Semipenumbra en el Teatro Pérez Galdós, prácticamente lleno; intimidad en la escucha y comunicación inmediata dieron atmósfera al concierto Diálogos & Improvisaciones. De Oriente a Occidente y del Viejo al Nuevo Mundo ofrecido por los tres intérpretes del grupo que titulariza Jordi Savall. Con ellos cerró el Teatro el programa Antiqua de este año.
Jordi Savall y sus violas de gamba soprano y baja de los siglos XVI y XVII, el cantante Ferrán Savall a la tiorba y David Mayoral con las percusiones, ofrecieron un programa de hora y media (sin pausa) expresivo de la espiritualidad y la mundanidad de las canciones y danzas, cultas y espontáneas, que han sonado en el mundo desde el siglo XI. Recorrido esplendoroso por la naturaleza instrumental y vocal de un gran legado que suma temas sefarditas e israelíes, afganos, catalanes, bretones, griegos, marroquíes, turcos , escoceses y caribeños, para narrar en sonidos de la máxima calidad las mil facetas del diamante musical.
Aplaudidas con entusiasmo, todas y cada una de esas piezas fueron teselas de un mosaico extraordinariamente vigente y actual del concepto de lo antiguo, "respetando los diferentes contextos históricos y estilísticos pero al margen de cualquier academicismo", advierte Savall en el programa: actitud muy de agradecer porque trata los temas con sensibilidad extrema en la conjetura del sonido con el que nacieron, superando las con frecuencia disuasorias rigideces historicistas.
La siempre admirable maestría de Savall en los instrumentos da gamba y en la configuración de los conjuntos idóneos volvió a brillar en esta ciudad después de su éxito extraordinario del pasado febrero, con el espectáculo Las rutas de la esclavitud que clausuró el 35º Festival Internacional de Canarias.
Junto a la belleza acústica de sus dos instrumentos y el virtuosismo con que los tañe, la voz flexible y nada impostada de Ferrán Savall entonó a la perfección las líneas, mordentes y quiebros de todos los temas cantados, al tiempo que hacía sonar la tiorba en la base instrumental. Y David Mayoral marcó los ritmos percusivos con un nutrido conjunto de membranas, asombrosamente tañidas en la búsqueda del color y las intensidades, así como en la insuperable delicadeza del toque digital.
Formidable concierto en todos los sentidos. En una de las improvisaciones finales sonó el canario, muy buscado ritmo de danza en los siglos XVI y XVII; y en otra las folías criollas del Jarabe loco con las que culminó en clima festivo un programa difícil de olvidar. Como dice el texto de este último tema, "Ahora sí ya están unidos / el nuevo y el viejo mundo / y solo están divididos / por un viejo mar profundo".
