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Música
Patricia Kraus Cantante

«Me ha costado más el hecho de ser mujer que el peso del apellido»

La cantante Patricia Kraus, durante un concierto. | | LP/DLP

Patricia Kraus (Milán, 1964), cantante, compositora y productora de raíces grancanarias, hija del tenor Alfredo Kraus, regresa al Auditorio que luce su apellido para presentar ‘Gotas’, su último proyecto discográfico, que engloba una selección de canciones propias que, en conjunto, revelan su amplio espectro de lenguajes musicales, que bailan entre el jazz, el soul o el blues. 

Su último álbum, Gotas, se dibuja como una compilación retrospectiva de su repertorio más destacado. ¿Podría decirse que reúne las gotas que, en conjunto, forman la charca de sus mejores canciones?

La verdad es que Gotas nace de un proceso de recuperación de mi canciones, aunque no las he dejado nunca, pero sí que es un disco de regreso a esas canciones propias que han evolucionado con el paso del tiempo. En realidad, es un EP, pero que, cuando presento en un show, dura mucho más. Yo estoy muy contenta con el resultado y la acogida, porque es un disco que ha sido bastante premiado como, por ejemplo, por la plataforma Más Música, que lo distinguió como Mejor grabación de jazz del año. También lo hemos girado mucho por la península y me hace mucha ilusión poder llevarlo por fin a Gran Canaria.

Por tanto, ¿el proceso creativo ha entrañado un regreso al origen, pero bajo el prisma de la artista que es hoy?

Así es. Este disco es una revisitación que nace del impulso de retomar algunas de mis canciones de siempre, que siempre he cantado en directo a lo largo de mi vida, pero que han evolucionado mucho desde esos comienzos hasta ahora. En ese sentido, me pareció bonito hacer esa revisión de mis composiciones y traerlas al presente para reinterpretarlas desde mi evolución vocal y sonora actual como artista.

En cuanto al proceso selectivo, ¿ha escogido las canciones que mejor suenan en su voz o, por el contrario, las canciones la elegían a usted?

Pues diría que fue más bien esto último. En realidad, lo que nos planteamos fue recuperar aquellos temas que más hemos interpretado en directo en los últimos años, porque no solo eran las canciones que teníamos más presentes, sino las que mejor reflejaban esa evolución y transformación de nuestro sonido.

«El instrumento vocal es muy complicado porque no es externo, sino que está dentro de ti»

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Su paleta sonora entreteje distintos géneros como el jazz, el blues y el soul, pero también ha transitado otros territorios, como la música electrónica o formatos en acústico. ¿Siempre ha concebido la música como un cruce de caminos?

Es que yo nunca he creído nada, como artista, en la posibilidad de adscribirse a un solo género musical. Incluso, considero que, hoy en día, y desde hace mucho tiempo, la música es sobre todo un cruce de caminos, porque tenemos tantísimas influencias que todo se mezcla. Si es imposible que a una persona le guste solo un género, todavía es más inimaginable para un músico. Sobre todo, cuando una se plantea su carrera en la música desde un punto de vista independiente y no como artista del mainstream, lo normal es que vayas cruzando todos esos campos sonoros y que vayas descubriendo nuevos lenguajes que incorporas a tu repertorio para dar forma a un sonido propio.

¿Cuál ha sido su etapa musical más experimental?

Después de mis inicios en el pop, me adentré en la música electrónica en los años 90 con el grupo Wax Beat, con Juan Belda y Daniel Assante, pero, antes de eso, ya había vivido una etapa absolutamente experimental en formato de batería y voz, a dúo con Daniel. En general, siempre me he movido entre distintos parámetros, porque los mismos gustos musicales evolucionan desde los inicios, así que mi recorrido como artista ha atravesado distintas etapas y géneros que forman parte del camino.

Supongo que no adscribirse a ningún género o corriente le ha brindado muchas libertades, pero también obstáculos a la hora de encuadrarla dentro de un estilo.

Y esto es algo que siempre me ha resultado extraño porque, en el fondo, a casi ningún artista se le puede encuadrar en ninguna parte. Creo que, salvo casos como el pop puro y duro o el reggaeton, los músicos tendemos a movernos en un espectro muy amplio, al igual que cualquier artista de otras disciplinas, porque transitamos distintos paisajes, aunque luego permanezcas en algunos durante más tiempo.

¿Y cuál es ese paisaje, en su caso?

Supongo que el paisaje por el que más he discurrido ha sido la música negra. Entre el jazz, el soul y el blues, así como mis temas propios, creo que toda mi música se enraiza ahí, aunque sea en español. Evidentemente, el acento está en mi faceta de vocalista, que tiene un sello propio que envuelve todo esto.

Siempre ha asociado su condición de vocalista a la de instrumentista, en el sentido de que la voz es el instrumento que afina e interpreta. ¿Este abordaje comporta más exigencias desde el punto de vista de la técnica vocal?

Claro, es que yo creo que cantar bien es muy complicado y que, por ejemplo, es más fácil que un guitarrista obtenga un nivel de maestría más alto a los 30 años que un cantante de 30 años. El instrumento vocal es muy complicado porque implica muchísimas cosas. No es un objeto externo que agarras, sino que es un instrumento que está dentro de ti. Y eso requiere que desarrolles una técnica que te posibilite tener una longevidad en los años. Luego, influyen muchas otras cosas, como los géneros que elijas o que puedas transitar hasta que consigas desarrollar bien tu voz, así como el trabajo de mantenerla en tiempo y conservarla, además de toda la parte emocional. Para mí es mucho más difícil tener una maestría como cantante que como músico de cualquier otro instrumento, porque se tarda mucho más.

A menudo, la han bautizado como «la Aretha Franklin española. ¿La dama del soul se encuentra en sus referentes vocales o musicales?

Sin duda, aunque he tenido varias. Al final, todos buscamos referentes pero, como artistas, más. En mi caso, Aretha Franklin siempre ha sido una de las primeras. Pero en mi época más rockera fue Janis Joplin, que siempre me ha encantado, porque la verdad es que mis referencias e influencias son muchas y variadas, ya que yo misma soy muy ecléctica en la música.

Su carrera se ha basado en la búsqueda de una identidad musical propia; desmarcada del apellido familiar, en la medida de lo posible, y construida desde su propia intuición. ¿Es difícil seguir un camino independiente en esta industria, sobre todo, siendo mujer?

Sin duda, te diré que me ha costado más por el hecho de ser mujer que por el peso del apellido. Yo empecé en esta industria siendo muy jovencita porque, cuando firmé mi primer contrato con Zafiro, una multinacional española que ya no existe, tenía 18 o 19 años. Entonces, en aquella época, me enfrentaba a un mundo absolutamente dominado por hombres, desde músicos a productores, donde hacerte hueco era muy complicado porque siempre te trataban de una manera diferente, casi como producto. Por tanto, ha sido un camino difícil poder tener una carrera propia y, si miro para atrás, da un cierto vértigo, pero sobre todo, estoy muy satisfecha porque he podido hacer mi carrera como yo he querido y eso es un lujo. Y respecto al apellido, evidentemente, cuando empiezas una carrera te marca mucho, como en cualquier otra profesión, pero, a medida que vas haciendo tu camino, eso va dejando de ser determinante para los demás. Para mí, por supuesto, no solo ha sido determinante el hecho de ser hija de mi padre y haberme formado en la música con él, sino que, sobre todo, estoy muy orgullosa de ello porque eso ha hecho que yo me configure de una determinada manera como artista y que ahora sea quien soy.

«Yo nunca he creído nada, como artista, en la posibilidad de adscribirse a un solo género musical»

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¿En qué momento se encuentra como artista?

Ahora mismo vivo un momento de explosión después de la implosión (risas), porque no he parado de dar conciertos, de hacer colaboraciones y de impartir cursos de técnica vocal. En estos momentos estoy con la Jazz Club Band, con un homenaje a Ella Fitzgerald, y en paralelo, sigo con el espectáculo Pioneras, que rinde tributo a las grandes divas de la música y que seguimos moviendo por todas partes. El caso es que los músicos siempre tenemos que estar en varias cosas para poder salir adelante, así que no paro de moverme.

Por último, el próximo año lanzará un nuevo disco, que se plantea como una continuación de Gotas. ¿Qué puede avanzar sobre este proyecto?

Sí, la idea es lanzar un disco con canciones nuevas, pero en la misma línea sonora de Gotas, con la fuerza del directo. El proceso será lento, porque iremos desgranando el disco single por single y, finalmente, haremos un recopilatorio. Y efectivamente, el próximo 2022 espero estar embarcada en esta nueva aventura. Y en paralelo, seguir adelante con todas las demás.

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