Arte

‘El paseo de los olmos’ muestra los mundos de la artista Yolanda Graziani

El documental, dirigido por la historiadora del arte Laura Teresa García Morales, se proyecta en la sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás el jueves 30 de marzo

La artista grancanaria Yolanda Graziani, en una imagen de archivo.

La artista grancanaria Yolanda Graziani, en una imagen de archivo. / La Provincia

La recuperación de una entrevista que se dada por perdida durante una década abrió paso al documental El paseo de los olmos, que la historiadora del arte e investigadora Laura Teresa García Morales ha dirigido sobre la nonagenaria artista grancanaria Yolanda Graziani, y que desvela aspectos singulares de su trayectoria vital y extraordinaria sensibilidad plasmada en una original y sorprendente obra que tiene sus orígenes a comienzos de la década de los 60 del pasado siglo.

Producido este mismo año 2023 por el CCA Gran Canaria Centro de Cultura Audiovisual del Cabildo grancanario, el documental de 52 minutos de duración, que contempla la interpretación de la actriz María Victoria Díez Cabello, se presenta al público el jueves 30 de marzo, a las 18.00 horas, en la sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás.

García define a Graziani como «una mujer con una sensibilidad extraordinaria»

La directora artística y autora del guión original de este trabajo de cuya dirección fotográfica se ha ocupado Jacobo Barrera, figurando como directora de producción Fany García-Campero Zorzano, señala que el mismo «descubre, con tremenda inmediatez, la verdadera dimensión de la espectacular obra de la pintora Yolanda Graziani. Se ofrece un enfoque sobre su obra a través de su propia mirada, pero, sobre todo, muestra el lado más humano que hay detrás de ese carácter enigmático que siempre proyectó a través de su producción, pero también de su propia figura.

Testimonio

En esta película nos acercamos a su testimonio directo y sincero, lleno de confesiones y relatos de momentos concretos que marcaron decisivamente su particular visión del mundo. Creo que todo ello nos permite entender el origen de esa pulsión pictórica que mantuvo prácticamente toda la vida, casi explosiva, diría».

García Morales, que define a Yolanda Graziani como «una mujer con una sensibilidad extraordinaria, fuera de lo común y de una enorme fortaleza», estima que la obra de la creadora en su conjunto «conforma todo un universo en sí mismo, un universo paralelo. Todas esas visiones insólitas que plasma en sus cuadros responden a los paisajes que llenan su interior, que la desbordan y se derraman sobre sus tablas y lienzos. Lo que encontramos aquí, si echamos una mirada global a su pintura, es una lucha constante con los elementos, pero no desde una perspectiva alejada, digamos… como observadora, sino desde el interior de ellos, totalmente envuelta por ellos; sumergida en la tormenta, bajo el agua, en la boca del volcán o flotando en el espacio entre nebulosas y estrellas. Su pintura, de alguna manera, sería una forma de enfrentarse a los elementos en la que, cuando logra dominarlos, congelándolos en sus obras, vuelve a posarse sobre la tierra hasta que un nuevo fenómeno le vuelve a sacudir».

La directora de El paseo de los olmos recuerda que conoció a Graziani en 2009 cuando el ayuntamiento capitalino le propuso desarrollar el comisariado de una exposición retrospectiva por el 50 aniversario de su dedicación al arte y tomando como referencia el año que la pintora ganó el Premio de Conjunto en la X Bienal Regional del Gabinete Literario en 1962.

«Para esta exposición –que se celebró en el Edificio Míller en el año 2012– realizamos, mis compañeros Pablo Orihuela, Enrique Fisher y yo, una entrevista grabada en vídeo a lo largo de toda una jornada en la casa de Teror de Yolanda Graziani, cuyo cansancio en la parte final de la entrevista original es palpable», rememora García Morales. Ese material, curiosamente, siempre parece haber estado gravitando en el tiempo desde entonces.

«Pasados unos años, perdí la pista de ese trabajo, del que me acordaba de cuando en cuando y que echaba de menos, pero sin un fin concreto aún. A finales de 2021, Carlos Díaz Beltrana me propuso realizar la monografía de Graziani para la colección Biblioteca de Artistas de Canarias, y retomé con fuerza mi investigación. Pregunté a Pablo por las entrevistas y, después de un tiempo buscando las conservaba. Al verlas de nuevo entendí, con otros ojos, lo valiosas que en realidad eran. Elaboré un pequeño dossier y planteé la idea de realizar este documental a la consejera de Cultura del Cabildo, Guacimara Medina, que entendió de inmediato el interés del proyecto y me puso en contacto con Sergio Morales Quintero, el coordinador de Proyectos Audiovisuales del CCA Gran Canaria que, afortunadamente también, me mostró enseguida su motivación. Vengo trabajando en ello desde mucho antes de formalizar su ejecución», sostiene García Morales.

«Respetar su personalidad»

La historiadora del arte confiesa que nunca perdió de vista que no deseaba ofrecer una visión mistificada de la creadora y, por supuesto, «respetar su personalidad tal como la he conocido, que era muy clara, teniendo muy en cuenta lo que a ella le habría gustado en este caso, así como la imagen que desearía ofrecer a la gente. Ella se ha mostrado muy ilusionada y feliz, a pesar de que su comunicación es limitada. Sin embargo, después de todo, la realidad es que su participación lo es todo aquí. El centro de este trabajo es la maravillosa grabación que nos brindó, que articula todo lo demás», indica.

La cinta muestra el lado más humano detrás del carácter enigmático de la artista grancanaria

Asegura que uno de los mayores retos de este documental residía en la necesidad de contar una historia nueva, distinta de la que ya había sido relatada en la publicación de la BAC. «Por supuesto, había que seguir investigando, analizando y cribando todas las fuentes de las que he dispuesto sobre la artista: desde una importante cantidad de fotografías, escritos personales y cartas, obra, registros de prensa, testimonios de sus familiares, etcétera. Poner todo sobre la mesa y decidir qué era lo que queríamos contar y cómo, y darle la forma justa, ha sido posiblemente lo más complicado», dice García Morales, quien ha contado con las aportaciones y apoyo de García-Campero, el asesoramiento para la elaboración del guión de la cineasta Dácil Manrique y la implicación de su compañero, Jacobo Barrera, que ha aportado una mirada sensible y cuidada.