Ariel Britos, presidente fundador del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Uruguay pertenecientes al Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos (Sodre) y presidente de la organización Iberorquestas Juveniles surgidas hace diez años de la Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile, será el maestro que, junto a la también maestra Isabel Costes, se pondrá al frente de la Orquesta Juvenil de Uruguay y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Atlántico el próximo 25 de agosto, en el concierto Encuentros del Atlánticos que ambos conjuntos ofrecerán en el Teatro Auditorio de Agüimes.
Nacido en 1969 en el humilde barrio de Durazno de Montevideo, Britos es el alma mater de un ejemplar sistema que ha sido capaz de catapultar en un país de poco más de tres millones de habitantes a un total de 17 orquestas que aglutinan a más de 3.000 integrantes de edades comprendidas entre los 4 años y los 20. Un dato: El 50% de los músicos profesionales surgidos en los últimos años en Uruguay proviene del sistema que lidera Ariel Britos.
Este músico y líder de un movimiento similar al creado por José Antonio Abreu, fundador del Sistema de Orquestas de Venezuela, que persigue desde hace más de dos décadas la inclusión social y el desarrollo cultural a través del sistema de orquestas y coros infantiles y juveniles en Uruguay, incide en otro objetivo irrenunciable: «democratizar el acceso a la música en mi país que, por razones quizá logísticas, no puede llevarse a cabo en todo el territorio nacional. Lo que busca el programa es formar ciudadanos, porque cuando un niño o una niña entiende que haciendo música puede ser feliz, que lo que hace en la orquesta y la práctica diaria del instrumento se parece mucho a la práctica de la vida, ya estamos propiciando un cambio positivo en la sociedad».
«Cuando un chico o una chica llega a la orquesta, toda la tecnología, los Ipad, consolas, móviles de última generación, redes sociales… deja de tener sentido porque empieza a sentir su relación con un instrumento, a valorarse a sí mismos y a entender que ellos pueden lograr cosas, que no todo está en la conquista material. Su vínculo con el instrumento hace que esa sea una herramienta para comunicar cosas y por ello es aplaudido con el aprecio del público. La gente que está aquí quiere ser músico y sabe que eso se logra con disciplina y voluntad. No hay otra receta. Capacitamos a los jóvenes para que asuman su dedicación como profesionales, ya que después deberán de enfrentarse al mercado laboral», explica el maestro, que a los diez años se inició en la música estudiando piano.
Beneficio exponencial
Actualmente existen 17 centros de formación denominados núcleos, ubicados en Canelones, Colonia, Durazno, Flores, Florida, Lavalleja, San José, Soriano, Paysandú y Montevideo (en donde a su vez operan cinco módulos en distintos barrios de la capital). En ellos se dictan clases de instrumentos de cuerda (violín, viola, violoncello, contrabajo), de viento de madera (flauta, oboe, clarinete, fagot), de viento de metal (corno, trompeta, trombón, tuba), percusión y coro. «Los alumnos, pertenecientes a distintos estratos sociales, culturales y étnicos de Uruguay, se integran por igual en una orquesta. Lo único que puede diferenciarlos es su talento natural. Más tarde retroalimentarán como profesionales el sistema, porque se convertirán en maestros de otros jóvenes. El beneficio que se genera es exponencial», añade.
«El Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay es un programa donde confluyen Educación, Cultura y Desarrollo Social, promoviendo el estudio de la música en orquestas y coros como herramienta de desarrollo humano e intelectual en niños y jóvenes. En el trabajo diario los niños integran valores como el respeto al prójimo, la constancia en el esfuerzo, el desarrollo de la concentración, la elevación de la autoestima, los hábitos de responsabilidad y el trabajo en equipo. Estos valores adquiridos, son rápidamente proyectados en sus comunidades y familias, quienes toman como ejemplo de superación, el esfuerzo y los logros que alcanza cada niño y niña», explica Britos. Basados en un plan académico, los más avanzados tienen la posibilidad de integrar la Sinfónica Nacional Infantil, así como quienes se interesen en desarrollar una carrera musical pueden luego continuar su formación en la Orquesta Juvenil del Sodre.
Britos se capacitó en Venezuela para la dirección de Orquestas Infantiles y Juveniles, aplicando el método desarrollado por el maestro José Antonio Abreu, basado en el estudio y aprendizaje de los instrumentos musicales a través de la práctica orquestal intensiva. Participante activo de los programas de la UNESCO (de quien recibió el premio Artista de la UNESCO por la Paz), la OEA y la CAF para la Creación y Desarrollo de un Sistema Latinoamericano de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles, ha dirigido en los principales auditorios y salas de conciertos de Venezuela, Panamá, Costa Rica, El Salvador, Brasil, Alemania, Francia y España.
Integrada por más de 100 jóvenes músicos provenientes de distintos puntos del país y bajo la dirección de Ariel Britos, la Orquesta Juvenil Nacional de Uruguay es una estructura flexible, que asume repertorios alternativos, como el tango, el candombe, la salsa e incluso el rock. Aplaudida y reconocida por Simon Rattle, director principal de la Orquesta Filarmónica de Berlín, presentó hace unos años el concierto Fiesta Latinoamericana, con lo mejor de la música continental, el tango y el candombe, en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. El intercambio de experiencias en otros países forma parte de su programa.
Por ello, llegarán a Gran Canaria para compartir entre el 20 y el 26 de agosto experiencias y metodologías de trabajo con la Orquesta Sinfónica Juvenil del Atlántico de Canarias que dirige la maestra Isabel Costes.
