Letras

Ciencia y traducción, un tándem para mejorar la divulgación

El congreso de la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes (Asetrad) reflexiona sobre la responsabilidad de los profesionales para el avance de la sociedad | Resaltan mayor inversión en investigación

Volcanes, crisis climáticas, rachas de calima, publicación de artículos... La ciencia impregna la actualidad de una u otra forma, desde distintos ámbitos y diferentes latitudes geográficas, por lo que el correcto traslado de la información a la ciudadanía es esencial en la tarea diaria de los especialistas de la lengua. La Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes (Asetrad) abordó este reto junto a Itahiza Domínguez, sismólogo del Centro Geofísico de Canarias, Fernando Navarro, traductor médico, la divulgadora Mar Fernández y Héctor Socas, director del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife.

El congreso, organizado por primera vez en Las Palmas de Gran Canaria con motivo de su 20 aniversario, abarca tanto la innovación y los desafíos tecnológicos de la inteligencia artificial, la salud mental entre los profesionales y la comunicación y divulgación científica en la mesa redonda Volcanes, virus, océanos y estrellas: cómo comunicar conceptos complejos de actualidad con un pie en la ciencia y otro en las letras, que se celebró en el CICCA.

"La ciencia sirve para salvar vidas", refirió Domínguez, más cuando en su trayectoria ha presenciado la erupción de dos volcanes en El Hierro y La Palma. En este caso de emergencia, era primordial ser capaz de transmitir la magnitud del fenómeno a la población con "calma y paciencia", aunque estuvieran exhaustos, "esto requiere dar un mensaje acordado, homogéneo y constante porque hablas con 30 o 40 medios de comunicación al día", sobre todo cuando los bulos se esparcen.

La erupción palmera acercó a la sociedad términos como piroclastos, colas de lava, cenizas, por lo que se mantenía la rigurosidad de los significantes, se alertaba y, al mismo tiempo, se realizaba un aprendizaje necesario dada las circunstancias. Este caso tan llamativo fue el que puso sobre la mesa la diferencia entre comunicación y divulgación científica, la cual está centrada en aquellas personas que no están familiarizadas con el campo semántico técnico. "La clave es hacer que la persona te comprenda, sin perder el rigor", subrayó Fernández, quien analizó como hoy día el mundo de los profesionales va mutando en un ecosistema en el que "la ciencia parece más invisible que nunca".

Inversión nacional en ciencia

Las principales trabas de los especialistas, comentó, son las propias editoriales, también, la evaluación que no suele recoger la divulgación en español, también, el plagio, la pseudociencia, los firmantes fantasmas y el lenguaje publicitario, que menoscaban la credibilidad de su trabajo.

Por ello, cabe diversificar los recursos y profundizar en la materia, como hizo Fernando Navarro con la creación del Libro rojo, un diccionario de dudas y dificultades de traducción del inglés médico. Con 60.000 entradas, es una publicación de referencia en la medicina, más cuando la ciencia se escribe en la actualidad en este idioma. "España es la única lengua que no tiene un sistema de normalización lingüística", aseveró. Ese obstáculo dificulta la correcta adecuación de una lengua a otra. Por ejemplo, mientras que la estructura sintáctica del inglés es repetitiva, la sinonimia apenas es empleada o no existe la marca de género, el español "es una de las lenguas más libres cuando hablamos de su estructura".

No obstante, el problema va más allá. Como apuntó Héctor Socas, "esto es el síntoma de algo más preocupante, ya que para proteger y conservar una lengua hemos de estar implicados en los desarrollos científicos". La lengua franca de la ciencia no es el inglés por casualidad. A lo largo del siglo pasado desplazó al francés y al alemán debido a que los mayores avances que se produjeron fueron en estos países occidentales, lo cual, irremediablemente, afectaba a la manera en la que se comunicaba al resto del mundo y a una manera de entender el razonamiento y discurso científico.

Para cambiar el paradigma hay que emplear nuevas tácticas, como impulsar el acercamiento de los neófitos a estos mundos por explorar. "La ciencia se ve como algo útil, pero no conozco a nadie que se haya metido en la ciencia sin que le haya traído desde un punto de vista estético", afirmó Socas ante la pregunta de la moderadora Maya Busqué. La explosión de colores en el arcoíris, la geometría de los panales de las abejas o el punto infinito de un agujero negro subyuga, atrae, resulta indescriptible, "esa combinación de belleza y misterio genera una fascinación difícil de superar", en la que las palabras intentan corresponder para lograr un pequeño acercamiento al mundo que las rodea.