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Polémica literaria

¿Es lícito que tres autores se hayan escondido tras Carmen Mola?

La suplantación de una personalidad femenina para apuntalar un fenómeno editorial ha levantado ampollas en todos los sectores del libro

De izquierda a derecha: Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez, los tres ganadores del Premio Planeta. EFE

A finales de los años 90, 'The New York Times' desveló uno de los grandes engaños del gremio literario que llevó incluso a su responsable a ser juzgado. Fue, es sabido, JT Leroy, un supuesto escritor adolescente que fue prostituido por su madre, seropositvo y autodestructivo que logró redimirse gracias a la literatura gracias a tres libros basados en sus sórdidas experiencias. Todo era mentira. Tras Leroy había una mujer , Laura Albert, que también había sufrido lo suyo en su adolescencia y sencillamente cambió de sexo sus propias experiencias. Albert llegó más lejos de lo que lo han hecho los tres autores ocultos tras el seudónimo Carmen Mola. Contrató a su cuñada de 16 años y aspecto andrógino para que se hiciera pasar por Leroy, mientras era admirado y loado por Bono, Lou Reed, Tom Waits, Winona Ryder, Calvin Klein y Gus van Sant, fans incondicionales. Muchos lectores y lectoras identificados con él se sintieron estafados.

En el caso de Mola, el fenómeno es más de andar por casa. En cierto que la diferencia principal en este caso era un seudónimo (lo que indefectiblemente siempre puede ser leído en clave de “no te creas nada porque tras un seudónimo siempre puede aparecer cualquiera”) pero el trío Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero y su casa editora, Alfaguara, fue un paso más allá dándole una vida, o más bien una biografía, a la tal Carmen Mola, en una serie de entrevistas realizadas a través de cuestionarios vía mail. Mola, según la invención, era una profesora de instituto , con tres hijos y una historia que incitaba a la risa: una mujer avergonzada por las fantasías de violencia extrema –marca de la casa de Mola- que era capaz de imaginar, obligada a ocultar su identidad para que no se enteraran los vecinos y sus cuñadas.

La editora Sol Salama, que desde su sello Tránsito, exclusivamente dedicado a autoras, señala que en ese estereotipo inventado hay un “menosprecio” hacia las autoras actuales  y el trabajo que están realizando las creadoras –con su violencia y su visceralidad ¿alguien piensa que una película tan dura como 'Titane' es poco femenina?- “La violencia siempre ha sido considerada un tema privativo de los hombres , relegando a las mujeres a temas más domésticos y de menor consideración masculina. Pero en los últimos tiempos estamos rompiendo ese molde y autoras como Mónica Ojeda y Mariana Enríquez utilizan el terror con normalidad.

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Como editora, Salama, critica la “poca honestidad editorial” del caso. Acepta la versión de que en un principio todo nació de una broma muy poco meditada pero, conviene, esa broma tiene consecuencias y “enfatiza una realidad y en el fondo genera un cierto desprecio a cómo las mujeres han tenido que luchar por el mercado”.

“Me parece mal –explica Marta Marne, crítica de este diario y periodista especializada en novela negra- que ni siquiera se parasen a pensar un momento lo que suponía escribir con un seudónimo femenino. Las mujeres nos hemos visto obligadas a escribir con uno masculino durante siglos no por una cuestión de mero juego o de márketing sino porque si no lo hacíamos no nos leía nadie”. Además sostiene Marne que el primer libro de Mola, pese a ser una ‘autora’ absolutamente desconocida vino acompañada de una importante campaña publicitaria, en la que la elección del nombre fue un aspecto más y no menor.

Es imposible pensar en el caso de Elena Ferrante, que sin entrar en la bondad de su literatura, buena parte del fenómeno que representa se ha sustentado en el silencio y en ausencia del seudónimo, y nadie, hoy por hoy, nadie puede asegurar al cien por cien que no se trate de un hombre, una posibilidad con la que se especuló durante un tiempo. Así que es muy posible pensar que en el asunto Mola también pesara ese efecto de márketing.

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