera en seis meses, cuando normalmente la preparamos con un año o año y medio antes. Yo, en mi agenda de orquesta, tengo los compromisos hasta 2023 en todos los sitios que me han invitado, los tengo cerrados. Por lo tanto, si yo quiero programar algo de 2021 o 2022, muchas de esas personas ya están ocupadas porque este mundo mueve así. La primera temporada que he podido hacer a mi medida ha sido esta que he anunciado porque he tenido tiempo. En las anteriores he traído a muy buenos artistas, pero he tenido menos amplitud. Esta es la que realmente es la primera, la que yo veo como la primera que he podido hacer con el tiempo necesario. Las anteriores no han sido malas, pero a esta le he empleado el tiempo necesario.
¿Y cómo ha sido ese trabajo para reunir a estos invitados?
He estado seis meses cada día centrado en la programación. Muchas veces no lo cierro todo, sino que cierro lo más importante y empiezo a rellenar huecos hasta seis o tres meses antes que se comience. Los pilares siempre es lo más importante y el enfoque más importante era Dutoti, Pinnock y Cassedsus, y luego empecé a rellenar lo demás. Yo elijo mis fechas para tener acceso a que se les pueda contratar antes.
